lunes, 16 de junio de 2008

Tomás Aníbal Arriaga, el lipogramista de Barrio Malvinas

Ayer al mediodía, mientras estaba repasando con el trapo rejilla alguna de las mesas desocupadas del restaurante (en rigor todas menos una en la que Joselo estaba tomando un café con leche durante su descanso), entro al local un cincuentón de aire distinguido.
Se dirigió a mí preguntando por el responsable del establecimiento, enterándose de mi propia boca que era yo quién estaba al frente en ese momento.
Se presentó como Filippo Mangiatutto, representante literario.
Me contó que llegó al local por recomendación especial de Rodrigo Alvarez Onorio, quien supo tener su tarde de fama (unas horas, al menos) gracias a nuestro comedor.
Estaba interesado en que uno de sus representados, Tomás Aníbal Arriaga, un novel escritor radicado en Barrio Malvinas, diera en nuestro restaurante la conferencia de prensa previa al inicio de la escritura de su primer novela. Cómo aún no había iniciado los textos, le parecía prudente hacer una conferencia sencilla en un lugar menos mediático que el centro de convenciones que tenemos ubicado enfrente; además que, ante la falta de garantías de que Arriaga venda o incluso termine su novela, era la opción más económica.
Le dije que sí, que íbamos a suspender todas las reservaciones de la fecha a fin de albergar tan magno evento. Sonrió, quizás intuyendo que no teníamos ninguna reservación pendiente.
Le pregunté por las características literarias de Arriaga, en mi caracter de asiduo lector de libros, revistas, folletos, pasacalles y graffittis.
Me dijo sin medias tintas, cómo si fuera yo el presidente de una prestigiosa editorial al que estuviera intentando convecer de que publicara los textos de Arriaga:
-"Tomás Aníbal Arriega es quizás el más elevado botón que muestra la calidad literaria del Barrio Malvinas. Su característica principal es ser un lipogramista fantástico.
"Cómo usted sabrá, un lipograma es un texto literario que fue voluntariamente escrito prescindiendo de algunas letras del alfabeto.
"La dificultad de un lipograma consiste en la elección de una letra que sea de uso frecuente. Por eso hay tan pocos textos de este tipo y los ejemplos se cuentan con los dedos de las manos y póngale, el pie izquierdo.
"Pero Arriaga trasciende las clásicas barreras de la lipografía, quitando no una, sino cinco letras del abecedario para sus textos: la i, la s, la r, la e y la p. Tanto es así que para no transgredir el lipograma ni siquiera en la tapa, ha firmado la obra con el seudónimo Tuntún Zucundún.
Le dije que me parecía maravilloso que un escritor pudiera expresarse aún con estas carencias, así que le pedí que por favor pidiera al literato que viniera unas horas antes del evento, así podíamos agasajarlo previamente y en forma privada. Me dijo que sí, que seguramente Arriaga aceptaría, pero que no me sorprenda que en su habla cotidiana respetara las reglas lipográficas autoestablecidas, como un modo de preparación para su colosal próxima obra.
Así las cosas, Tomás Aníbal Arriaga se presentó a las seis de la tarde, dos antes de la pactada para la conferencia.
Lo saludé efusivamente.
-Buenas tardes, señor Arriaga, ¿cómo está usted?
-Muy halagado, ajá. -respondió rápidamente.
Observé que no había pronunciado ni íes, ni eses, ni erres ni ées ni peces, sorprendiéndome gratamente.
-Lo felicito, tiene usted una disciplina muy fuerte.
-Thank you, -agregó con una inclinación de cabeza.
¿Cómo haría para omitir esas cinco letras durante toda una obra?
-Por favor, señor Arriaga, ¿quiere comer algo?
-Algo, olo algo.
-¿Cómo?, ¿cómo dice?
-Algo, olo algo, una immanada.
-¿Una qué?
-Una immanada, una con maza con calni adintto
Miré a su representante confundido.
-Una empanada, una con masa con carne adentro- me tradujo.
El escritor agregó:
-Y con pazaz da uva, tocanta, muy tocanta.
-Con pasas y picante, muy picante, por favor- explicó el representante.
Me fui hacia la cocina decepcionado.
El secreto del lipogramista estaba tristemente develado.

7 comentarios:

La Mar en Coche dijo...

Donilico, bello.
saludo.
e.-

The Bug dijo...

Sé que soy medio bruto o en todo caso medio pavo, pero, ¿qué es donílico?

Apalabrada dijo...

Cuánto para aprender, cuánto.
Qué extraño relato Bug, me sorprende bien su imprevisibilidad.

Anónimo dijo...

debido a graves crimenes cometidos contra la literatura, durante mi tumultosa juventud, la academia chilena de la lengua me prohibe estrictamente el inventar nuevas palabras o el uso de acentos, afortunadamente el cyber espacio argentino se encuentra fuera de su jurisdiccion, gracias a este resaquío legal me complace aportar con mis sunpúcios a este blog

con todo respeto.

The Bug dijo...

¿Mi imprevisibilidad o la del relato?
Pucha, no se si tomarlo como un elogio o un "bué, bastante que hace lo que puede".
Bah, no, es broma. Gracias Apa.

Juaking, el lugar ideal para aportar palabras nuevas es el Exonario de Jorge Mux (fíjese en mi barrita de links, que va a encontrarlo).
Su sunpucisación es bien recibida.

La Mar en Coche dijo...

Me quise hacer el canchero y decir: Dolínico, porque tiene un aire a los realtos de Dolina... pero ma triciono mi propia estupidez...
saludos.
e.-

The Bug dijo...

Eso le pasa por andar haciéndose el chanquero todo el tiempo.
Un abrazo.