viernes, 29 de septiembre de 2006

Save the W.A.L.E.S.

Desde hace unos meses en el trabajo venimos trayendo a colación el tema de los charlatanes que ocultan el árbol de la brutez con un bosque de siglas. Puntualmente solemos hablar del lenguaje pseudo informático, pero creo que se aplica con amplitud al resto –o gran parte- de las relaciones humanas.Particularmente en el área informática hay una gran afluencia de siglas adicionalmente a la extensa cantidad de palabras que haría falta castellanizar para prescindir de su correspondiente inglés –incluso un elevado porcentaje se incorporó al habla corriente sin variaciones del idioma original- y que casi todo admite el empleo de siglas.El inglés en este caso influye mucho porque aporta una importante carga de consonantes que luego se transforman en siglas. Uno de los primeros casos emblemáticos que recuerdo, allá por los albores de los modos gráficos en D.O.S. (ups!, una sigla), es el término wysiwyg para definir aquellas cosas que en la pantalla se veían de forma similar a la salida impresa ("what you see is what you get": lo que ves es lo que tienes). Adicionalmente, para acrecentar la confusión –escudo de los innorantes o icnorantes, como quieran llamarlos- se utilizan siglas en inglés para términos que suelen expresarse en castellano, con lo cual se complica la deducción de los significados de las siglas.Nadie nomencla como DR el disco rígido sino que pasa a ser un HD. La sigla CPU prevalece sobre la más lógica UCP. En el caso del sistema operativo, OS le saca varios cuerpos a SO.Y hasta ahí no nos metimos realmente en tema: DDR, CDR-R/W; SQL, XP, ATX, GFX, PCI, VB, FTP y otras yerbas nos llevan a un fascinante mundo de desconcierto.Noten que en la sarta de siglas que acabo de expulsar se contabilizan apenas dos vocales entre un mar de consonantes, lo cual convierte cualquier conversación en algo similar una especie de lenguaje gutural pero pronunciado con la boca llena de lupines.Y esto es un arma mortal para aquellos que piensan que corazón que no ve, corazón que no siente y oído que no entiende, interlocutor que no discute. Y quien no piensa, trata de que el oído no entienda, y para que están las siglas si no están para eso.Por eso yo, antes que el DTEV me umbligue el CCPR, me ratifundio por el TREPS.Ah!, no hagan como yo y pierdan doscientos cincuenta años tratando infructuosamente de resolver el cubo mágico (si en vuestra época no existía tal cosa, por favor sigan dedicándose a entrenar vuestros pókemon y eviten todo tipo de comentarios, gilipollas!). Directamente entren a la página de Juan Roure y vean como se hace...

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