martes, 28 de febrero de 2012

Qué difícil se me hace

Sucio.
Todo sucio.
No se dan una idea de lo que me costó -y me sigue costando- despegar la costra acumulada y endurecida luego de tantos meses.
Pero ya vamos terminando. O mejor dicho: voy terminando.
El problema es que me quedé temporalmente solo.
Con el Rata de vacaciones -tardará en volver, le debía 143 días hábiles de años anteriores- y Joselo desaparecido -en realidad me dijo que cuando termine yo de limpiar él volvía- no me quedó más remedio que hacerme cargo yo solo de este despelote.
Pero, al mal tiempo buena cara.
"Al mal tiempo buena cara", ajá.
No se que vena a significar esa frase. Literal no debe ser porque la última vez que le puse buena cara con sonrisa y todo al cielo durante una lluvia me cayó flor de gotón en el ojo que estuve el resto del día viendo turbio.
En fin, viscisitudes que sufrimos los empresarios del rubro gastronómico.
Bueno, viscisitudes, visicitudes, visisitudes, visiscitudes, vi...
Quilombos, bah.