martes, 21 de noviembre de 2006

Currando por un sueño

Me causa mucha grima (no saben las ganas que tenía de meter esta palabra en alguna frase) que la mitad de los comentarios que escucho en colectivos y ascensores está relacionado con este temita de Bailando por un sueño o Cantando por un sueño. Encima vienen en serie; no se cual de los dos casos ya tiene el I y el II, al mejor estilo de las películas de Rambo o Martes 13.
Hasta hoy, hacía caso omiso de los comentarios (¿les dije que me daban grima?) pero me cansé. Al fin y al cabo uno es humano, lo que viene a significar que yo también quiero currar unos manguitos con este tipo de concursos.
Y bueno, a partir de la semana que viene, durante las cenas, presentaremos en días alternados entre los lunes y los viernes de cada semana, los siguientes eventos:

Haciendo la vertical por un sueño
Cinco parejas deberán demostrar ser las mejores en hacer la vertical sobre distintas superficies para lograr hacer realidad el sueño de uno de los integrantes. Deberán demostrar su equilibrio sobre el piso, sobre un colchón, en el tercer peldaño de una escalera de aluminio, sobre una cama elástica y sobre un fétido lodazal. A diferencia de los concursos de la tele, dentro de cada parejas no sólo no habrá ningún famoso sino que además ambos compañeros serán desconocidos entre sí. Como cada uno tiene su sueño propio, los participantes ganadores se enfrentarán en una guerra de almohadas sobre las mesas del restaurante para definir el sueño de cual de los dos hay que cumplir.

Rallando queso por un sueño
En este caso, las parejas que vencerán serán aquellas que logren eliminar a las restantes en una competencia de cubrir la mayor cantidad de platos de ravioles con queso rallado. En distintas etapas, competirán con queso sardo, gruyere, provolone, untable y cremoso. Lo gracioso del evento es que no se les proveerán ralladores y deberán hacerlo exclusivamente con sus uñas.

Despostando una media res por un sueño
El jurado indicarán a cada pareja con que corte de carne deben proveerlos a partir de una media res colgada en el centro del comedor. Los fiscalizadores puntuarán en función de la calidad del corte y la magritud (no confundir magritud con grima, por favor) de cada pieza que la pareja entregue. Cada pareja participará muñida de sus correspondientes cuchillas, chairas, delantales, barbijos y guantes anticortes. El jurado estará provisto de una mampara de blindex previendo reacciones violentas ante sus veredictos

Haciendo ring-raje por un sueño
Esta versión será grabada en exteriores y será emitida durante la cena en los televisores gigantes de nuestra querida fonda. En este caso, el jurado fallará sin saber siquiera que está participando en este evento. Cada pareja deberá tocar insistentemente el timbre en una casa elegida al azar durante las horas nocturnas para luego huir a la carrera. La persona que habite en dicha casa (la suerte o el destino determinará que viva allí una ancianita o un velocista) será el involuntario jurado. La última pareja en la que al menos uno de sus miembros aún no haya sido alcanzado y molido a palos por los miembros del jurado será coronada.

Por ahora, arrancaremos con estos eventos, pero según el éxito alcanzado no sólo sacaremos las versiones, II, III y IV de cada uno, sino que seguramente nos ampliaremos a los mediodías y fines de semana. Nos reservamos para esas ocasiones Haciendo un piquete por un sueño, Prendiéndose fuego a lo Bonzo por un sueño y Pintando el techo del restaurante por un sueño (ésta, nos vaya bien o mal , vamos a tratar de ponerla igualmente en marcha).Cabe aclarar a los que quieran inscribirse que la realización del sueño no puede exceder un costo de $35. Es lo que calculé que tendría que costar como máximo si es que quiero mantener mis expectativas de seguir currando por un sueño. Mas costoso me daría aún más grima.

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