martes, 30 de septiembre de 2008

Comentar o no comentar: ¡esa no es la cuestión!

Acá va una brevísima pero innecesaria aclaración necesaria.
Desde hace unos 15 días me están lloviendo reclamos (bueno, bueno, habrán sido cinco o seis, pero cinco o seis gotas hacen una lluvia, técnicamente hablando) sobre que no estoy comentando en otros blogs.
Subamos la apuesta: ¡ni siquiera estoy respondiendo todos los comentarios de mis propios blogs!
¿Es Bug una mala persona?
¡Por supuesto!
Pero eso sí, por otros motivos.
Deberían saber (si señor, deberían saberlo aunque yo no se los haya dicho) que mi jornada laboral se extiende desde las nueve de la mañana hasta las veinte horas -si salgo temprano- lo cual implica que salgo de casa a eso de las ocho menos cuarto y regreso pasadas las veintiuna.
Además, señores, como, duermo, discuto con mi esposa, me peleo con mi hija, pateo a los perros de la casa y eventualmente, según como venga de humor, me baño. Ah, y duermo.
O sea: por mas que quisiera dejar cosas de lado para poder comentar en otros lados (por ejemplo espaciando las duchas) tampoco me dan los tiempos.
Eso sí, por Bloglines leo todos los posts de los blogs de mis preferencias, toooooodos de corrido y a los apurones. Algunos los marco porque se me ocurre algo que agregar y entonces entro como puedo el fin de semana o aprovechando el almuerzo, pero mientras no pueda comentar desde Bloglines no puedo entrar a cada blog individualmente. Que Bloglines no deje rastros ni yo deje comentarios no quiere decir que no siga leyendo (no tan relajadamente como pretendo) los blogs que me gustan.
Además, casi todo lo que subo (excepto quizás algunas entradas en Q.E.B.) lo escribo el sábado o domingo y lo programo para que aparezca en la semana, o trato de rebuscármela para ganar tiempo (como con los posts de ayer) si aun así no pude preparar algo.
Ojalá pudiera estirar el día para poder disfrutar de la espontaneidad de entrar a comentar mas asiduamente en otros lados, así como poder manejar distinto mis propios blogs.
Pero los blogs (míos y ajenos) son para mí un placer, no una obligación.
Y por sobre todo, ojalá comprendan que el no-comentarismo es una limitación y no una decisión personal, del mismo modo que no culparíamos por su estado de anemia a quien no tiene nada para comer.
Creo que no tendré que explicar mas todo esto, y en todo caso usaré el vínculo a este post a modo de excusa.
El día que pueda dedicarle mas tiempo a esto, por ejemplo dejando de trabajar algunas horas porque Microsoft, Claro, Mastellone o Firestone esponsorean mis blogs, las cosas serán distintas.
Y si alguien tiene alguna palanca en estas empresas -u otras- avisen che, no sean egoistas.

PD: les debo el relleno del post en blanco, bien difícil que me lo hicieron. Ya ven, me piden comentarios cuando no puedo ni siquiera escribir mis propios posts.

lunes, 29 de septiembre de 2008

¡Qué loco!, ¡el post al revés!

El Profe dijo...

¡JUAS! Estuvo buenisímo... sobre todo la parte de los ninjas ancianos que bailaban sobre el hielo con mujeres disfrazadas de pitufo... ¡Sos un grosso The Bug!
¡Saludos!

29-sep-2008 14:23:00

petisuí dijo...

Yo hubiera preferido que la medianera, que oficia de telón, no fuera verde; tal vez magenta.

29-sep-2008 17:35:00

Ajenjo dijo...

Desde la segunda linea se sabía que había sido...
uy, me olvidé la pava en el fuego. Ya vengo.

29-sep-2008 18:10:00

La Mar en Coche dijo...

che, que bueno! cada vez me gusta mas tu forma de escribir, admirable tu manejo del absurdo... a veces un poco chabacano pero lo revertis a tiempo. Aunque todavia no enetendi bien lo de los nijas ancianos y eso... pero la parte de la tortuga: simplemente genial!
saludos!
e.-

29-sep-2008 18:46:00

Patu dijo...

Adore cuando copiabas a Homero simpson combatiendo contra monos capuccinos para vencer a esos ninjas ancianos

29-sep-2008 19:10:00

Patu dijo...

que bailaban sobre el hielo con mujeres disfrazadas de pitufo. pero me gustaria sopa con fideos

29-sep-2008 19:13:00

Mafa dijo...

A mí me encantó cuando pasaron el pedacito ése en el que Paul Newman anda a caballo y las viejitas lloran y yo que lo conocí ya como viejito lindo digo, con uno como ése lo pensaría.
(extracto de mi pensamiento de este momento)

Hoy le dediqué a Culo de camión, maula y no fuiste.

Espero las fotos de la cartera digo de la mochila y si Patu o tu señora esposa quiere mandar las de su cartera también pueden.

29-sep-2008 21:20:00

unServidor dijo...

Claaaaro, los demás comentan porque saben leer en inglés ¿y los que no sabemos, qué?

29-sep-2008 22:08:00

Baterflai dijo...

La única pelotuda que no entendió nada, o que no anda el chiste en Firefox.

29-sep-2008 23:03:00

unServidor dijo...

Ah ¿el chiste no es que no se ve nada? Glup...

29-sep-2008 23:32:00

El Profe dijo...

Unser pero para eso estaban los subtítulos... magia y desnudos artísticos al final, le dieron cierto aire de Fantasía, seducción y ciencia freacción.

30-sep-2008 0:24:00

gabrielaa. dijo...

viva el metablog! (y medianera magenta a full)

30-sep-2008 10:56:00

Carolina dijo...

Jajajaj!!! Nunca pensé que laburar en un circo podía ser tan divertido!!!
El otro día me dijo Carlos que iba a enseñarnos a todos los presentes el número del león y los aros con fuego... por ahí lo hacemos en patota el mes que viene!!!!

30-sep-2008 11:14:00

Carolina dijo...

Ahhh, me olvidaba...

Una de carne picante
Una de pollo al verdeo
Una de roque con jamón
Una de verdura
Una capresse

30-sep-2008 11:16:00

Comentario suprimido

El autor ha eliminado esta entrada.

30-sep-2008 12:48:00

Jorge Mux dijo...

Sever la oiratnemoc un rajed oreiuq oy.
(etsihc le idnetne on euqrop)

30-sep-2008 12:49:00

The Bug dijo...

Mafa, ¿cómo que no fui?
¿De donde sacás eso?
¿Me estás haciendo seguir por un detective?
Pucha, y yo sin peinarme.

30-sep-2008 12:59:00

Vachi dijo...

Llego tarde, pero gual quería comentarle que sin semillas es ampliamente mejor. Sobre todo cuando hace mucho frío, porque si uno dice en primavera, bueno, vaya y pase... ¡pero en pleno agosto! ¿A quién se le ocurre?

01-oct-2008 21:14:00

Comentario suprimido

El autor ha eliminado esta entrada.

01-oct-2008 21:14:00

Vachi dijo...

Perdón, fui yo la de arriba, se me mandó doblete... es que yo tengo tanto tiempo libre que decido mandar los comentarios duplicados para que tengan más peso... Pero después cuando los releo me arrepiento y borro un uno para no hacer tanto daño, aunque sé que debería plantearme borrar ambos no sólo por los absurdos contenidos, sino para no dejarlo a ud tan en la ruina, y tan bajo en comparación, ya que usted es tan villano que no comenta ningún blog (esto es porque ya leí lo de arriba jeje)
Saludos dobles.
:)

01-oct-2008 21:19:00

Mas clarito echale agua

Me olvidé. Igual dudo de que alguno de ustedes se haya acordado.
El viernes tenía que subir un fragmento del Petete 2000 y me olvidé.
Ya lo subiré entre hoy o mañana.
Tampoco tengo nada para subir acá, así que estoy pensando mientras gano tiempo escribiendo lo que me viene en mente.
El fin de semana fue un despelote. La Patu participó en una competencia (cof, cof... una medalla de oro... ejem, ejem... y otra de plata... cof, cof) así que pasamos todo el domingo viendo el certamen. Además el sábado...
¡Esperen!
¡Se me acaba de ocurrir algo!

Ayúdenme a inventar el post al revés: apenas subo este post subo uno más, pero vacío.
A ver, podría ser así la cosa: dejen comentarios, los que quieran, tema libre, lo que se les ocurra.
Luego, a la noche o mañana a más tardar, escribo el post de acuerdo a los comentarios que me han dejado en él.
Lo más probable es que salga una porquería, pero no se me ocurre otra manera de ganar algo mas de tiempo.
Gracias por la ayuda.

jueves, 25 de septiembre de 2008

¡Otra farsa publicitaria al descubierto!

Ayer entré al baño con la firme intención de afeitarme una barba de cuatro días.
Abrí el botiquín, saqué la espuma, abrí el agua caliente.
Me mojé bien el rostro, desparramé la espuma y volví a abrir la puertita del botiquín para sacar la maquinita de afeitar.
Antes de apoyar el filo sobre la barba, sentí un golpe tan fuerte sobre la nuca que me hizo inclinar la cabeza y provocarme un leve corte en el mentón.
"¡Otra vez la Patu!, ¡la mato!", pensé pensando que era mi hija haciéndome una broma.
Grande fue mi sorpresa cuando me di vuelta y lo encontré a Américo "el Tolo" Gallego, baluarte de la defensa de Newells y River, pero hace treinta años atrás, sentado lo más pancho en el inodoro, con el jogging a la altura de los tobillos, con una revista de crucigramas enrollada, con la que me había pegado.
"Che, pibe," -me dijo- "dos cosas: una, no hay papel; la otra: ¿qué cagada de maquinita me estás usando, me estás?".
Ahí entendí, ¡No estaba usando la Match 3!.
Igual me recalenté.
"Escuchame una cosa, Tolo, me chupa un huevo qué maquinita estoy usando. Vos sabés que yo te aprecio, pero loco, ¿qué hacés en mi baño?".
Otro castañazo sonó al lado de mi oreja.
Me di vuelta y estaba en la ducha, completamente mojado, Batata Clerc con un gorro de baño protegiendo el pelo que le queda. En la maño, mi cepillo de baño, con el que me había asestado un mandoble.
"Escuchame, no me lo tratés así al Tolo que nosotros estamos laburando, ¿entendés?, ¡la-bu-ran-do!".
Iba a retrucar cuando siento una voz desde la pieza que me dijo.
"Y más vale que cambiés de marca de maquinita de afeitar porque si no me voy a ver obligado a ir yo también a buscarle al ñoba".
Lo miré al Tolo con curiosidad por saber quien hablaba. "El Roña Castro... yo que vos no lo hago venir", me explicó.
Clerc me pasó un brazo por los hombros. Sabiendo que estaba en medio de una ducha la situación me provocó un escalofrío.
"Dale, macho, no te hagás rogar y comprate una Match 3", me indicó, "¿o querés que nos transformemos en tu sombra?".
De más está decir que salí corriendo al super de la vuelta, me compré una Match 3, tres cartuchos de repuesto y recién después pegué la vuelta.
Mientras caminaba por la vereda pensaba ¡qué distintas son las cosas en la vida real!
Yo les digo: no se dejan engañar.
Porque en la tele te muestran a Tigger Wood, Roger Federer y a Lio Messi cagándote a pelotazos, te pegan feo pero ¡bueno! son las glorias del primer mundo y no se te meten en tu casa por lo menos, te sacuden por la ventana.
Acá no, te puede aparecer un Luis Chilavert, un Pichi Campana, un Jacinto Leopoldo Luque, un Lático Coggi y ¡encima vaciándote la heladera o invadiendo tu casa!
Los argentinos somos así. Estamos destinados a jugar un pobre papel en el mundo, mientras sigamos inmersos en esta mediocridad general.
Y hablando de "pobre papel", ahora que me acuerdo acabo de salir del super y olvidé comprar papel higiénico, cierto que el Tolo me había avisado que ya no había...

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Desayunando con Lindsay: ¡Mirá con qué nos desayunamos hoy!

Después de mucho renegar con sus caprichos, logramos que Lindsay vuelva al ruedo.
Los que apostamos por su regreso ya no sabíamos mas que hacer para que siente cabeza un poco, se deje de joder con sus acostumbrados desplantes y remonte su carrera artística.
Afortunadamente, nos enteramos que la gente amiga de Elegancia Cero quería hacer una entrevista a alguien que tuviera una gran trayectoria, impresionantes cualidades artísticas y sea casi un mito en el ambiente artístico.
Afortunadamente, como decíamos, el entrevistado falló a último momento y enterados de ésto le ofrecimos como reemplazo a Lindsay.
Decí que esta buena gente agarró viaje. Su corresponsal, Sabrina, terminó entrevistando a Lindsay. Un sol, Sabrina.
En un esfuerzo de producción inaudito, esta entrevista sale en forma simultánea aquí y en Elegancia Cero, para beneplácito de los lectores, que de esta forma pueden leerlo en estéreo.

El Profe, desde su Propiedad Privada, se colgó la pesada mochila de documentar el evento -al mejor estilo de los juicios orales yankees- y nos dejó una ilustración digna de ser enmarcada (probablemente eso hagamos). ¡Millones de gracias, Profe!

¡Corre cinta!

Sabrina y Lindsay Gutierrez en plena entrevista. La diva firma un autográfo para su sobrino presente mientras la reportera saborea un sabroso Café Torales, auspiciante del encuentro (imagen cortesía de El Profe)

Sabrina -Lindsay, cara, me gustaría que me cuente ¿cómo fue su lanzamiento en la revista de Miami allá por... quello anno que usted sabe. Me refiero al comienzo, no cuando la lanzaron a la calle... Corrientes, bueno la Corrientes de allá? ¿Eeeeh?
Lindsay -Bueno, antes que nada, hola, como estás, como te va. De donde yo vengo se saluda, ¿vistes?. Ahora sí, te cuento. Ay, qué mona que estás, sos divina. Bueno, yendo al punto: me preguntás por mis inicios en Miami. Bien, en realidad, como sabrás, yo llegué a Miami siendo una artista ya consagrada, así que no se si es correcto hablar de un "principio". Preguntale a cualquier crítico de allá, vas a ver, cualquiera que me conozca, o sea todos, jajaja, te va a poder confirmar que como artista yo no nunca tuve principios.
¿La Corrientes de allá?¿Te referís a Connecticut?
No, la verdad es que ahí nunca estuve.

Sabrina -Bene, hmmm usaría los zapatos que usó la famosa, la inigualable Celia Cruz que non tienen tacono? Che ropa preferisci usare? Descríbimi il suo guardarropas de tutto il giorno, dele.
Lindsay -Bueno, linda, eso de inigualable, jejeje, bueno, si, supongo que si. Cada uno tiene lo suyo.
Pero te explico: la negra, como le decíamos los íntimos, usaba esos zapatos sin tacos por un problema de estabilidad, para que no se le caiga toda la fruta que se ponía sobre la cabeza. Y si se le caía en medio de un recital, ponele un mango, un ananá, un par de bananas, con el taco por ahí los pisaba y es jodido eso de mover las caderas con un brochette frutal por zapato.
A mi no, a mi dejame con los tacos altos. Bien altos. No es por exagerar, pero hubo una época en que los usaba tan altos que me tenía que dejar las uñas del pie bien largas para hacer base con la punta.
Y te confieso, yendo a la otra pregunta, que mi guardarropas diario es bien sencillito: traje al cuerpo de lentejuelas, aros bien cargados y medias de red. Eso sí, si tengo que salir, me pongo algo menos de entrecasa.

Sabrina -Cuéntese una anécdota de su época moza (nel bar?) per favore que incluya le parole: LENTEJUELA, PLUMAS, MAQUILLAJE, CAÑA DE PESCAR.
Lindsay -Tengo una anécdota muy entretenida, de un verano que pasé con el divino de Cary Grant. Ya estaba viejo y a mi me habían contratado para cuidarlo. Ya estaba en silla de ruedas, pobre.
Era un viejo caradura, pero muy entretenido.
La cuestión es que un día me dijo una guarangada que rebalsó el vaso.
¿Y sabés que hice yo?
De la calentura que tenía, le pegué un saque de Lexotanil, aproveché que no se podía defender, lo vestí de lentejuelas, lo maquillé, le puse una boa de plumas y lo largué con su silla de ruedas por esas callecitas de allá, en bajada, después subida, hop, saltito con la silla y después bajada, como se ve en las series de policías.
Lo que pasó con la caña de pescar no te lo puedo contar porque aún estoy en litigio con sus familiares.

Sabrina -Madonna santa!¿Comme le gusta que se vista el hombre que está al suo lado? Quando viaja en colectivo per esempio.
Lindsay -El hombre que está a mi lado, jajaja, que buen sentido del humor, me se saltan las lágrimas de la risa, prestame el pañuelito para secarme así no se me corre el rimmel.
¡Todos saben que los hombres no están a mi lado, sino atrás mío!
Jajaja, preciosa, linda, parecés una muñequita, que fino sarcasmo el tuyo, eh.
Bromas aparte... ¿qué es un colectivo?

Sabrina -Por último Lindsay qué consejino le daría a un/a adolescente que la está leyendo con respecto a su ropa interior ya que de eso se trata mi columna en Ele 0
Lindsay -En principio, le diría que siga sus instintos, que tiene que tener en cuenta que si ya se está viendo su ropa interior no se preocupe, que va por buen camino. O tal vez pueda ser que la atropelló uno de esos camiones grandes con asientos que llevan gente adentro y no sé como se llaman.
Pero en ese caso tampoco importa mucho, ¿no?.
Lo que si le diría, en base a mi experiencia personal, es que la arpillera es buena para un estilo rústico, aunque no debe extralimitarse su uso más allá de un bolso o cartera.

Sabrina -Gracias por acceder a este brevissimo reportaggio Lindsay pero devuélvame mi pañuelo.
Lindsay -¿Ya está?, ¿cortaron?, ¿en que canal sale esto?, va en horario central, ¿no es cierto?
¿Elegancia cero me dijo que se llamaba el programa, no?
Mirá, chirusita, el pañuelo me lo quedo, no quiero que después salgas a vender el pañuelo a un coleccionista o admirador y te llenes de plata sólo porque lo mojé con mis lágrimas.

Sabrina -Quello pañuelo, ma cosa dice ? è il mio , porca miseria mi pañuelo, vieja.
Lindsay -¿Vieja?, ¿vieja yo?, ¡ja!, ¡minga que me vas a hacer llorar de nuevo para vender mas caro ese pañuelo de mierda!

En este punto la entrevista trocó a su fin.

Acercándonos a Sabrina para darle nuestro agradecimiento y consultada sobre su impresión sobre la entrevista, obtuvimos la siguiente declaración: "Al pañuelo no me lo devolvió más, ¡ma che emozione!"

lunes, 22 de septiembre de 2008

Mi honor quedó intacto

Gracias a los consejos de los sabios lectores y un poco de inventiva propia, pude resolver el ya proverbial acertijo de "El caniche, el padre abnegado, el boulevard y la gente que lo mira como si fuera un puto paseando un caniche por el boulevard".
La solución era casi trivial, aunque el pánico ante la situación me obnubilaba la croqueta.
Fíjense que sencillito era.
Fui a buscar al cánido a la hora señalada.
Me hicieron pasar, subí al octavo piso.
Tomé al perro, con cuidado de no hacerlo por las orejas, ya que estaba en presencia de amantes de los caniches.
Saludé, chuic, chuic, nos vemos, que lindos los perritos, si yo también los amo, claro, claro, bueno, me voy, ajá, ajá, por supuesto, son repuchulos, bueno, no, no quiero tomar nada, me voy porque la verdad es que no sportamos la extrañancia perruna en casa, mejor me voy, si, chuic, chuic, bye, me voy, no te lo repito más, si, chau, chau, salí, llamé el ascensor y me lo tomé.
Acá viene la genialidad: durante el viaje en ascensor.
Tuve ocho pisos de tiempo para meter a la perra en cuestión dentro de una bolsa de papel madera, de esas que te dan cuando comprás camisas o un par de zapatillas.
Y ya está.
Créanlo o no, con el zarandeo de la bolsa la perra no dijo ni mu durante las varias cuadras del trayecto hasta el auto.
Ni uno sólo me miró con cara fea, me gritó "¡trolazo!" o me hizo ojitos.
Lo único que me quedaba por hacer -y que hice- fue desembarazarme de la bolsa una vez fuera de la vista del público peatonal.
Y yo que me había hecho problemas...

viernes, 19 de septiembre de 2008

¿Es necesario lastimar tanto mi hombría de bien?

Escribo estas líneas antes de que las cosas sucedan, pues temo que una vez transcurridos los hechos no tenga fuerzas para escribir nada. Las proyecciones indican que es más probable que me interne en un monasterio, me suicide o algo mucho peor: que me habra un fotolog para autoflagelarme como si de un cilicio virtual se tratase.
La cuestión es que hoy mi esposa (¡mi propia esposa!) me obliga -ésto no es figurado: un arqueo de cejas en los ángulos adecuados tiene el peso de una sentencia judicial- a ir a buscar a la perra de mi hija que está en casa de un compañero de trabajo (¡compañero de trabajo de ella!).
Así que yo, tipo ocho de la noche, estaré caminando cabizbajo, intentando pasar desapercibido caminando por Boulevard Oroño llevando de la correita a una canichita del tamaño de una caja de zapatos a los saltitos por la vereda (¡por la mismísima vereda!).
De ahí a que los recolectores de residuos me griten cosas como "pedazo de puto", que los carniceros me hagan gestos obsenos con sus chairas desde la impunidad que les da el interior de sus negocios y sobre todo sus cuchillas y que los albañiles de las obras circundantes, que estén todavía en los pisos altos porque otra vez el jodón del pelado Gutierrez les escondió la escalera, me chiflen y me obliguen a cruzar de vereda (¡a la mismísima vereda de enfrente!).
¿Cuánto tiene que soportar un padre y esposo?
Alguien que me lo diga, por favor (¡por favor, che!).
Porque yo me banqué estoico que haya que llevar a la perra para ver si podía quedar embaraza (no del compañero de mi esposa, aclaro, sino de su perro). Me la aguante a pesar de pensar "¿qué clase de enseñanza estoy dando llevando a la perra de mi hija para que tenga relaciones sexuales?" (¡y para peor sin el consentimiento expreso de la perra!).
Pero me la banqué hasta ahí, que ya es mucho.
No se si podré sobrevivir a caminar llevando un perrito re chuchi por la calle y que me cruce alguno de los compañeros de fútbol.
Si no vuelvo el lunes, ya conocen el motivo.

A esto ACME no lo tenía...

¡Cha cha cha chaaaaan!
¡Llegó -hace 8 años- el piso deslizante que hará las delicias del ama de casa!
El único problema que no se pudo resolver -y en lo que están trabajando los científicos a fin de tener a punto para el año 3000- es un sistema giroscópico y antigravitacional para los muebles para solucionar el único problema de este sistema: todas las mañanas te aparecen todos los muebles amontonados contra una de las paredes.

Para el fin de la semana que viene, pero sin acertijo de por medio porque ya veo que venimos con imaginación cero y los aprecio mucho como para dejarlos tan en descubierto, aclararemos el porqué de tanta porquería sonando en las radios (no se ilusionen, a Arjona no lo explica).

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Dónde las venden, que no consigo?

Ah, manga de perdedores, ¿se pensaron que era fácil?
Le erraron feo, pero muy feo.
Para que sepan las cocinas en el 2000 serán automáticas, centralizadas y no vendrán con horribles display de cuarzo líquido sino con hermosas botoneras y reóstatos.
Además, vuelven en el 2000 los cuellazos setentosos que tan bonito le quedaban al pibe Travolta.
¿No me creen?, ¡miren!


Eso sí, van a tener que clickear en la imagen para ampliar.
Lean, disfruten, empaláguense de futuro.
Y saquen su propia conclusión.
Yo saqué la mía: por lo visto, el sexismo no ha evolucionado nada.
Esta gente, que podía imaginarse un Centro de Comidas donde todo era automático y cocinas donde se reciclaban automáticamente los cubiertos y vajilla, no estuvieron ni cerca de imaginarse a la mujer fuera de su rol de ama de casa.
Pero tal vez es mejor que no tengamos tanto tiempo de mirar tanta televisión. ¿Se imaginan a Tinelli durante las 24 horas del día? ¡Vade Rating, Satanás!

Ahora que ya les pegué una paliza -bah, yo no, sino Petete- me animo a hacerles una pregunta aún más difícil para el viernes:

¿Cómo limpiaremos nuestros pisos en el año 2000?

Y pónganse las pilas que sino así no llegamos a ningún lado.

lunes, 15 de septiembre de 2008

¡Basta!

(fotografía de E. Rodriguez ; Diario La Capital)

Ni Nostradamus ni Parravicini: ¡Petete 2000!

(click en el siguiente vínculo para ingresar a las predicciones subidas al blog hasta el momento: Petete 2000)

Hoy cayó en mis manos -literalmente; se me vino parte de la biblioteca familiar encima- un libro que tiene más de treinta años.
Aquellos que crecieron en épocas donde Martín Karadagian no era sólo un mito urbano, recordarán el Libro Gordo de Petete. Acabo de recordar hace solamente un rato lo gordo que era, al caérseme encima.
Esta colección, venía con libro adicional llamado "Petete 2000" que explicaba y anunciaba qué cosas iban a cambiar en nuestras vidas con el advenimiento del lejano siglo XXI. Era en su momento una especie de "Conozca Más" o "Muy interesante" para niños.
Estuve un largo rato curioseando las cosas que pensábamos hace treinta años que ocurririan en nuestro presente actual y no pude evitar disparar más de una carcajada.
Algunas cosas, increiblemente sucedieron o fueron ampliamente superiores a las expectativas de la época. Otras, son francamente para despanzurrarse de la risa debido a la altísima dosis de ingenuidad con que fueron imaginadas.

Ahora no puedo escribir más porque soy alérgico al polvillo y hojear este libro me ha destrozado.
Para el próximo posteo les prometo un escaneo de una nota sin desperdicios.
Pero para hacer la espera más entretenida, les dejo una pregunta para que respondan en los comentarios y después vean cual de ustedes es el más banana:

¿Cómo se imaginan que se imaginaban los futurólogos de aquella época las cocinas de los hogares del año 2000?

Las respuestas, en el próximo post, en este mismo blog.


Ah, me olvidaba... Petete fue una publicación del gran García Ferré, para más datos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Gente amargada

No se si les habré contado, pero como tarea supletoria del restaurante enganché con un amigo para hacer pequeños programas informáticos.
Nada especial, yo apenas ayudo, el que sabe es mi amigo. Hacemos sistemas tipo "gestión integral, comercial, jurídica y empresarial para mercerías" o "resolución informática de problemas de regla de tres compuesta", es decir: pichuleamos.
Ayer mi socio me recontraputeó de arriba-abajo por un mensaje de error que le dio una parte de un sistema que había hecho yo.
El error era una boludez, pero le molestó el cartel de error propiamente dicho.
Él no entiende que el trabajo es a veces aburrido, yo lo hago cansado y de alguna manera se le debe poner un poco de picante para hacerlo más ameno.
Él insiste con que bueno, que tengo razón, pero que hay límites y no es negocio sobresaltar a los clientes y arrimarlos a la desesperación.
El mensaje de error era éste:


Hay gente que tiene el sentido del humor gravemente oxidado.

jueves, 11 de septiembre de 2008

¡Qué sueño de mierda!

Ayer soñé que era el Hombre Araña.
Pero no era un hombre araña heróico, era un hombre araña decadente, un spiderman de barrio.
En realidad no "era" el Hombre Araña, "trabajaba" de Hombre Araña.
En el sueño no estaba aclarado debidamente -como suele suceder en los episodios oníricos- pero es como que en cada ciudad debía haber un hombre araña para sacar de apuro a la gente. Yo era el hombre araña de mi barrio.
Ser hombre araña en mi barrio es feo.
Los poderes no eran completos y en todo caso el barrio no ayudaba.
Recuerdo que quise trepar por una pared para treparme a una terraza y si bien mis manos se aferraban con precisión, por la precariedad de las viviendas me quedaba con pedazos de reboque desprendido pegados a mis manos o con descascarados de pintura a la cal que dificultaban el ascenso, tornándolo imposible.
Afortunadamente, mi barrio lo más parecido a un rascacielos tiene dos plantas, así que esa dificultad para trepar la arreglaba con un salto esforzado por el escaso estado atlético. Eso sí, con tan poca altura, pendular de la telaraña es impracticable, amén de los cables que cruzan las calles de vereda a vereda.
En un momento, estuve al lado de una señora a quien le pedía una aguja o alfiler para destapar el agujerito por donde sale la telaraña: "no sale nada, se me tapó como el sapito del auto, el que tira agua en el parabrisas, si tiene un alfiler a lo mejor lo destapo", recuerdo vagamente haber argumentado.
No tuve enfrentamientos importantes, a excepción del encuentro con un malhechor que operaba desde un galpón donde hacían mantenimiento a colectivos de larga distancia. El villano estaba vestido con un mameluco azul y cubierto de grasa. Recuerdo haberme escondido y quedarme quieto hasta que me vio, momento en el cual salí disparando cual gato mojado y sin mirar hacia atrás.
Me puse a salvo, pero la transpiración y la adrenalina hacían que el traje me picara como si fuera de arpillera, que es más o menos de lo que era.
Un sueño deplorable, decadente e incómodo.
A los que se lo conté, les di lástima y terminaron por decirme "¡qué boludo!, ¿cómo vas a soñar eso?".
Tienen razón.
En esas circunstancias barriales, es preferible soñar que se es botellero, almacenero o recolector de residuos.

martes, 9 de septiembre de 2008

Claro que podés bañar un pedazo de puchero con crema pastelera mezclada con anchoas y atún, ¡pero no vengas a venderme que eso es un bittel thoné!

Hoy escribo desde la calentura. Y no lean abajo donde dice que esto lo escribí yo porque también quiero escribir desde el anonimato.
Me cansé, señores, ¡me cansé!
¡Basta de hipocresías y descarados eufemismos!
Las cosas por su nombre, al pan pan y al vino vino, y el buey solo bien salame y a buen puerto vas por leña, infeliz, ¿no ves que en el puerto no hay leña, ganso?
La cuestión -perdonen el descontrol de recién, por favor, tranquilo, tranquilo, soooo- es que hoy me hicieron calentar.
Es que por la tarde me convidaron un pastelito.
Bah, parecía un pastelito, pero... ¡estaba bañado con granas!
¡Granas de colores!
¿Desde cuando los pastelitos vienen con granas?
Ah, no, querido, entonces no es un pastelito, no señor. Será una manufactura dulce hojaldrada rellena de dulce de membrillo y bañada con almíbar y granas, pero nunca un pastelito.
¡Hay que respetar la tradición, jovencito!
Por eso estamos como estamos.
¿Sabés lo que hice con el pastelito?
¿Eh?, ¿sabés lo que hice?
Si, si, me lo comí, pero con cara de culo me lo comí, poniendo cara de culo, como corresponde.
O como esos que te dicen que se van a comer un choripan y después además del chorizo le meten adentro del pan lechuga, tomate, jamón cocido, aceitunas, papas fritas picadas, morrones, apio, mayonesa con roquefort, choclo y todas esas cosas sacrílegas.
Porque sí, estás en tu derecho de comerte un sánguche con un tenedor libre adentro, pero eso no es un choripán.
Chori-pán... chori... pan, ¿entendés? chorizo y pan. Ponele que con toda la furia le pongas un chorro de mostaza o chimi, pero ahí, frenate ahí o cambiale el nombre.
¡Y sacale ese escarbadiente de mierda!
El choripán se tiene que chorrear, igual que la empanada, y al primer mordisco te tiene que quedar el chorizo entero colgando de la boca, quemándote los labios.
¡Ja, servilletas! Como si el hombre no tuviera mangas...
Te lo digo yo que estoy al frente de un restorán más clasico que galletita de agua con picadillo.
Seguí, seguí, dale, ponele germen de trigo a la mixta de tomate, lechuga y cebolla que te va a ir bien.
Eso sí, después no vengas a llorar, a suplicar que te haga locro porque total, a vos te doy una sopa aguada, le pongo rabanitos, azucopos, croutones de pan negro y te conformás lo mismo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

¿A ustedes también les desaparecen cosas?

No, a mi no, a mi no me desaparecen.
Les pregunto porque ayer estaba leyendo el blog de mi amiga Baterflai y me encontré con un post donde cuenta que su casa es habitada por duendes que le comen las cosas, ya sean medias o aros, o si no se las comen se la cambian de lugar.
Luego, veo en los comentarios de ese texto que muchos de sus lectores sufren los mismos padecimientos, que reitero no son los míos.
Yo tengo a toda esta gente algo que confesarles: los duendes no les comen las cosas, simplemente las traen para mi casa.
Bueno, está bien, algunas cosas se las comerán, pero ¿cuántos de ustedes han encontrado miguitas de aros, de biromes o hilachas de media tiradas por ahí?
Yo tampoco sabía que todas estas cosas eran de ustedes, ojo. Recién ahora ato cabos.
La realidad es que cada vez que me levanto a la mañana y quiero sentarme para desayunar no puedo meter las piernas bajo la mesa porque está lleno de cosas que se amontonan por millones.
Suelo encontrar billeteras vacías, lapiceras, souvenires de bautismo, comunión o casamiento, huesos de pollo, pines, invisibles, pulseritas, sobrecitos de mayonesa, llaves, papelitos con teléfonos anotados, cartas, folletos, sacapuntas, controles remotos, celulares, manuales de electrodomésticos, cargadores de batería, relojes, documentos, tarjetas de débito, botones, escarbadientes, cajitas de anticonceptivos a medio usar, CDs, cada tanto aparecen lombrices y aún más espaciadamente algún cachorro de chiguagua o caniche.
Al principio barríamos estas cosas hacia el patio, pero ¡imagínense el hueco de la mesa lleno todas las mañanas!
Pronto el patio no dio más para albergar tantas porquerías (bueno, para mí, ustedes deben estar lamentando la pérdida). Nunca quisimos tirar nada porque ya saben, lo ajeno es sagrado.
Pero eso sí, ahora que ya se de donde provienen estas cosas, les pido encarecidamente que me digan cuales cosas son de ustedes y a donde tengo que enviárselas para que las recuperen.
No soporto mas tener que correr saquitos de te usados y guantes sin su par correspondiente cada vez que necesito sacar un pullover de mi placard o tener que hacer espacio entre pelotas de tennis y rollos de cocina semi-gastados para poder guardar un paquete de arroz en la alacena.
Desde ya les agradeceré que me ayuden a desembarazarme de sus pertenencias.
Muchas gracias.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Y encima le llaman "servicio" a lo que hacen

Ayer fui a las oficinas de la empresa que nos provee el servicio de televisión por cable para quejarme. Y mirá que mi esposa me insistía en que no lo haga, que no me iban a dar bola.
¡Ja!, se ve que no me conoce. Bueno, no, sí me conoce, pero igual me fui a reclamar.
Es que el servicio que nos prestan es una reverenda cagada. Discúlpenme el exabrupto, que utilice esta palabra que no es la más apropiada, pero no conozco ningún sinónimo de la palabra servicio.
La cuestión es que puse mi mejor cara de enojado y me dirigí al escritorio más cercano.
-Discúlpeme señorita, vengo a presentar un reclamo.
-Dígame, en qué lo puedo ayudar.
-Hay canales en el cable que se ven en blanco y negro.
La chica me miró algo extrañada, cosa que interpreté como una técnica para confundir a clientes exigentes como yo.
-Si... ¿y? -me respondió la muy fresca.
-¿Cómo "y"?, yo tengo un plasma que tiene todos los colores, de treinta y chirolas pulgadas y ustedes me pasan películas en blanco y negro.
En este punto tengo que aclarar que no tengo un plasma y que el televisor que más se acerca a las treinta pulgadas es el del comedor, pero de profundo. Me animé a mentirle así descaradamente porque 1) igual mi televisor tiene colores, un poquito apagado el rojo pero los tiene y 2) un amigo me explicó que aunque yo por el cable vea los canales de ellos, no pueden sin embargo espiarme la cocina por el cable. Es decir que el cable no es binorma.
-Señor, -me dijo fastidiada- son películas viejas, son el blanco y negro, son clásicos.
-¿Ah, clásicos? Si, claro, y yo me chupo el dedo. Mirá, nena, -en este momento ya estaba con todos los patos volados- en ningún lado dice que me iban a pasar cosas sin colores, usadas. ¿O a ver, mostrame el contrato con la firma mía donde diga que yo estoy de acuerdo con que me pasen cosas reviejas. ¡Hasta sin sonido algunas!
-Mire, señor, tengo cosas más import...
-¡Claro!, cosas más importantes que hacer, ¿no?, ¿cómo qué?, ¡DESPINTAR PELICULAS???, ¿EH?
En un momento, creo que luego del grito y el pararme sobre el escritorio, se acercaron dos personas de seguridad y me empezaron a arrastrar hacia la puerta.
-Dale, ¡échenmen!, total, hagan lo que quieran, aunque sea, ¡si van a pasarme películas viejas por lo menos cóbrenme en australes, carajo!
La cuestión es que me sacaron a la calle y por la tarde cayó por casa una furgoneta a cortarnos el servicio de cable.
Al atardecer no me quedó más remedio, ante la falta de televisión, que salir con una silla a la puerta a tomar mate (si, en mi barrio todavía la gente sale a la calle a tomar mate).
Pucha, si vieras que lindos atardeceres me estaba perdiendo todo este tiempo.
Con mi mala suerte habitual, es cantado que mañana me los codifican.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Querido diario

Querido diario: este fin de semana me pasaron algunas cosas que me han marcado, de una manera u otra, digamos, en forma indeleble.

El sábado fui con uno de mis hermanos a ver un recital del Fito Paez.
Si, si, ya sé que a mi Fito mucho no me gusta. Bueno, en realidad, lo que no me gusta de Fito es lo último que ha hecho. Bueno, si, si, para qué voy a mentirte a vos, diario mío, lo que vino después de "El amor después del amor" no rescato mucho más que seis o siete temas sueltos.
En fin, la cuestión es que fuimos con la intención de no desperdiciar las dos entradas gratis que mi hermano había conseguido.
Cuando llegamos, iba por el segundo tema. "Zafamos", pensé, "un tema menos para escuchar".
Sin embargo, Paez me tapó la boca.
El show fue impecable y la selección de temas excelente.
Las versiones fueron insuperables y mis prejuicios quedaron destrozados por el piso.
Pero, amén del espectáculo (que reconozco volvería a ver gustoso) sucedió algo que me hizo saber que " yo había perdido la chispa".
Además de disfrutar de la música y de que Fito estaba haciendo un despliegue admirable (acompañado muy bien por Coki and The Killers Burritos como banda soporte) yo no podía dejar de ver a un Fito Paez laburante.
Un tipo que a ojos de fanático estaba dando un buen espectáculo, pero a ojos míos no era más que un tipo esforzándose por dar lo mejor de sí, a costa de estar atento a todo.
No pude en ningún momento dejar de percibir las miradas subrepticias con los músicos para coordinar los inicios y los arreglos, los movimientos del pie acomodando los cables y los equipos mientras tocaba, las incomodidades con su traje en algunos momentos y que disimulaba muy bien, la perfecta coordinación para que las cosas parezcan espontáneas, o sea, el laburo fino del tipo que a pesar de todo eso seguía embocándole a las teclas como si nada.
Ir a un recital y apreciar el trabajo de fondo, ver a los laburantes arriba del escenario en vez de ver a los artistas, es perder un poco la chispa. Afortunadamente nadie más parecía darse cuenta.
Bien por Fito, mal por mí.

Ayer fui a comprar pastas con mi sobrino.
Las dos señoras que estaban detrás del mostrador chiste va chiste viene entre ellas, me tiraron un par de piropos más que ingenuos y bien intencionados.
Al salir le dije a mi sobrino "mirá vos que loco lo de estas viejas, mierda, he caído dos escalones en la escala generacional".
El lo resumió en pocas palabras: "¿éstos son los momentos en que te sentís deprimido, no?".
Bien por los veinte años de mi sobrino, mal por mí.

Cruzando un par de palabras con una sobrina quinceañera, le pregunté por una pulsera que tenía puesta.
Resulta que era una pulsera que le pusieron para poder salir y entrar sin volver a pagar en un boliche al que había ido el día anterior.
Lo curioso es que no se refirió al boliche como "boliche" o algún sinónimo de éste, sino como "un lugar donde fui, que había baile, de noche, va la gente a bailar o tomar algo".
Digamos, me describió un boliche de la misma forma en que yo explicaría a mi abuela qué cosa es un MP4.
Mal por mi sobrina, espeluznantemente mal por mí.

Querido diario, ¿te molesta si a partir de hoy te llamo "Señor Juez"?