Hace unos minutos, publiqué en ¿Qué estás buscando? una búsqueda que envió Mantis: "Cierta curiosidad por las tetas".
De modo instantáneo y llamativamente fresco me vinieron a la mente recuerdos personales que pude asociar con un hecho vivido en mi casi lejana juventud.
Resulta que un amigo, allá por finales de los 80, en tren de juntar algunos mangos para irse de vacaciones, aceptó un modesto trabajo para un conocido de sus padres: tenía que cuidar la casa de esta persona mientras la misma se iba a sus propias vacaciones.
El trabajo consistía en hacer noche en la casa para que no se notara que no había nadie y de esta manera no tentar a los amigos de lo ajeno.
Una de esas noches, como mi amigo no podía salir a callejear por su flamante y temporal empleo, decidimos ir con el grupete a hacerle compañía un rato.
Incluso en aquella época de juventud plagada de explosiones hormonales, siempre fuimos más buenos que la barra del pibe Bazooka y más inocentes que Heidi tomando Cindor.
La cuestión es que nos quedamos a jugar al truco, escuchar música, tomar algo y hacer tiempo antes de irnos de joda, porque tampoco nos íbamos a clavar toda la noche con el boludo de mi amigo cuidando esa casa de mierda.
En un momento indeterminado de la noche -no les dije que era verano, aunque podrían haberlo supuesto- tenía tanto calor por el clima y las bebidas ingeridas que decidí darme una buena ducha de agua fría y ya que estábamos también un pequeño bañito de inmersión (en esa época no tenía bañera en casa y no era cuestión de desaprovechar una oportunidad así).
Cuando salí del baño, me fui a curiosear los libros de la biblioteca del dueño de la casa.
Recuerdo con claridad que había en varios estantes, 30, 40, 50, 100 qué se yo cuantos libros igualitos igualitos.
En el lomo se leía: "Cierta curiosidad por las tetas".
Le pregunté a mi amigo con mayor curiosidad por la cantidad de libros que por las tetas y me contestó: "Este libro lo escribió el dueño. Es escritor o algo así."
Ahí quedó el asunto esa noche y olvidé todo esto por casi dos décadas, hasta hoy.
Cuando me llegó la búsqueda de Mantis, me dije "yo estuve en la casa del tipo que escribió el libro que alguien está buscando en Google y fue a parar al blog de Mantis, que a su vez viene a uno de los míos y me lo cuenta como si fuera lo más gracioso del mundo".
Yo también googleé el título del libro y me encuentro con que el autor es Reynaldo Sietecase, que por la época en que se publicó el libro todavía vivía en Rosario.
Parece que sí: yo me duché en la ducha de Reynaldo Sietecase.
14 comentarios:
parece que sí. y que si sigo riéndome así entre un blog y otro voy a tener un ataque.
Lo único que falta es que haya sido usted quien escribió "cierta curiosidad por las tetas" en la barra de google. ¿No vendría a ser fraude, trampa o algo así?
Me parece que usted es Reynaldo Sietecase y esto es una maniobra de promoción del libro.
slds
W
Si usted se duchó en bañera de don Reynaldo yo soy Heidi tomando Cindor...
No mienta che! Hombre grande, pero!
Seguro que era Sietecase buscándose a sí mismo por google.
Mantis, ¿por qué hubiera sido fraude o trampa?
Además la búsqueda -amén de no haberla hecho yo, no apunta a ninguno de mis blogs, no escribí yo el texto ni la utilicé de ninguna forma. Es más, ni siquiera está incluida en el concurso.
Es más, me la envió usted. ¿No me diga que está usted complotado con mi otro yo?
Carolina, las pruebas son elocuentes.
Pero note que no lo he querido confirmar.
Podría haberme bañado en la casa de un fanático de Sietecase que además se hacía pasar por él.
Por esto último no lo garantizo 100%, pero sí 99,99% como el Lysoform.
Si Weltklang. Vaya a la librería más cercana y comprese el libro. Mi hija se lo agradecerá.
no es sospechoso? no sera todo un reality armado? no suena raro el apellido SIETECASE?......descúbralo en otro capitulo de......
"quien se baño en mi ducha?"
Una maravillosa historia de los enredos en la red. ¿No es extraño cómo algunas cosas confluyen misteriosamente gracias a internet? ¿No es casi mágico que un episodio olvidado y del cual no se tenían todos los datos en el momento de vivirlo, ahora, muchos años después, reaparezca por un misterioso camino y aportando más datos que en su momento?
Bugsy, vaya pensando qué hacer para poder escribir en unos años el libro "Yo hice la popona en el inodoro de Biassatti".
Rotundo éxito será, sin dudas.
jajaja prácticamente un vodevil del cyberespacio.
Una vez mi cuchicuchi fue a hacer una instalación en la concesionaria J. M. Fangio. Tenían que trabajar durante toda la noche y tuvo que satisfacer sus necesidades fisiológicas, fue al baño del despacho privado y se sentó en el trono del "chueco". Es una de las anécdotas que suele contar.
y cuente, que tal la bañera, tenia sales de baño, velitas y esas cosas? tenia sarro o estaba limpita? que tal la cortina de baño, asi alternativa o tipo cortina de telo, ah? ya que vamos a cholulear la casa de Sietecase, lo hagamos bien...
Juano, nada en este blog es armado.
Claro, a excepción de Joselo, que dice que no sale de su barrio sin el chumbo por nada del mundo.
Jorge, es como un deja vú cibernético, casi.
Bater, ¿usted cree?
Y bueno, si Cohelo vende...
Corvina, vea si puede aprovechar la idea de Bater reemplazando a Biassatti por Fangio.
De la bañera recuerdo sólo dos cosas: era de hierro enlozado y que casi me patino debido al alto octanaje que tenía en la sangre.
Será usted Reynaldo? ah?
Y parece que la anécdota tuvo su repercusión, porque desde 2007 cuando fue escrita, hasta octubre de 2011 cuando la estoy leyendo, han pasado cuatro años, ni más ni menos que cuatro años, cuando Reynaldo Sietecase (un tipo que habla en las tardes de Radio del Plata) acaba de comentar al aire que alguien se duchó en su casa, que no lo conoce y no sabe qué pasó... Acto seguido, un tarado más lo buscó por internet. The Bug, mis más sentidas felicitaciones por el logro.
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