viernes, 17 de noviembre de 2006

10 respuestas reservadas

Así como les presenté anteriormente 10 de las preguntas para las que no tengo respuestas -lista que crece exponencialmente a diario- me pareció conveniente ilustrarlos con una lista de 10 respuestas que mantengo en la punta de la lengua para, en un futuro espero no muy lejano, poder sacarlas a la luz a la menor oportunidad que se me ofrezca.
No sólo debo trabajar duro para poder darle caracter de respuesta a cada una de ellas, para que no sean sólo una mera mentira, sino que debo estar atento a la formulación de las preguntas correctas.
A fin de asegurarme al menos este último punto, se las canto.
Ya saben, tengan sus preguntas a mano para cuando me crucen.

1) ¿Cuál?, ¿esta casa?. Ah, no se, todavía no entré. Me la compré de calentura la semana pasada porque me gustaron los helechos del frente.
2) Les agradezco el premio de corazón. Pero en serio, che, hay muchas personas que se lo merecen también. Además, ya les dije que los Nobel deberían entregarse a distintas personas cada año.
3) ¿Qué opino sobre las diez personas más ricas del mundo? Pues lo mismo de siempre: que de la familia no pienso hablar a los medios.
4) No, decile que estoy en una reunión. No se por qué piensa el presidente que puede llamarme a cualquier hora, ya es tiempo de que se vaya arreglando solito.
5) Por favor, por favor, llámeme por el nombre. Dejemos de lado los títulos nobiliarios.
6) ¿No creen que ustedes se han pasado de la raya? Está bien lo de la calle y lo de la ciudad, tal vez hasta lo del país es comprensible. ¡Pero ponerle mi nombre al planeta!
7) En lo personal, no estoy a favor de los tatuajes. De hecho me desagradan bastante. Por lo tanto sería mucho más felíz si usaran mi imagen para un fin más trascendente.
8) Creanme, viajar al futuro no es gran cosa. Ahora que fui, les puedo decir que no saben lo que les espera.
9) ¿Qué si me gusta la música de Jagger, B.B. King, Bono y Clapton? Por supuesto. De otra forma, ¿cómo hubiera aceptado que cantaran en mi último disco?
10) Yo no fui.

Los ponjas están cada día más locos. Ahora se puso de moda arrojar ositos de peluche en las bodas (así como nosotros tiramos arroz) e inventaron una pistola para arrojarlos. ¡De pelos!

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