lunes, 12 de marzo de 2007

El que se va sin que lo echen...

Volví.
Ahora sólo queda desempacar las valijas y empezar a remar de nuevo.
Y no me refiero al trabajo. El descuidado de Mux me dejó la canilla de la bacha de crudos abierta y se me inundó el local completo.
Y Hernán, en su bienintencionado intento de retirar los ataudes del sótano me socavó los cimientos y se me hundió casi setenta centímetros la parte central del salón.
Igualmente, gracias muchachos. Me permitieron descansar sin tener que estar pensando en costosos sistemas de alarmas para evitar el robo si hubiera estado el restaurante cerrado.
Espero que no se hayan molestado en hacerse copias de las llaves: por un lado porque lo primero que hice al llegar fue cambiar las cerraduras y por el otro porque total, dejaron la bodega vacía, para que van a molestarse en seguir entrando.
En fin, veremos si podemos abrir mañana, si bien será martes 13. Total, será un embarque de vuelta y creo que el refrán se refiere sólo a las partidas.

1 comentario:

Jorge Mux dijo...

Me alegro de que hayas vuelto.
Un consejo de amigo: POR NADA EN EL MUNDO ABRAS LA HELADERA DEL DEPÓSITO. Dejala así, enchufada y funcionando. Si se llega a cortar la luz, conseguite un generador para esa heladera. ESA HELADERA TIENE QUE ESTAR FUNCIONANDO HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS. No la abras ni para mirar.
Ah, y si entra un cliente con un moño rojo y boina, interceptalo antes de que elija mesa, miralo a los ojos y decile "hoy tampoco".
Algún día te explicaré...