jueves, 28 de diciembre de 2006

Lassie y Rintintín: un poroto

La policía colombiana está en estos momentos en el ojo de un huracán.
Uno de sus oficiales fue amenazado de muerte por los jefes narcos de Bogotá, por lo que ahora debe moverse fuertemente protegido por una custodia policial permanente.
El asesinato de este agente sería en venganza de la cantidad de secuestros de droga que gracias a él realizó la policía en el control de aeropuertos, donde se desempeña. Las pérdidas para los narcotraficantes superan holgadamente la media tonelada de estupefacientes.
Un inflitrado en uno de los carteles y escuchas telefónicas realizadas por los efectivos dan cuenta de que se planea el envenenamiento de este policía. Ciertamente no sabemos si éste teme o no por su vida, pero estar amenazado por lo principales capomafia colombianos no debe ser joda.
Lo curioso de todo esto, es que el agente en cuestión es una perra (pueden ver la noticia en su formato original aquí). En la fotografía pueden verla (es la que está entre los dos policías de camisa celeste) saludando a uno de sus camaradas, instantánea tomada por un paparazzi inescrupuloso que puso en riesgo la vida del animal haciendo pública su imagen.
Se trata de Ágata (no sabemos si es su verdadero nombre o un alias a fin de protegerla), una perra detectora de drogas que tiene a mal traer a los narcos. Según sus compañeros de la fuerza, sólo le falta hablar, pues para todo el resto no podría ser más inteligente.

No deja de ser muy gracioso (excepto para la perra) que los peso pesado de Colombia estén tratando de asesinar una perra, por más buen olfato que tenga, y que la policía esté en vilo y poniendo guardaespaldas al cánido. Parece más una película de Jackie Chan o Van Dame que un drama real.
El principal problema es la incidencia que el desenlace de este hecho pueda tener en la relación entre humanos y animales. Me imagino a la guardia de infantería protegiendo a tres halcones de aeropuerto de ser linchados por manifestantes de Green Peace por la matanza indiscriminada de palomas llevada a cabo por las aves.

Por lo pronto, se sabe que a Ágata le daran una nueva identidad hasta tanto encarcelen a todos (pero todos todos) los narcotraficantes de Colombia. Supongo que la disfrazarán de dálmata o algo por el estilo, le cambiarán el nombre por el de Chicha o Batata y recomenzará una nueva vida en alguno de los pueblos colombianos más aislados.
Pero más tarde o más temprano retornarán los problemas y deberá por sus propios medios escapar y reventar a los traficantes que la persiguen, porque vi que pasa en todas las películas y algo de cierto debe haber en eso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Llamen a grímpís y salven a Agata.
Yo junto fondos. Enviame tu colaboración de $5 para la perra a mi cuenta bancaria

Jorge Mux dijo...

Ese es el problema con los trabajos comprometidos y arriesgados. Si la perra eligió esa profesión de buchona, ahora que se la banque; no se puede andar escondiendo y movilizando a una custodia (que pagamos todos) por una amenaza. No hay nada que hacerle; si naciste para pekinés no te podés andar haciendo el policía.
Por cosas como esa no dejo que mi perro vea series estilo Lassie, porque en una de esas se la cree y sale a hacerse el superhéroe. Y después pagamos el pato todos.