martes, 30 de diciembre de 2008

Fin de año, ¿fin del mundo?

“Parece que va a caer piedra”, dijo el dinosaurio.
¿Esta historia podría repetirse en apenas unos años?
La respuesta es afirmativa. Según algunos estudios científicos, en el transcurso de la próxima década un meteorito de proporciones apocalípticas podría destrozar la Tierra arrasando con todo ser viviente sobre la misma.
¿Hay voces disonantes?
Por supuesto, el resto de la comunidad científica es escéptica respecto a este anuncio, tildándolo de optimista y dudando de que la expresión “podría” sea la adecuada. No sólo sostienen que la colisión es ineludible sino que la única incógnita es cuantos son los meteoritos que van a impactar.
¿No podría haberse previsto esta situación?
Medios muy confiables han deslizados que no es esto un descubrimiento reciente, sino que se advirtió durante los comienzos de la guerra fría. Es poco conocido pero tanto la ex Rusia como los Estados Unidos han lanzado misiones espaciales no tripuladas –envueltas en el mayor secreto y sin conocimiento una de los planes de la otra- para intentar desviar el meteorito mediante explosiones nucleares antes que se acercase demasiado a la órbita terrestre.
¿Y cómo les fue?
A su manera, ambas misiones tuvieron éxito y a la vez fracasaron.
Es decir que ambas lograron desviar el meteorito, pero debido a la falta de colaboración entre ambas potencias, una de ellas lo desvió y la segunda lo volvió a desviar pero para el otro lado, colocándolo nuevamente en la trayectoria original.
¿No podría volver ahora a utilizarse el mismo procedimiento?
Todos saben que las agencias gubernamentales, las empresas y los publicistas son firmes practicantes de la llamada “Regla del Coyote”, que prohíbe utilizar un método que haya fallado en una ocasión anterior, así sea porque hubo una falla perfectible o porque el tren venía por la otra vía.
¿Y entonces?, ¿qué hacemos?
Bueno, hubiera preferido terminar de otra manera, pero todos dicen que no podemos hacer nada.
¿Y si bombeamos todo el agua del Oceáno Pacífico al Océano Atlántico para correr así el centro de masa de la Tierra y mover un cachito el planeta para el costado?
Impracticable.
¿Y si nos subimos todos, aunque sea usted, yo, nuestras familias y algunos amigos y deudores, a una nave espacial y nos vamos lejos lejos donde cagó el conejo?
Una boludez atómica.
¿Y entonces “kaput”?
Kaput.
Pucha.
Si, pucha.
¿Hay alguna mejor manera de terminar esta nota?
No.
¿Aunque sea la última nota del año?
No.
Dele, no sea así.
No.
¿Y algún consejo?
Eso sí que puedo darle: vaya corriendo y saque un préstamo a veinte años.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Obligadas reflexiones post-navideñas

Pensaba mantener aislado este blog de la tentación de caer en posts-navideños, pero no pude porque no se me ocurrió otra cosa para escribir.
Pero, en un intento de tratar de no caer en lugares comunes, les dejo unas reflexiones sobre las cosas que han ocurrido durante las fiestas (o dejado de ocurrir) y con el temita este de las fiestas nadie se acordó de analizar.
  • No he visto malabaristas ni artistas callejeros en los semáforos disfrazados de Papanuel. Fue una oportunidad perdida. Ni siquiera con el gorrito. Ni siquiera con un reno alcanzándole las pelotitas cuando se les caen. Ni siquiera.
  • Gracias al cambio de horario, Papanuel se pudo tomar una horita de descanso entre que terminó de repartir los regalos por el este y empezó por el oeste.
  • Los Papanueles de los shoppings y juguetería este año fueron más flacos que en años anteriores. ¿Casualidad, crisis o coincidencia?
  • Los que encuentran en estas fiestas una excusa para emborracharse en Navidad son unos reverendos pelotudos. Es mi modesta y parcialísima opinión. Los que además se suelen poner en pedo en otras épocas del año me merecen un poco más de respeto, por mantener un criterio de conducta, que tanto.
  • Los disfraces de Papanuel asustan a los chicos y no son agradables, ¿cuando van a aprender eso los mayores?
  • Amo haber pasado una navidad con el placer de no haber sintonizado por casualidad, haciendo zapping, una película de Chevy Chase o alguna de las de la saga "Mi pobre angelito".
  • Las navidades, a medida que pasan los años, llegan más rápido y se terminan más temprano.
Ay, Dios, que poco imaginatico que estoy hoy...

martes, 23 de diciembre de 2008

¡Otra que el Viejo Vizcacha!

"No evite ignorar los problemas
escolares y personales
de sus hijos"

(genial hallazgo de la Patu en
un envoltorio que había en casa,
gracias por la foto)

Cuando compramos el remedio, no sabíamos que estábamos comprando una ración de sabiduría popular. Es más, si hubiera leido el consejo antes, lo hubiera seguido al pie de la letra y hasta me ahorraba la plata del remedio.
No volví a pasar por esa farmacia, pero imagino los consejos del resto del rollo:

Amemos a nuestros mayores,
algún día seremos tan viejos,
rompehuevos y pelotudos como ellos.

Se generoso contigo mismo,
los demás sabrán como arreglarse.

No discrimines, esa es una actitud
propia de un negro de mierda como ellos.

Nunca omitas no recordar los favores que debes.

Yo, argentino.

Y bué, así estamos...

¡Aca 'tá!

Volví. Bueno, casi.
Me tomé un tiempito más que lo prometido porque andaba sin ganas de escribir.
Venía medio cansado con excesos de trabajo, con los ensayos y todo eso.
Aparentemente nadie en el restaurante notó nada ni se extrañó por mi ausencia.
En otro momento me hubiera preocupado eso, pero esta vez no me afectó en lo mas mínimo.
La obra salió muy bien, llenamos la sala, la gente se ha reido mucho y todo eso, pero no quiero opinar mucho hasta que vea el video, porque medio como que no lo creo.
Mañana escribo algo más. Hoy siento el cerebro exprimido y necesito revisar con calma el baúl de ideas para ver que encuentro.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sepan disculpar

Debido a lo absorbente de los últimos ensayos y la ultimación de detalles de la obra, no creo poder aparecer por acá hasta el viernes 19.
Nos vemos entonces.

Estreno 17 de diciembre - 21:30 horas
Sala del Sindicato Químico Papelero
Av. San Lorenzo 435
(Capitán Bermudez)


viernes, 5 de diciembre de 2008

Contrastes

Ay, ay, ay, Argentina, que país bananero...


Me desayuné en un post de Renegado sobre el libro que publicó esta chica.
Delen, sigamos así, que nos va a ir bien.
Y a ver si Cúspide se pone las pilas y va adquiriendo los derechos para publicar "Marley, una mente abierta".

¿Qué estaría pensando Favaloro de esto?
Si, ya sé, no se molestaría en estupideces.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Colmo II

Hoy por la mañana mientras manejaba le dije a mi esposa: "che, la verdad es que hace mucho que no le pegamos un toque al auto, ¿no?".
Y era cierto, por lo menos cuatro o cinco años que no le hicimos ni un raspón.
Ella me reprendió: "callate, a ver si lo llamás".
Pensé en lo absurdo que resulta pensar en que uno puede llamar a un choque.

Hace instantes me tocaron el auto en la calle.
Por suerte no fue nada -ni se raspó- pero como el otro al cruzarse sufrió un abollón mañana tengo que armar la exasperante procesión de ir a hacer la denuncia del accidente.

También deben haber transcurrido años (quizás cuatro o cinco) desde la última vez que me dije: "che, la verdad es que venimos derechitos con el tema de no tener accidentes de tránsito".
El cóctel de todos estos factores me asusta.
Tengo miedo de seguir opinando y sacando conclusiones, sea de lo que sea.

Y ojo con gastarme, a ver si me tengo que poner a opinar sobre algunos de los amigos comentaristas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El humor

Bueno, voy a decir algo importante, así que pongámonos serios.
No es que sea algo importante en si mismo, pero lo es para mi ya que es el fruto de una conclusión a la que he llegado en el ámbito de los pensamientos inconscientes durante este fin de semana.
Pensaba en lo raro que resulta ver a algunos grupos altamente heterogéneos (en cuanto a sexualidad, religión, ideología e idiosincracia se refiere) que pueden reunirse una y varias veces y lo pasan perfectamente bien a pesar de tener muy pocas cosas en común.
A veces grupos con cosas compartidas (como ex-compañeros de estudios, amigos de la infancia, viejos conocidos del barrio o del club), con vivencias comunes, simplemente terminan distanciados y en malos términos.
¿Qué une a las personas?
Ayer pensaba que ese algo es el humor, la afinidad humorística, es lo que une y distancia a las personas. Aún más que la música, la política y la literatura, ya que todas ellas de alguna manera se sirven del humor.
Parece una boludez, pero un grupo que comparte un mismo tipo de humor tiene -a mi modesto e infundamentado ver- muchas más posibilidades de crecer en sus relaciones que quienes no lo tienen.
Tener distintas visiones de lo que es gracioso hace que lo que a uno le divierte al otro lo aburre, lo lastima o bien le molesta.
El humor en si mismo es un código, una contraseña, una puerta abierta.
En otro orden de cosas, tampoco creo en el amor sin el humor.
Obviamente hay muchas otras cosas que hacen al amor un imposible, pero sin dudas es la incompatibilidad humorística una de ellas.
Jamás se podría estar a gusto con alguien que no comparte el estilo de humor -y obviamente otras cosas, claro- y me sobran demasiados ejemplos de gente con la que me llevaba bien y de golpe un mal chiste (según la óptica) me hizo reveer toda la relación con esa persona.
Creo que la afinidad con el humor de otra persona te hace desear conocerla, así como te produce un moderado rechazo quien no comparte los mismos "códigos".
La vida es un gran pan dulce.
Hay muchas cosas importantes que son necesarias e indispensables. Todas estas cosas serían las pasas de uva, las frutas secas y también las abrillantadas.
Como un elemento que mantiene todas las cosas unidas, para mí, el humor no es ni más ni menos que la masa de ese pan dulce.
Listo, ya dije lo que quería decir, pueden seguir ahora con sus tareas habituales.