jueves, 30 de noviembre de 2006

Los post-grados ya fueron. Ahora se imponen los post-mortem

Los que creemos en la existencia de una vida posterior a ésta, sabemos que el estudio es la única posibilidad de que allí nos vaya mejor que acá.
Por lo menos en esta existencia, con paciencia, cada quién puede conseguir su porción de la torta. No olvidemos que los que van partiendo van dejando el hueco a los que quedan. En cambio, en la otra vida nadie le deja el hueco a nadie y cada vez son más los que van llegando, gracias a los conflictos en medio oriente, las misiones de paz de E.E.U.U. y el auge de los carritos choripaneros (claro, a menos qeu no sea usted uno de esos incrédulos que creen en la idiotez de una vida después de la próxima vida).
Por lo tanto, conseguir trabajo en la otra vida requiere una competencia impresionante. Considerando que además uno llega al otro lado con la edad con que se murió (científicamente comprobado) no queda tiempo para empezar de cero con el estudio.
En consecuencia, más vale que apliquemos cuanto menos la segunda mitad de nuestra actual vida para prepararnos para la que se nos viene.
Por mi parte, mañana me voy a pegar una vueltita por la "Academia del Siglo". Ayer me volantearon bajo la puerta de casa y vi que tienen unos cursos bárbaros. Encima me otorgan media beca.
El volante decía entre otras cosas:

"Venga a la nueva Academia del Siglo, lo estamos esperando. No se deje engañar por imitadores y educadores sin escrúpulos. Nuestros profesores provienen directamente del más allá, para que al llegar allí, no sienta que pertenece todavía a acá. Nuestro equipo de profesionales no solamente lo prepararán de la mejor forma posible sino que mediante nuestros influyentes contactos además gestionaremos desde ya un puesto acorde a su necesidad y preferencia.
Entregamos certificados. La mejor capacitación de este mundo y el siguiente."

Por ahora nada más. Mañana o pasado les cuento como me fue.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

10 frases mala onda

Pueden parecer simpáticas, pueden parecer graciosas. A veces uno piensa que se dijeron sin intención, y otras incluso nos halagan.
Pero, no hay que dejarse engañar, aunque todas parezcan inofensivas.
Acá va el ranking de las 10 frases con más mala onda camuflada:

  1. "Hasta que la muerte los separe"
    ¡Qué premonición fea! ¿Para qué augurar semejante final?. A veces no se si es un deseo o una sentencia.
  2. "Atate los cordones que te vas a tropezar"
    Recapacité sobre esta frase cuando la leí en el blog de Podeti. Decime que el que te la dice no te imagina con la ñata contra al piso y no te creo.
  3. "No te ofendas por lo que voy a decirte, pero... (completar aquí)"
    Ya empezamos mal, ¿qué puede haber de bueno tras esa frase?.
  4. "Sentate, no quiero que te asustes, pero... (completar aquí)"
    Te aviso que ya lo lograste. No sólo me asustaste sino que sólo el temor por lo que sigue me impide notar que he perdido el control de los esfínteres.
  5. "Yo te había avisado..."
    Creo que un "te lo merecés por boludo" sería más sincero.
  6. "Ahora si te queda lindo el corte de pelo"
    ¿Y antes qué?, ¿me quedaba feo? Si hubieras avisado antes, che.
  7. "¿Qué cómo es? (suspiro fingido), es resimpático, pobrecito"
    ¿Necesitamos aclarar más?
  8. "Podría haber sido peor"
    No se muy bien si quiere decir "dejá de llorar por boludeces" o "la sacaste barata, si fuera por mí te hubiera ido realmente mal".
  9. "Creeme que a mi me duele más que a vos"
    Si, y las vacas vuelan.
  10. "Lo hago por tu bien"
    Estaríamos de acuerdo si no fuera por esa sonrisita tuya en los labios.

En fin, estas son las diez que se me ocurren ahora, la lista es más larga.
Y no me digan que se les ocurren mejores, eso también es mala onda.

martes, 28 de noviembre de 2006

Tarjetas con onda

Solemos no dejar pasar a molestos vendedores de porquerías que tratan de lucrar con nuestros clientes, haciéndoles pasar un momento incómodo y sin pagar impuestos por sus ventas.
Para eso estamos nosotros.
Pero, esperamos que por única vez, hicimos una excepción.
Verán, el producto que vendía era tan novedoso y revolucionario que no pudimos resistirnos a dejarle intentar sus ventas.
El hombre ofrecía Tarjetas para Odiar.
La idea parecía clara.
Si querés festejar un cumpleaños, hay tarjetas.
Si querés felicitar por un nacimiento, hay tarjetas.
Si querés enamorar a alguien, hay tarjetas.
Pero...
Si querés insultar a alguien, ¿hay tarjetas?
Si querés difamar a alguien, ¿hay tarjetas?
Si querés asesinar a alguien, ¿hay tarjetas?
Bien, pues desde ahora las hay.
Miren esta, ideal para ex-maridos:

En este día, simplemente quiero decirte...
que ayer como hoy,
podés irte a la p
(beep)a que te parió hijo de mala madre y no quiero vert...
(continúa en cuatro carillas más)

O esta, que trae un animalito en el frente (una tarántula):

Esposa mía, no tienes de esta araña
ni el veneno ni el mal talante,
pero sin depilar, tus piernas
se le asemejan bastante.


También están las misivas por nacimiento (tiene en la tapa una cigüeña borracha):

En este día festivo, un placer es saludarte y al mirar al niño intuyo
sin temor a equivocarme que este pibe no es tuyo.


¡Cuantas palabras odiosas pueden ahorrarse por el costo de una estampilla!
El vendedor, agradecido, nos obsequió una tarjeta a cada uno. Las leímos atentamente.
Luego lo echamos a patadas en el culo.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Forense musical, se busca

Hoy pusimos grandes carteles en nuestras vidrieras. "Grandes músicos, se necesitan" dicen en grandes letras de molde. La intención: armar un pequeño grupo de artistas para alegrar nuestras noches y la de nuestros clientes.
Pero (todo parece torcerse rápido aquí en el restaurant) antes que ningún músico llegó otro tipo de profesional: un forense musical. El hombre apareció con su maletín, bastón, levita y bombín negro. Portaba un impresionante mostacho que oscilaba al ritmo de sus palabras.
Ninguno de nosotros sabíamos que es un forense musical, por lo que el caballero procedió a explicarnos didácticamente.
Según nos dijo Emérito Valverde, tal es su nombre, un forense musical es el responsable de analizar (desmenuzar fue el término que utilizó) cada detalle de una pieza musical para determinar si es apta o no para un ambiente de reproducción determinado. Disecciona música, letra y ritmo y esboza sus conclusiones: la pieza es apta para tal o cual segmento de público, puede ser tocada con cuales o tales instrumentos, la luz recomendada para el ambiente debe ser de este o aquel tono, conviene vestir ropas así o asá para favorecer la escucha y cosas por el estilo.
Visto de esta forma, el forense musical era la persona que garantizaría el éxito de nuestra empresa.
Como nosotros en un primer momento no mostramos interés en contratar sus servicios, el señor Valverde nos ofreció una demostración gratis.
Nos pidió que le dijeramos qué tipo de música era la que considerábamos más inocua, mas inofensiva.
Desde atrás de la barra Joselo, uno de los mozos, sugirió que nada puede herir menos sensibilidades que las canciones infantiles.
Don Emérito se sonrió, pidió un café con leche con dos medialunas saladas y silenciosamente se sentó a trabajar sobre una de las mesas.
Lo que sigue a continuación es la monografía que nos entregó al rato:

"Nada es mas ingenuo que una canción infantil. Pues bien, van directo al fracaso si se guían por falacias tan burdas e inverosímiles. Veamos un ejemplo.
Analicemos una pieza, por citar una en particular que bien podría ser cualquiera: Aserrín Aserrán. Veamos.

Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan,

Hasta aquí, la pieza no presenta mayores problemas. De introducción altamente cadenciosa, pretende introducir a los niños al clima de esta historia. Evoca el sonido de las sierras manejadas por hábiles leñadores en los bosques de San Juan. Sin embargo, un simple análisis nos basta para descubir que ¡en San Juan no hay bosques!. Claro, a menos que nos refiramos a San Juan del Norte en Nicaragua pero eso es mucho pretender.
Pasemos por alto el desliz geográfico y prosigamos.

piden pan, no les dan,
piden queso, les dan hueso,

Acá sí entramos en un callejón sin salida. Abuelas, madres, tíos, padrinos y maestras educan a nuestros niños enseñándoles que si piden, minga y que si insisten, palo.
¿Y qué puede deducir un cliente que escucha este tema en el restaurant?
"¿Qué querés?, ¿que te traiga la comida caliente?. Andá prendiéndote vos mismo la hornalla"
"¿Qué querés prostre?, vení, yo te voy a dar postre."
¿Y el remate del tema? Una obra maestra del terror.

y les cortan, el pescuezo.

Dicho de otra forma, el poema instala en la mente de los clientes la certeza de que la cuenta les caerá como guillotina.
Esta es una pieza musical no apta para su difusión en restaurantes, fondas y carritos choripaneros.

Como verán no hay presunción de inocencia en las obras musicales, todas son culpables hasta que el forense musical determine lo contrario."

Mínimamente debemos reconocer que nos dejó con la boca abierta, incluso a Joselo que se había pasado la hora riéndose de Valverde parapetado tras el mostrador.
Emérito nos dejó una tarjeta y quedé en llamarlo.
Preventivamente descolgué todos los carteles de las vidrieras.

Nuestra media hora de fama

Simplemente les escribo para comentarles una novedad del restaurante.
¡Salimos en el diario!
Si, así como lo leen.
Es que ayer por la noche vino a cenar el afamado escritor Rodrigo Alvarez Onorio.
Nos fue muy grato contar con su presencia y honró nuestra hospitalidad invitándome a compartir su mesa, donde se ubicaban él y un círculo de amigos íntimos (amigos íntimos míos, ya que él arribó sin compañía y según nos confesó no le gusta comer solo, así que me hizo llamar gente).
Entre copa y copa de vino, comprendí que cuando se presentó al llegar había entendido mal. No era un escritor afamado, sino afanado ("buenas noches, soy el afanado escritor Rodrigo Alvarez Onorio", me dijo cuando entró, siendo que hasta ese momento yo nunca había escuchado de él). Resulta que venía caminando por la calle cuando un grupito de jóvenes, licenciosos y poco amigos de la cultura, mediante amenazas lo despojaron de todo cuanto tenía de valor encima. Entonces, sin dinero y con hambre se acercó a nuestro local para ver que conseguía. Con la hospitalidad que nos caracteriza, nos solidarizamos con él y lo invitamos a quedarse.
Allí nos relató que su libro de mayor tirada fue "Cómo ser exitoso y triunfar en lo que hace". Apenas se vendieron cinco copias del libro, lo cual habla muy mal de su método. Las restantes cinco copias estaban ahora en poder de la barrita que acaba de asaltarlo (nos dijo que siempre llevaba los libros encima por las dudas pudiera vender alguno más de rebote).
Y así estuvimos disfrutando de su compañía un par de horas, escuchando sus anécdotas y relatos (por demás aburridos, pero será que serían medio intelectualoides, capaz).
En un momento que a todos nos tomó por sorpresa, entraron al restaurante cinco muchachones con camperas con tachas, cadenas y pelo largo, con aire de traer problemas.
Al verlos, Alvarez Onorio se ocultó detrás mío y dijo "¡Son ellos, los que me robaron!".
No se escondió a tiempo.
Los delincuentes lo vieron y a grandes pasos se acercaron a nuestra mesa.
-¡Hijo de una gran p(beep)ta!- gritaron - ¡te dijimos que nos des las cosas de valor y nos das ésto? - vociferó quien parecía ser el cabecilla.
Al mismo tiempo, todos alzaron un libro sobre sus cabezas y se lo arrojaron a Alvarez Onorio. Por suerte no recibí ningún golpe ya que me había hecho humo al verlos entrar, y el escritor había quedado al descubierto.
-Esto es una porquería, -se quejó el maleante- este libro es una bosta. ¡Meteteló en el o(beep)to!
Acto seguido , se fueron.
Cuando volví a la mesa, encontré a Alvarez Onorio desvanecido. A juzgar por el tamaño de uno de sus chichones, el golpe de uno de los volúmenes le había hecho golpear la cabeza con una columna que estaba a su espalda.
Rápidamente llamamos a la policía, quienes al llegar reanimaron a Don Rodrigo, aunque no había forma de animarlo mucho que digamos ya que se encontraba francamente deprimido.
También vino un fotógrafo del diario, y bueno, ahí es que salimos en la sección de los policiales.
Yo, ni lerdo ni perezoso, circinvalé el perímetro del hecho con esas cintas plásticas con franjas rojas y blancas que dicen "No pasar" y puse un cartel en la mesa que reza "Aquí comió y fue agredido con sus propias palabras el célebre y afanado escritor Rodrigo Alvarez Onorio".
Y así fue como estuvimos en boca de todos (al menos todos los que leyeron los policiales) por un día.
Alvarez Onorio se fue con la promesa de volver a visitarnos y nos dejó como obsequio uno de sus libros, que muy bien nos vino ya que el cartel de "Aquí comió..." se caía a cada rato por el viento y necesitábamos algo con que trabarlo desde atrás.


Recomendación del cheff
Si piensas que hay límites para la superficialidad, la página Calificame te demostrará que todos esos límites (incluidos los del buen gusto) pueden ser superador ampliamente. ¿Quieres saber qué opinan de tí los demás? Adelante, pedazo de carne, date de alta en la página y pronto tendrás los resultados.

viernes, 24 de noviembre de 2006

¡Hallazgo científico: se derrumba la teoría de causa-efecto!

(Si no fuera porque precisamente lo que detracto en este post es la teoría de causa-efecto, diría que estas conclusiones las he sacado porque tuve que ir a llevar a mi esposa hasta la parada de colectivos casi de madrugada y con el 75% de las neuronas en sueño REM)

El siguiente ejemplo, puede multiplicarse por millones sin variar sustancialmente su escencia.

"La universidad de Pihorny, en Estados Unidos, ha comunicado hoy el resultado de un estudio que sus investigadores han efectuado recientemente: tomar un helado de palito favorece el avance de la calvicie. Como han podido comprobar luego de analizar 235 casos voluntarios, la cantidad de casos de pérdida de pelo fue un 35% mayor en el grupo cuyos integrantes toman un helado de palito diario que en el conjunto de los que no. Esta contundente diferencia no deja dudas sobre las conclusiones del estudio".

Si le quitan al párrafo las palabras azules en negrita y las reemplazan por líneas de puntos, obtendran el molde estándar para noticias científicas. Luego es cuestión de reemplazar a gusto y conveniencia para obtener noticias del mismo tenor.
Valga un ejemplo al respecto:

"La universidad de Agha Daal, en la India, ha comunicado hoy el resultado de un estudio que sus investigadores han efectuado recientemente: rascarse la nariz en público favorece la reproducción de los pandas. Como han podido comprobar luego de analizar 4286 casos voluntarios, la cantidad de casos de partos de pandas en la zona fue un 27% mayor en el grupo cuyos integrantes hurgan sus narices que en el conjunto de los que no. Esta contundente diferencia no deja dudas sobre las conclusiones del estudio".

Creo que no dista mucho el ejercicio anterior con la realidad en los centros investigativos. Los científicos como tales no existen (o al menos no se dedican a cientificar, o como se diga). Simplemente se reunen para oscuros fines y como mascarada sacan el formulario estándar de conclusiones y arman noticias de esta calaña.
Ésto, lo considero suficientemente probado por el absurdo en las primeros párrafos de este ensayo.
Ahora, aplicando su propio método (para darles un poco de su propia medicina, digamos) podemos arribar a inquietantes peldaños del conocimiento.
Va un ejemplo demoledor.

"El staff de delivery de Polenta con Pajaritos, en la cocina, ha comunicado hoy el resultado de un estudio que sus investigadores han efectuado recientemente: hacer dieta provoca crecimiento adiposo en las personas. Como han podido comprobar luego de analizar 12586 casos voluntarios, la cantidad de casos de gordos fue un 89% mayor en el grupo cuyos integrantes hacen dieta que en el conjunto de los que no. Esta contundente diferencia no deja dudas sobre las conclusiones del estudio".

¿Sorprendente? No sólo eso, sino que además es ¡98% verídico! Resulta no sólo obvio, sino que además uno se queda pensando "¿cómo no se me había ocurrido antes?" (y no como en los casos anunciados por científicos, donde uno piensa "¿a quien se le ocurre relacionar osos pandas con narices hurgadas?")
Generalizando los casos particulares, se derrumban apocalípticamente las creencias y se invierten los "antes y después" del causa-efecto que tanto se empeñaron en hacernos digerir.
Hablemos con propiedad.
No estamos a dieta porque estamos gordos. No, señor.
Estamos gordos porque estamos a dieta.
Lo mismo pasa con los que se enferman por tomar remedios, los que tienen hambre porque comen y los que tienen accidentes porque de algo tienen que morirse.

¡Hasta ahora todo lo veíamos al revés!
Entonces sí, dejemos de lado las paparruchadas pseudo-científicas que nos esclavizaron por años y replanteemos nuestras vidas.
Tal vez, con la vista y la mente clara, libres de prejuicios, podamos de una vez por toda intentar hacer de éste un mundo mejor.

jueves, 23 de noviembre de 2006

¡Qué piola!, y si le pongo tres horitas en cruzar a nado el Atlántico con las manos atadas a la espalda te regalo todos mis sueldos

Acabo de leerlo en Clarín (si quieren, les dejo el vínculo a la nota completa).
Copio textual el copete de la nota:

El mago David Blaine busca completar una nueva hazaña
Está girando desde hace dos días a quince metros de altura sobre el Times Square de Nueva York. Desde esta tarde intentará liberarse de las cadenas que lo sujetan. Si lo logra en menos de dieciséis horas, repartirá dinero a niños necesitados.

Así cualquiera.
La fanfarronada sería decir que si no puede salir, tiene que repartir dinero a los necesitados (o por lo menos el doble de lo que repartiría si no se soltara).
¿Cuál es su incentivo para salir, entonces, eh?
Si se escapa, no sólo tiene que garpar como un duque sino que seguramente se estrola contra el pavimento. Puestas así las cosas, el tipo debe estar haciéndose el dolobu, silbando bajito y sin mover un dedo mientras mata el tiempo salivando a los peatones. Dieciséis horas pasan volando (o colgando, bah).
No obstante, acá estamos pensando en proponer un desafío a nuestros clientes.
Si antes del día veinticinco de diciembre un camión cargado de lingotes de oro se estampa contra nuestra vidriera y al menos la mitad de los áureos ladrillos caen sobre el piso del restaurante formando de manera inequívoca la Esfinge de Giza, entonces con gusto haremos chocolate con churros para todo el barrio (ya sé que hace calor para chocolate por esos días, pero es preferible a la bañacauda que se me había ocurrido previamente)

Como pueden ver en la nota que les dejo, hay gente que come cualquier cosa. A ellos les decimos que aquí se van a sentir como en casa.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Calidad garantizada

Ayer pelaba unas papas para hacer al horno y encontré una que bajo su piel estaba medio negruzca. Cómo aquí siempre queremos entregar lo mejor a nuestros clientes, no pude conformarme con solamente desecharla. Quién sabe que clases de atropellos se deriven de no expresar mi disgusto ante esta situación, como si de un "el que calla, otorga" se tratase.
Así, recuperé del tacho los trozos de piel que cubrían la papa (he aprendido que para que los reclamos tengan validez debe uno tener a mano el envase original del producto) y con ellos y la papa misma bajo el brazo me encaminé hacia la verdulería.
- Buenos días, vengo a reclamar por mis derechos- increpé al verdulero, que me miró con desconfianza-, mire usted esta papa que acaba de venderme. Observe la tonalidad oscura, aquí.
El dependiente tomó la papa en sus manos y esforzando la vista detectó un minúsculo punto negro en la superficie del tubérculo.
- Ajá, dijo. Se ve que está medio fea esta zona, ¿y por qué no le corta un cacho?
Emití un "pssst!" de suficiencia y le aclaré:
- Vea, yo le pagué la papa al precio de papa, ¿o no le pagué la papa al precio de papa?, ¿acaso me rebajó el precio, para compensar que yo le rebanara un pedazo?. Pues no, entonces yo quiero mi papa enteramente buena, como debe ser.
El verdulero adelantó ambas manos en un gesto concesivo.
- Bueno, bueno, no se ponga así... sígame -me pidió.
Entonces me guió hasta su laboratorio bromatológico (supongo que todas las verdulerías tiene uno en la trastienda). Una vez allí tomó el trozo de cáscara que cubría la zona parduzca y lo colocó debajo de su potente microscopio. Mientra enfocaba el aparato me aclaró:
- No, porque si vamos a averiguar, empecemos por ver donde se origina el problema, ¿entiende?, a ver, ¿qué es lo que tenemos aquí?, ¡ajá! -gritó mientras yo intentaba en vano mirar por el objetivo-, ¿no le decía yo?, el problema no es de acá.
Entonces me explicó que en la piel de la papa estaba incrustada una astilla que por la disposición de las vetas de la madera no podía ser sino de ulmus minor mill, comunmente llamado olmo común o negrillo. Seguramente la astilla proviniera de alguna de las barandas del flete que les trae las bolsas del mercado de concentración. Y, según tenía entendido, de los fleteros que le alcanzan mercadería el único que tenía en la caja de la pickup barandas de olmo era un hombre apodado "el Tito", del cual obtuve dirección, teléfono y chapa patente de su rodado.
Rumbo al Tito fui. Lo encontré sentado en una silla de mimbre tomando una cerveza en la puerta de su casa.
-Buenas tardes, vengo a defender mis atribuciones como consumidor -indiqué alzando un dedo amenazante-, ¿reconoce esta papa?
El fletero miró la papa con curiosidad.
-Mire, le diría que sí. Aunque ahora, fuera de la bolsa y sin cáscara no puedo asegurarlo.
Le mostré la astillita, que inteligentemente había clavado en uno de mis meñíques para no extraviarla.
El fletero asintió, ahora si convencido.
-Bueno, por lo que veo eso es de mi vehículo. Devuélvamelo y veré que puedo hacer.
Después de tres horas de ayudarlo a buscar el rasguño en las barandas para poder restituir la astilla en su lugar ("toda original, la chata" me dijo como para justificar la ardua tarea que estábamos realizando), me invitó a subir a la cabina.
Deslizando hacia adelante parte del respaldo de uno de los asientos, dejó al descubierto una repisa llena de tubos de ensayo, frascos, una centrifugadora al vacío y otros instrumentos que no reconocí (supongo que todos los fleteros tienen un laboratorio de estas características al alcance de la mano).
Tomó una mínima porción de la zona imperfecta de la papa (solanum tuberosum, me dijo que la llamaban los changarines del mercado), la metió en una probeta y le echó no se que líquidos que cambiaban de color rápidamente.
- Está claro. El hongo que produce esta anomalía no es originario de estas zonas, por lo que no hay nada que yo pueda hacer. Si bien el pinchazo aceleró el proceso de descomposición por exposición prematura de la pulpa, el origen del problema es un hongo que la misma papa posee por descuidos en su cultivo, denominado fusarium oxysporum y produce laceraciones de este tipo. La cepa puntual del hongo que afectó la papa, sólo se encuentra en los altiplanos bolivianos, desde donde se importa parte de la producción. Reclame por ese lado.
El resto fue bastante sencillo. Papa en mano me dirigí al mayorista que la vende al fletero, que tiene oficinas en Santiago del Estero. Allí, mediante un sofisticado sistema informático que es capaz de identificar los sedimentos terrosos en los vegetales y efectuando trazas iónicas sobre muestras de los mismos, pudimos determinar que la papa procede de un quintero que trabaja una parcela en la zona donde en épocas de Cristo habitaba la civilización Tiahuanaco-Huari, en Bolivia.
Metí en una bolsa lo que me quedaba de la papa, tomé un charter hasta Chuquisaca y luego de indagar entre los pobladores de la región averigué que una empresa monopolizaba la producción de papa en aquellos lares.
Me presenté en este establecimiento y solicité hablar con "una autoridad responsable" de la firma.
Me atendió un morocho regordete y bien vestido, sentado detrás de un escritorio de madera barata en una habitación rebosante de papas que supongo esperaban a ser embaladas y enviadas a sus distintos destinos.
-Vengo a hacer valer mis derechos porque...
El gordo no me dejó terminar. Me puso tres papas en la mano y me hizo señas para que me fuera.
Lo dejé, me dirigí al aeropuerto, subí al primer vuelo de línea que me trajo de vuelta y acá estoy.
Gracias al fruto de mi reclamo obtuve el 300% de lo que originalmente había comprado, sin incluir la parte buena que rescaté de la papa reclamada.
Hacer valer nuestros derechos rinde sus frutos.

martes, 21 de noviembre de 2006

Currando por un sueño

Me causa mucha grima (no saben las ganas que tenía de meter esta palabra en alguna frase) que la mitad de los comentarios que escucho en colectivos y ascensores está relacionado con este temita de Bailando por un sueño o Cantando por un sueño. Encima vienen en serie; no se cual de los dos casos ya tiene el I y el II, al mejor estilo de las películas de Rambo o Martes 13.
Hasta hoy, hacía caso omiso de los comentarios (¿les dije que me daban grima?) pero me cansé. Al fin y al cabo uno es humano, lo que viene a significar que yo también quiero currar unos manguitos con este tipo de concursos.
Y bueno, a partir de la semana que viene, durante las cenas, presentaremos en días alternados entre los lunes y los viernes de cada semana, los siguientes eventos:

Haciendo la vertical por un sueño
Cinco parejas deberán demostrar ser las mejores en hacer la vertical sobre distintas superficies para lograr hacer realidad el sueño de uno de los integrantes. Deberán demostrar su equilibrio sobre el piso, sobre un colchón, en el tercer peldaño de una escalera de aluminio, sobre una cama elástica y sobre un fétido lodazal. A diferencia de los concursos de la tele, dentro de cada parejas no sólo no habrá ningún famoso sino que además ambos compañeros serán desconocidos entre sí. Como cada uno tiene su sueño propio, los participantes ganadores se enfrentarán en una guerra de almohadas sobre las mesas del restaurante para definir el sueño de cual de los dos hay que cumplir.

Rallando queso por un sueño
En este caso, las parejas que vencerán serán aquellas que logren eliminar a las restantes en una competencia de cubrir la mayor cantidad de platos de ravioles con queso rallado. En distintas etapas, competirán con queso sardo, gruyere, provolone, untable y cremoso. Lo gracioso del evento es que no se les proveerán ralladores y deberán hacerlo exclusivamente con sus uñas.

Despostando una media res por un sueño
El jurado indicarán a cada pareja con que corte de carne deben proveerlos a partir de una media res colgada en el centro del comedor. Los fiscalizadores puntuarán en función de la calidad del corte y la magritud (no confundir magritud con grima, por favor) de cada pieza que la pareja entregue. Cada pareja participará muñida de sus correspondientes cuchillas, chairas, delantales, barbijos y guantes anticortes. El jurado estará provisto de una mampara de blindex previendo reacciones violentas ante sus veredictos

Haciendo ring-raje por un sueño
Esta versión será grabada en exteriores y será emitida durante la cena en los televisores gigantes de nuestra querida fonda. En este caso, el jurado fallará sin saber siquiera que está participando en este evento. Cada pareja deberá tocar insistentemente el timbre en una casa elegida al azar durante las horas nocturnas para luego huir a la carrera. La persona que habite en dicha casa (la suerte o el destino determinará que viva allí una ancianita o un velocista) será el involuntario jurado. La última pareja en la que al menos uno de sus miembros aún no haya sido alcanzado y molido a palos por los miembros del jurado será coronada.

Por ahora, arrancaremos con estos eventos, pero según el éxito alcanzado no sólo sacaremos las versiones, II, III y IV de cada uno, sino que seguramente nos ampliaremos a los mediodías y fines de semana. Nos reservamos para esas ocasiones Haciendo un piquete por un sueño, Prendiéndose fuego a lo Bonzo por un sueño y Pintando el techo del restaurante por un sueño (ésta, nos vaya bien o mal , vamos a tratar de ponerla igualmente en marcha).Cabe aclarar a los que quieran inscribirse que la realización del sueño no puede exceder un costo de $35. Es lo que calculé que tendría que costar como máximo si es que quiero mantener mis expectativas de seguir currando por un sueño. Mas costoso me daría aún más grima.

lunes, 20 de noviembre de 2006

Qué cosas están "in" o cuales están "out" en Polenta con Pajaritos

A medida que el ambiente del bodegón va tomando clima, me veo forzado a explicarles qué cosas de las que a menudo hacen en este santuario nuestros comensales están mal vistas y cuáles otras son gratas y encomiables.
Es muy cuestionado traer la comida de su casa. Tenga en cuenta que vivimos de esto. Nadie lo obliga a venir, por lo que no está obligado a comprarnos alimento alguno. Pero eso sí, señor, señora, no nos dé un disgusto entrando con una cesta de vituallas para compartir con su nutrida familia. No ha faltado incluso el desubicado que nos saca los manteles de las mesas y los extiende sobre el piso para hacer su picnic bajo techo, a modo de manta para no ensuciarse.
En el otro extremo, nos resulta muy grato que si usted quiere una comida muy elaborada (de tortilla para arriba, digamos) acepte nuestra invitación y se la prepare usted mismo. Al fin de cuentas, hacemos esto por pura pasión, y no para cumplirle todos sus caprichos. Ahí está la batidora, por allá anda el horno y acullá los enseres de cocina. Dealé, meta nomás cuchara en el guiso y cocínese lo que más le gusta. Para favorecer la tendencia estamos planificando retirar el 70% de las mesas y reemplazarlas por mesadas de acero inoxidable dotadas de hornos y sets de cucharones y palotes.
Lo peor de lo peor es que usted se retire sin pagar. Es de muy mal gusto y no corresponde al nivel que pretendemos de nuestra selecta clientela. Además nos priva del placer de darles su merecido vuelto. Tengan presente que no hay frase más deseada por un mozo que “la cuenta, por favor”. Les pedimos amablemente que no traumen a nuestros fieles servidores.
Engrandece a una persona ser generosa con las propinas. Siempre busque que la pila de billetes (no sea out, no deje monedas) que conforma su propina sea vista incluso desde la mesa más lejana. Usted se sentirá un winner y despertará la envidia y admiración del resto de los asistentes. Cuanto más propina deje, más importante se sentirá. Para ayudarle a asegurar su imagen favorable, hemos quitado las mesas centrales, de tal forma que todas las mesas se vean desde todos los puntos del salón y su gesto no pase desapercibido. El único inconveniente es que las mesas se encuentran más alejadas que antes y deberá dejar algunos billetes extra para que se distinga su óbolo, lo cual no es problema para alguien pudiente como usted.
Por último, siempre recuerden que estas son sólo algunas de las reglas, nuestros comensales más experimentados seguramente podrán aportar algunos datos extras a los nuevos parroquianos, a quienes les deseamos que su estadía en Polenta con Pajaritos sea lo más in posible.

sábado, 18 de noviembre de 2006

¿Cómo sería si...?

Si el mundo sigue girando es por casualidad.
La mínima modificación producida en el momento justo puede causar grandes cambios en la otra punta del planeta. El efecto mariposa que le dicen.
Y no estoy hablando del deshielo de los glaciares, de la tala de árboles ni de la contaminación nuclear o la migración hacia las grandes urbes.
No, nada de eso.
Pero imaginen si se diera en algún momento cualquiera de estos cambios...

Si los mecánicos fueran médicos
"...y, vea, yo le siento un poquito de ruido en el bobo. Pero a su edad no es nada raro, la generación suya ya vino con unas fallitas, y ahí tiene el soplo. Cómo yo lo veo, no vale la pena hacerle un arreglo grande. Yo le emparché un poco una venita que perdía un poco, y le suplementé una de las válvulas porque estaba fuera de punto. Siga así, úselo, mientras tire dele para adelante. Cualquier cosa, si se le planta de nuevo, ahí si, no va a quedar otra que desarmar y cambiar lo que haga falta..."

Si los médicos fueran técnicos en computación
"...¿y desde cuando tiene ese problema?. No, en principio no vamos a hacer nada. Si, entiendo que si no puede facturar su empresa va a la quiebra en tres días, pero no se puede tomar una solución apresurada. Mire, lo que vamos a hacer es lo siguiente: usted me graba estos datos en un CD durante cinco días y me los trae, así los revisamos y después vemos. Por ahora, me reinicia la máquina cada seis horas y me registra el espacio libre en disco antes de apagarla. Puede ser que sea un problema de memoria. Si es así, yo le hago una ordencita así lo va a ver al técnico Perotti, que es el que más sabe de memorias de la ciudad. Si en cambio el problema es en el rígido, acá mismo en este local la hace ver por el técnico Sodolsky. Después me viene a ver con los resultados y ahí nomás la tratamos. Pero quédese tranquilo, seguramente es virósico. ¿Usted con que antivirus se está cuidando?..."

Si los técnicos en computación fueran dentistas
"...¿ésta es la muela que le duele?. Ajá. ¿Y qué tipo de dolor le da?, ¿con la dentadura vieja también tenía el mismo problema? A ver, vamos a probar una cosita. Abrá la boca... bueno, ciérrela de nuevo. ¿Mejoró?, ¿no?. Bien, ¿sigue con la boca cerrada?. Ábrala de nuevo. Cierre. Abra. ¿Nada? No, entonces no es por la apertura de la boca, descartemos eso. A ver, aplauda. ¿Paró el dolor?, ¿no?. No. A ver. Sáquese la dentadura. Listo, pruébese ésta. Lo mismo, che. Qué raro, porque al paciente que atendí recién con esta dentadura no le dolía. No importa, hagamos lo siguiente. Yo le saco la muela que le duele y se la implanto al que tengo que atender después de usted. Si a él le duele, entonces seguramente es la muela la que está fallando..."

Si los dentistas fueran mecánicos
"...si, si, lo entiendo. Pero resulta que el caño de escape cromado que le quiere implantar al motor no está cubierto, ningún taller se lo cubre, ya sabe como son las cosas con las estéticas. No obstante, a ver, mire, acá tiene la tapa del motor picada. Si esto lo dejamos así enseguida se le hace un agujero. Ayudemé, sostángame bien abierto el motor que le paso la amoladora y le limpiamos un poco la superficie. Eso sí, va a quedar la pared medio debilitada, así que vamos a ponerle arriba una fundita al motor para que aguante. Y lo que le recomiendo es que vaya previendo ponerle unas guías al capot. Fíjese que cuando lo baja, de un lado no apoya bien. Eso se corrije, pero si lo dejamos estar va a andar con el capot torcido y se desgasta desparejo. Es un sistema de varillas que van por afuera del auto y lo van acomodando de a poquito. No, muy lindo no queda, pero es un tiempito nada más. Eso sí, mire que eso tampoco lo cubre nadie..."

Para muestra basta un botón.
Estamos en el horno.

Hay juegos para chicos, para adultos, para perros, para computadora. Resulta que ahora también hay juegos para borrachos. ¡Hay que estar en pedo para llevarlos a la práctica!

viernes, 17 de noviembre de 2006

10 respuestas reservadas

Así como les presenté anteriormente 10 de las preguntas para las que no tengo respuestas -lista que crece exponencialmente a diario- me pareció conveniente ilustrarlos con una lista de 10 respuestas que mantengo en la punta de la lengua para, en un futuro espero no muy lejano, poder sacarlas a la luz a la menor oportunidad que se me ofrezca.
No sólo debo trabajar duro para poder darle caracter de respuesta a cada una de ellas, para que no sean sólo una mera mentira, sino que debo estar atento a la formulación de las preguntas correctas.
A fin de asegurarme al menos este último punto, se las canto.
Ya saben, tengan sus preguntas a mano para cuando me crucen.

1) ¿Cuál?, ¿esta casa?. Ah, no se, todavía no entré. Me la compré de calentura la semana pasada porque me gustaron los helechos del frente.
2) Les agradezco el premio de corazón. Pero en serio, che, hay muchas personas que se lo merecen también. Además, ya les dije que los Nobel deberían entregarse a distintas personas cada año.
3) ¿Qué opino sobre las diez personas más ricas del mundo? Pues lo mismo de siempre: que de la familia no pienso hablar a los medios.
4) No, decile que estoy en una reunión. No se por qué piensa el presidente que puede llamarme a cualquier hora, ya es tiempo de que se vaya arreglando solito.
5) Por favor, por favor, llámeme por el nombre. Dejemos de lado los títulos nobiliarios.
6) ¿No creen que ustedes se han pasado de la raya? Está bien lo de la calle y lo de la ciudad, tal vez hasta lo del país es comprensible. ¡Pero ponerle mi nombre al planeta!
7) En lo personal, no estoy a favor de los tatuajes. De hecho me desagradan bastante. Por lo tanto sería mucho más felíz si usaran mi imagen para un fin más trascendente.
8) Creanme, viajar al futuro no es gran cosa. Ahora que fui, les puedo decir que no saben lo que les espera.
9) ¿Qué si me gusta la música de Jagger, B.B. King, Bono y Clapton? Por supuesto. De otra forma, ¿cómo hubiera aceptado que cantaran en mi último disco?
10) Yo no fui.

Los ponjas están cada día más locos. Ahora se puso de moda arrojar ositos de peluche en las bodas (así como nosotros tiramos arroz) e inventaron una pistola para arrojarlos. ¡De pelos!

Mi fiel amigo, el auto

Dicen que los perros se parecen a sus amos.Pienso que lo mismo ocurre con los autos. Lo peor es que si mi razonamiento es correcto, mi auto me debe odiar.Yo lo veo y para mí es como si fuera una persona. Una persona senil.Es que el pobre ya pasó por dos añitos sus veinte veranos. Lo que en años-auto serían alrededor de 82 años de edad, ya que estudios recientes sugieren que un año-hombre equivale a 3,82 años-auto.Y mi tutú, pasados los ochenta pirulos es un viejo hecho y derecho.No surcan su opaca superficie surcos y arrugas, pero un sinfín de grietas, dobleces y lunares de óxido cuartean y descascaran la pintura y ondulan las chapas, ya flojas y laxas, como corresponde.El piso está lleno de caries y sus años de chupar polvo y barro le confieren una áspera catarrera en el andar. Sus cristales, otrora límpidos y sin mácula, hoy muestran un pergamino de patas de gallo y estrías provocadas por el subir y bajar de las ventanillas y el derecha-izquerda de los limpiaparabrisas, que aunque sea doloroso reconocerlo, funcionan con una acentuada arritmia y falta de motricidad fina.Los faros, que antes exploraban ávidos de conocimiento los caminos de nuestro suelo patrio, hoy tienen un velo que ciega en parte su mirada. Estrabismo, miopía y un brillo apagado impide diferenciar la luz alta de la mínima luz de posición. Efecto del cruzar continuo por la vida, o tal vez emulando a nuestro actual presidente, le quedó un ojo para un lado y el otro para el otro, como ofendido, siempre mirando para veredas opuestas. Faros K, que le dicen.Y todo esto a pesar de que el modelo original contemplaba a cada lado del vehículo un único faro rectangular, robusto y macizo. En algún momento de su vida se reformó a dos faros redondos (alta y baja) en cada uno de los costados. Cómo todo viejo, terminó cayendo tarde o temprano en los bifocales.La artrosis en sus puertas lo tienen a mal traer: le crujen las articulaciones y perdió mucho de su elasticidad. Dos no cierran bien, dos no abren desde adentro, y la quinta -la de la baulera- no traba y se abre a cada rato. No es ni más ni menos que la consabida incontinencia que todos sufriremos algún día. La estantería se le está viniendo abajo, a mi pobre auto.Lo único que tiene en buen estado son las ruedas, pero renovar los zapatos no hace necesariamente a la edad.Camina de lado, se va para la derecha si uno no muñequea el andar forzando el volante, da pena verlo esforzarse para avanzar como un perro herido.Cada dos por tres se me achancha en el camino, se queda sin gas, o se le obturan las arterias que alimentan el motor. Cálculos en el carburador, o fiebre artrósica en el radiador, afectado por una ya cirrosis crónica. La mala calidad de lo que carga en el garguero y años de drogas duras (¿y que sino es la inhalación permanente de vapores de alto octanaje?) anticiparon su vejez.Es cierto que ni lo lavo ni lo cuido, absolutamente nunca.Pero ya es grande y mi auto tiene su dignidad. Quiere hacer las cosas solito. Y si no puede, se la aguanta.A pesar de los golpes de la vida y de otros autos siempre le dio para adelante y literalmente se cansó de darse la cabeza conta las paredes tozudamente.Hoy, mi senil R12, está grave, y aquí estoy, desahogando mi pesar.Hace dos días que no come, que no se quiere mover.Intentamos darle ánimos, de acelerarlo un poco, de calentarle el motorcito.Yo creo que él está entregado. Que ya no quiere más, que quiere dejarse estar.Hace dos días que está conectado al cargador de baterías, sobrevive artificialmente, con carga asistida. El alternador no lo alimenta, pobre santo.No se cuanto tiempo más pueda soportar verlo sufrir así, inconciente.Todavía no se como decírselo a mi esposa y a mi hija. Duele, pero creo que hay que sacrificarlo.

¡Esto sí que es diversión grantizada! Miren una página en donde les explicará con lujo de detalles porqué se estresan las ratas y cómo se organiza el complejo motor de la carpa dorada y qué consecuencias tiene los encuentros agresivos entre las lagartijas serranas. He aquí las respuestas a todas las pregutnas que usted nunca se hizo.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

10 preguntas sin respuesta

Simplemente, 10 preguntas para las que no tengo respuesta:
1) ¿Puede uno hacerse piercings en los piercings?, eso sí sería audaz y distintivo.
2) ¿Por qué los conductores de televisión que atienden llamadas telefónicas del público simulan que lo hacen a través de un aparato telefónico, pero sólo durante los primeros cinco segundos? Luego de eso dejan el aparato y siguen hablando "por aire", poniendo en descubierto esta vil patraña sin sentido.
3) ¿Por qué puedo imitar voces y tonadas regionales a la perfección, excepto cuando no estoy solo?
4) ¿Hay algún motivo para que tarde o temprano siempre tenga que darle la razón a mi esposa o solamente es una conspiración arbitraria y dañina de la naturaleza?
5) Al ir a cabecear un corner, ¿alguna vez a alguien se le ocurrió subirse a "cocollito" de un compañero para cabecear mejor o hacer como hacen los jugadores de rugby en los laterales que se levantan unos a otros?, ¿sería infracción?
6) Cuando uno habla de irse al cielo al morir, habla de ir hacia arriba. El cielo siempre puede estar un poquito más arriba que lo que el hombre vaya llegando en sus viajes espaciales (no discutiré en este apartado la finitud o no del espacio). El infierno, en cambio, está abajo. ¿Qué pasará cuando podamos llegar al centro de la Tierra -al menos con sondas no sería tan improbable- y veamos que el infierno no existe?
7) ¿Qué pasaría si un buen día subiera hasta la superficie un diablillo a devolvernos la sonda?
8) Así como ahora los coleccionistas compran y venden manuscritos de los grandes autores de la literatura de siglos pasados, ¿algún día comprarán y venderan los teclados y discos rígidos con los cuales los grandes autores del siglo XXI escriben y archivan actualmente sus obras?
9) Si no puedo diferenciar un pedazo de vidrio bien tallado de un diamante ni una pieza de oro de una imitación muy bien hecha, ¿qué importa que no sean de oro o diamante?
10) ¿Dónde demonios fueron a parar todos los regalos hechos con palitos de helados, tubos de papel higiénico, témpera, brillantina y plasticola que he confeccionado de niño para mis padres en sus días respectivos, siendo que no volví a verlos jamás en mi casa por el resto de mi vida?, ¿en alguna bóveda bancaria?

domingo, 12 de noviembre de 2006

La fea y el bestia

Presencié la charla entre dos personas que se gastaban una a la otra por la supuesta fealdad de sus esposas y me sorprendieron con una de las cargadas más ingeniosas que he escuchado en los últimos tiempos.“¿Mi señora es fea?,” – dijo uno de ellos – “andá, si tu señora es tan fea que si se presenta en un concurso de feas, no sólo gana sino que además le hacen un control antidoping!”

Sexo sentido

No, no está mal el título, no hay errores tipográficos.No nos referimos en esta ocasión al –para mí- mejor thriller que he visto, interpretado por Bruce Willis y un insuperable y novel Haley Joel Osment.En este caso nos referimos al sexo sentido, es decir, el agarrarse el prepucio con el cierre relámpago del pantalón.Entiendo que este tema sea particularmente sensible para muchos hombres, pero es necesario abordarlo. Para muchos truhanes y cínicos, es el contrapunto a la clásica queja de la mujer por los dolores de parto (“Vos te quejás del parto porque no sabés lo que es agarrarse el quetejedi con el cierre”). Y si no pregúntenle al quetejedi, que a los alaridos te lo canta. ¡Otra que monólogos de la vagina!El mayor desafío para escribir sobre este flagelo fue no caer en la chabacanería fácil y la superficialidad absoluta (espero no caer fácilmente en la superficialidad y ser absolutamente chabacano).Para esto me he documentado, a pesar de que puedo hablar del tema por experiencia propia.Estos accidentes son muy frecuentes en la etapa infantil y personalmente creo que se deben a la dispersión mental y poca capacidad de concentración de los púberes. La mínima distracción en el cumplimiento a rajatablas de la secuencia “abrir-sacar-usar-sacudir-guardar-cerrar” puede traer catastróficas consecuencias.La frecuencia y carácter común de este accidente está citado en distintas publicaciones médicas y en ámbitos académicos. Pueden consultar al respecto las publicaciones de Merck & Co., Estudiantes Medicina TV y Pene Salud, donde se analiza el tema objeto de esta nota. Con esto quiero decir simplemente que si yo me lo agarré y puedo ser boludo por ello, al menos no soy el único.Al empezar a recordar cuandos y porqués, en principio creí erróneamente que mi generación había sido la última camada en sufrir este tipo de patología, ya que no conozco a ningún varón de generaciones más cercanas que haya pasado por el ritual de hacerse este pseudo-piercing.La forma en que ahora las telas cubren mejor las cremalleras, enfundando por lo general los cierres, o la simple evolución humana hacia un futuro mejor parecían haber extinto el problema.Sin embargo, el día 16 de marzo de 2005 el doctor Juan Emilio Losa, experto de la Fundación Alcorcón reportó un caso reciente (ocurrido con posterioridad a una relación de sexo oral) del que pueden sacarse dos conclusiones de peso.En principio, como el cólera, el hantavirus y otras pestes similares, el tomarse la piel con el cierre parece resurgir entre generaciones, habiéndose mantenido latente por muchos años.Luego, que hay otro tipo de distracciones para nada infantiles que llevan a incrementar los riesgos. Curiosamente, podría hacerse un paralelismo entre los efectos de las alteraciones en la secuencia “abrir-sacar-usar-sacudir-guardar-cerrar”, aplicable a ambos casos.Lo cierto que una vez sufrido el percance por lo general se llega a una situación de status quo de la que el damnificado no quiere salir: sin duda cualquier ser pensante advierte que destrabar el adminículo afectado puede ser tanto o más doloroso que haberlo enganchado, ya que ni siquiera se cuenta con el beneficio de la sorpresa.Una vez producido el enganche, el accidentado toma una postura de semi-flexión abdominal, defensa natural para evitar que una postura excesivamente rígida haga que la tela del pantalón se tense y produzca un tirón involuntario sobre las partes nobles.Las personas que puedan rodear al afectado, por suponer un niño, no sabrán que hacer. Las mujeres pensarán –con cierta razón- que el niño está agonizando y temen acrecentar el dolor cuya esencia además ignoran. Los varones adultos quedarán paralizados sin poder evitar imaginar el dolor en cuerpo propio y más de uno se dará a la fuga pretendiendo ir a buscar gasas y un trago de whisky para la criatura. Por lo demás, el niño sufrirá un daño moral ampliamente superior al físico: una de las pocas cosas que puede llevar más allá de los límites tolerables la vergüenza y socavamiento sicológico que padece quien se ve sorprendido en el trance de abrocharse el pene con el cierre de su pantalón es solamente el caso de hacerlo en pantalón ajeno, sobre todo cuando su propietario lo lleva puesto.Una gran conclusión y una duda quedan muy en claro en todo esto.La conclusión: una distracción provoca no solamente accidentes de tránsito.La duda: ¿cómo puede existir una página llamada Pene Salud?

sábado, 11 de noviembre de 2006

Duda cromática

A ver si alguno de ustedes puede sacarme una duda que me atenaza el cerebro desde hace unos días.Necesitaba escribir un mensaje en el que hacía referencia a unos sobrecitos de color bordó para enviar notas.Mientras escribía la expresión "sobres bord..." me di cuenta que no sabía como terminarla."Sobres bordó" parece en principio lo correcto, pero...Uno no dice "sobres rojo", sino "sobres rojos", que suena mucho mejor.¿Se dice "sobres bordó"?, ¿o se dice "sobres bordoces"?.¿Podría ser que fuera "sobres bordós"? No creo.Ni abordosados ni bordosientos suenan correctos.Uno podría decir que no, que se dice el color en singular, pero me vienen a la mente sobres marrones, y no sobres marrón. Indefectiblemente se dice en plural, ¿excepto bordó?Ahora, ¿qué carajo es el plural de un color?Necesito que alguien me saque esta duda, tiéndanme una mano.Sobre llovido mojado, al final terminé mandando las notas sin sobre.

martes, 7 de noviembre de 2006

Otra de tecnologías

Retomo el tema de la diferencias de cultura tecnológica entre las distintas generaciones que tenemos la fortuna? de compartir esta era de adelantos.Es interesante ver como las mismas cosas son sub o sobrevaloradas según el grado de acostumbramiento a las nuevas herramientas (creo que es hora de que a muchos otrora lujos los empecemos a considerar como tales).Mi viejo estaba jugando con mi hija haciendo imitando el ruido que hace una botella de champagne al descorcharse (noten mi grado de sofisticación: descorchar y no destapar, ya que el champagne no tiene tapa; cultores del tetra abstenerse) utilizando diferentes técnicas: mi hija utilizando los labios y mi padre ayudándose además con una mano, haciendo una emulación del corcho.Ante la inevitable puja por determinar cual de las dos imitaciones era la más ajustada al sonido real, mi viejo optó por un "no se, no se, yo lo hago con la mano".Mi hija pensó unos instantes y en una nueva versión de "estas uvas están verdes" zanjó la disputa con un ocurrente "y qué? el mío es manos libres".Sin palabras...

domingo, 5 de noviembre de 2006

Ya no respetan ni a los ancianos!

Hoy salí del trabajo a eso de las 17:30.Un calor terrible. Creo que fui dejando los pegotes de suela en la vereda, a medida que se iba derritiendo.Subí al 103 –hoy mi mujer se quedó con el auto- y estaba infestado de personas acaloradas y pegotosas.Después de estar todo el día parado y caminando de un lado para otro en el trabajo lo único que quería hacer era sentarme.Cuando el colectivo hubo recorrido unas cuarenta cuadras, delante de mío se bajó una señora. De un lado del asiento estaba yo y del otro un flaquito de unos quince años que calculo vendría del colegio.Cruzamos una mirada y le pregunté “te sentás?” ya dispuesto a asentar mis posaderas cuando dijera que no, como corresponde.El muy guacho dijo “sí” y me cagó el asiento. Habrase visto tan poco respeto hacia las personas mayores.Putié por lo bajo y seguí parado como un boludo.Al rato de nuevo. Vamos de nuevo, me dije.Le pregunté a un segundo muchachito: “te sentás?” e hice ademán de ir acercándome al asiento.“Ajá” me dijo el reverendo hijo de una gran siete.Hervía internamente y si no lo estrangulé fue por la gran cantidad de testigos.Pero, pensé, la tercera es la vencida, esto no puede durar para siempre.Dicho y hecho, la tercera es la vencida.Cuando se dio la oportunidad de un asiento vacío, miré a la vieja que tenía al otro lado de la butaca, y luego de un astuto intercambio de miradas me apuré a sentarme, sin preguntarle ni mierda.

sábado, 4 de noviembre de 2006

Ave Fénix

Acabo de darme cuenta que no debe ser tan cierto el mito por el cual se afirma que una juventud de abusos farmacológicos o etílicos y noches desveladas desembocan en una muerte prematura. Ni siquiera cuando tales enroscadas se prologan durante la madurez y entrados ya en una tercera edad, que según los cánones de esta creencia es poco menos que mítica y imposible de alcanzar.
Y ojo que no lo deduje recordando a Keith Richards o Charly García.
Ví en una cartelera de cine una paupérrima película de "humor" de corte típico argentino, en donde cual ave fénix (o gallareta criolla, más bien) Paolo el rockero renace de sus cenizas.
Uhhhh, looooco! Re copaaaado, maaaann!

Bien, en otro tren de cosas, si sienten curiosidad por saber el origen de muchos dichos populares, no dejen de ver esta página donde podrán saciar sus ansias de conocimiento. Crítica al margen, no tiene la frase "una de cal y otra de arena", pero bueno, podemos sobrevivir igual.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Visita al yopin

Ah!, el yópin...
Ayer nos fuimo al yópin con la loca y la nena. La pasamo rebien.
Hacía una banda que no saliamo a dar una güelta. Ademá, si me quedaba en casa me hacían lavá lo plato y me están dele que te dale con que arreglá el lavarropa y que emparchame la manguera que se chórria cuando rego las planta.
Esto se los cuento porque lotro día me anduvieron diciendo que estaba escribiendo má, pero más pior.
Antes escribía meno, pero la maquinaba mejó. Cada cosa la rumiaba un rato lungo y despúes lascribía.
Ahora no, eso dicen, que le doy masa a lo que venga.
Como a los ravioles que me mandé en el shópin.
Ah!, el yópin...