Todo este tiempo en que no pude postear seguido (y por lo menos calculo unas dos semanitas más de tener muy poco tiempo para escribir) me hizo reflexionar.
¿Qué sentido tiene que los siga engañando?
Sólo les pido discreción y ética: si les cuento esto a ustedes no es para que anden por ahí gritándolo a los cuatro vientos.
Bien, ahí va.
Nada de lo que está escrito en este blog salió de mi imaginación.
En realidad este es un espacio en el que transcribo pequeños textos que ha escrito mi gran amigo Paulo Coehlo, textos que por supuesto no pudo meter en ninguno de sus libros (basta para echar una miradita a los distintos posts para descubrir que a veces Coehlo es un poco nabo).
De esta forma, Paulo hace catársis ya que entre tantos libros de boludeces que escribe por algún lado tenía que descargar.
A mi me viene bien porque evito tener que pensar demasiado (bueno, en realidad con cualquier libro de Coehlo me sucede eso) e inventar situaciones y cosas.
Así que cada dos o tres días nos juntamos a tomar una cervecita y me pasa los borradores.
Yo los copio y listo.
Bué, ya está. Me saqué un peso de encima.
Eso sí, iba a poner la foto de Cohelo en vez de la de Laurel y Hardy pero viendo la cara de Paulo, sinceramente, no da.
4 comentarios:
Pues ya que estamos de confesiones, mi nombre no es Jorge Mux, sino Jorge Bucay... Y ya se sabe que yo plagio abiertamente, así que no me parece tan grave lo suyo.
Es bueno que confiese.
Mientras tanto, no nos engrupa con que no tiene tiempo para postear si ya se deschavó que se la pasa tomando cerveza con su amigo en el bar.
Sabe que me parecía...
los post tienen el mismo aliento a ginebra de Paolinho...
Chinita, ¿vos sabés lo que es aguantar a Coehlo tomando cerveza y soltando la lengua?
¿Cómo podés decir que me sobra el tiempo?
¡Es un verdadero trabajo!
Y eso que logré sacarle la caipiroshka.
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