¡Crash!
Si, si, si, si. Ese fue el ruido de la lamparita de mi cerebro.
Se rompió, estalló. Literalmente cagó fuego.
A la merda con la lú.
Lo curioso y realmente llamativo es que en la mayoría de los blogs que suelo visitar tampoco veo actualizaciones frecuentes (como si lo era la semana pasada, tal vez). Y en muchos casos, los que agregan notas son autorreferenciales y explican que tan mal/bien/seguido/espaciado postean. Y yo vengo a ser uno más de esos.
¿Qué está pasando?
Quizás necesite mis vacaciones YA.
Por lo pronto esta es una situación de quiebre y debo tomar una decisión al respecto.
Lo primero que voy a hacer es quitarme de encima el compromiso de escribir una nota por día por cuatro razones: 1) no me da; 2) tengo trabajo que terminar a lo sumo en 15 días; 3) mejor calidad que cantidad, premisa válida para todo excepto para el helado y 4) no me pagan por hacerlo (esta razón eclipsa a las otras tres).
Así que a partir de la semana que viene, verán esto actualizado sólo cada dos o tres días.
Otra alternativa es que haga como en la tele: cuando no tenga ideas para escribir subiré algún capítulo de Los Simpson.
¿Por qué les aclaro todo esto?
Simple: desde atrás del vidrio que separa mi escritorio de la cabina de control (por si no lo sabían tengo una cabina de control tipo estudio de radio y además cuando posteo lo hago en vivo, con gente que me ve mientras escribo) me están haciendo señas de que estiiiiiiiire para hacer tiempo e ir al corte.
Ah, y además como pronto me voy de vacaciones, no se si cerrar el boliche por 15 días o pedir a alguno de los viejos borrachos que pasan por acá a clavarse una ginebra que me haga el favor de seguir levantando las persianas.
No se.
Pero escucho sugerencias.
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