domingo, 3 de septiembre de 2006

Mensajes

Hasta hace unos cuantos meses, trabajaba en un supermercado.Como ahora mi nuevo empleo queda a unas seis o siete cuadras, y en virtud de las buenas relaciones que me han quedado, sigo dejando el auto por las mañanas en el estacionamiento del super. Como todo queda en la zona del microcentro de la ciudad es mucho más seguro dejar el pobre 12 a resguardo.Cómo el único agua que conoce el auto es la del radiador, la capa de tierra que lo cubre es como para detallar sus accidentes geográficos.Hoy encontré que alguien había escrito con el dedo sobre el capot: "Dejá dos pesos para las facturas, guacho!".Seguramente uno de los muchachos de seguridad, un repositor o alguno de mis ex-colegas haya sido el ocurrente, para gastarme tanto por la mugre como por la rascada de ahorrarme el estacionamiento usufructuando gratarola el del mercado.Me resultó una broma agradable y seguramente amistosa.Borrar la leyenda significaba dos cosas.Una, admitir que había sido burlado y que el mensaje no me había sido indiferente.La segunda, mucho más grave: me obligaba a lavar el auto.Si me hacía el sota, doblemente amargo. Ni el autor ni yo sacábamos provecho del asunto.Como soy una persona rencorosa, ventajera y no me gusta pasar por gil tan abiertamente, redoblé la apuesta con una respuesta.Sobre el capot del auto, también con el dedo y debajo del otro mensaje escribí: "Cuando me laves el auto te dejo".Como le comentaba a mi esposa: existirán vehículos con GPS, reproductores de DVD y otros instrumentos inteligentes, pero a ver cuantos pueden decir que tienen la carrocería con servicio de chat on board.No se si alguna vez ya se las he recomendado desde el blog, pero si así no lo fuera, miren estas fantásticas esculturas y tallas elaboradas en madera. Realmente increibles.

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