viernes, 5 de octubre de 2007

Mis razones

Me preguntaron varias personas por las razones por las que estuve ausente del restaurante buena parte de esta semana. Al menos mi jefe y mi esposa cuentan como "varias personas".
Estuve haciendo un curso en Buenos Aires.
Porque quería estudiar algo en serio, no como los estudios que tenía hasta ahora.
"Chef" no cuenta para mí como un título válido. Cuatro letras -y para colmo una es muda- no pueden ser una profesión decente.
"Doctor" tampoco me lo parece, ya que con solamente cinco letras no se puede aspirar a mucho. Ya lo demuestra en hecho que cuando uno dice que es doctor tiene que aclarar en qué: leyes, medicina, prepación física de planteles de fútbol, universidad de la calle, etc., etc., etc.
Por eso busqué y busqué hasta que encontré lo que anhelaba mi espíritu inconforme: una carrera con todas las letras.
Me inscribí en unas jornadas de actualización en psiconeuroinmunoendocrinología
Tomá pa'vó.
Tuve que decir que era doctor para poder anotarme. Mentí un poquito, pero tampoco les dije que era neurocirujano o traumatólogo, que son títulos que dan algo de handicap. Al fin y al cabo, como dije antes, doctor es cualquiera.
Así que una vez que terminen las jornadas les voy a pasar el trapo a los otorrinolaringólogos. ¡Les voy a sacar 10 letras de ventaja, jaja! Esta bien que ellos tienen una cierta chapa ganada de profesión más larga entre las largas, pero los que andamos en la psiconeuroinmunoendocrinología vamos a recuperar territorio enseguida (por si no lo notaron, mi nueva profesión tiene más cantidad de letras que las que tiene el abecedario completo)
La única contra es que la placa de bronce para poner bajo el timbre de mi casa me va a salir un fangote de guita.
Por ahora estoy tomando los cursillos.
Es que los tipos se las saben todas, por algo son psiconeuroinmunoendocrinólogos.
Armaron un cursillo de tres meses para que los que participen en las jornadas sepan pronunciar bien el nombre de la carrera sin trabarse y sin hablar despacito.
No obstante, para alcanzar esta meta tuvieron que mezclar cuatro disciplinas con el único objetivo de tener la más larga (al final todo en la vida se reduce al sexo).
Sabemos que hay otros grupos médicos que están dispuestos a dar pelea y están creando nuevas carreras para competir contra nosotros.
Algunas de ellas están empezando a asomar al público, así que probablemente conozcan varias de las que voy a citar acá.

Pediatrineurologerontología: la disciplina abarcará los estudios de los problemas neurológicos que hacen que un viejo siga -a pesar del ridículo- haciéndose el pendejo.

Traumatoginecoproctoandrología: comprenderá el tratamiento de las confusas y sorprendentes consecuencias que afectan a una pareja de individuos adultos que intentan seguir al pie de la letra las instrucciones del Kama Sutra.

Sicoproctoandrotorrinolaringología: en el caso de los varones, esta rama de la medicina buscará solucionar el grave trastorno sicológico que produce a un padre ver por primera vez a su hija vestida como para matar y de la mano de su primer novio. En otras palabras: el clásico "se me frunce el culo y se me fueron los huevos a la garganta".

Sé que hay más disciplinas para difundir, pero no es cuestión de andar avivando giles.

8 comentarios:

Jorge Mux dijo...

¿Cómo lo tenemos que llamar ahora? ¿Psiconeuroinmunoendocrinólogo, o podemos seguir llamándolo, simplemente "maestro"?

The Bug dijo...

Jorge, ¿por qué la duda?
¿Acaso maestro psiconeuroinmunoendocrinólogo suena muy pedante?

Chinita Jodida dijo...

Magnífico Maestro Psiconeuroinmunoendocrinólogo...
Magnífico Maestro Psiconeuroinmunoendocrinólogo...
Magnífico Maestro Psiconeuroinmunoendocrinólogo...

(Perdón, estoy acostumbrándome...)

Jorge Mux dijo...

¿En qué orden debemos intercalar el apelativo "chorimante"?
¿Chorimante maestro psiconeuroinmunoendocrinólogo?
¿Maestro psiconeuroinmunoendocrinólogo chorimante?

Sole P dijo...

Buenísimo!! Nuevas palabras para jugar al ahorcado!!!!

Yo voy a ver si me hago un curso de Psiconeuroendocrinodietodermatología. Sería algo así como las consecuencias a nivel psíquico, endócrino, variaciones de peso, humor y modificaciones en la piel cuando estás "en esos días".

Anónimo dijo...

sin palabras -

Mantis dijo...

Doy por sentado que usted sabe que haber estudiado para profesional gastronómico y ser CHEF son dos cosas muy distintas.

Digo... no vaya ser cosa de que usted ande diciendo que es CHEF por ahí... una cosa es que se confundan los demás, pero entre gastronómicos no nos vamos a andar escupiendo la pulenta, ¿no?

la-filistea dijo...

Pero acuerdate que tienes que añadirle "chef" o sea algo así:chefpsiconeuroinmunoendocrinologo.

Tomá pa'vó.

Buen blog..