Sigo con bastante vagancia como para escribir algo nuevo.
Pero, para que no se vayan con el estómago vacío -una vez más- les dejo unos microcuentos que escribí especialmente para el proyecto 97 Relatos 97, organizado por el amigo Chester J. Lampwick.
Estos cinco relatos los encontrarán también junto a muchos otros que valen la pena leer en la página oficial del proyecto (suena bien decir que hay una página oficial, ¿no?).
Les dejo los relatos. Espero que les gusten.
El gordo
Desde cuarto año me llamaban “el Gordo”.
Dogor, Bola, Inflado, Boludón.
El que más me molestaba y humillaba era Giménez.
-Che, boludazo, se te rompió esto –dijo un recreo entre risas mientras rompía mi sexta escuadra.
No lo pensé.
Le partí el tablero de dibujo en el lomo, le metí un puntín en las bolas y una vez ovillado en el piso le puse tantas piñas y patadas que los padres tuvieron que reconocerlo por el ADN.
-No importa, –le dije satisfecho- ya estaba medio rota de antes.
Desde ese día volví a ser Ricardo.
MSN
Hola, por favor, ¿hay alguien ahí?
Mierda, todos mis contactos están desconectados.
¡Por favor! Qué alguien se conecte antes que me descubran.
Me secuestraron. Ayer, por la tarde.
Me encapucharon y me metieron en esta pieza, que debe ser una vieja oficina.
Ahora me dejaron encerrado y solo, me dijeron que por un rato, pero en cualquier momento vuelven.
Probé esta computadora: enciende y tiene internet.
¡Pero nadie está conectado al puto Messenger!
No puede estar pasándome esto...
Casi no puedo ver la pantalla, por los nervios.
Si me descubren me matan.
Dios, ya están volviendo.
La verídica historia del triste funcionario que baja a la calle a comprar cigarrillos pero se topa con la insidiosa realidad que le ofrece el dependiente del kiosco en donde habitualmente realiza sus compras puntualmente todas las mañanas a eso de las siete y cuarto, rumbo a su aún más triste oficina donde pasará el resto del día tapado por pilas infinitas de papeles que por quince minutos evade fumando un cigarrillo a media mañana en el frío patio
-Hola, José. ¿Me das un paquete de Marlboro 10?
El quiosquero lo mira.
-¿Sabés qué? No me quedaron.
Second Life
Cuando morí llegué a las puertas del cielo. Me dieron el número 254.710.
Esperé mi turno y Dios me atendió en su estudio.
-Estuve mirando tu expediente. – dijo en forma pausada – Está bastante bien.
-¿Entonces puedo quedarme?
Dios me miró paternalmente.
-Nadie se queda. Acá sólo vivimos mi familia directa y yo. Vos te volvés.
Me alcanzó un libro.
-Tomá, elegí entre los disponibles.
Las páginas estaban llenas de fotos de personas.
Señalé un hombre de apariencia simpática y bien vestido.
“Hecho”, dijo.
Ese mismo día reencarné.
Espero que ser ese hombre me haga feliz.
Tatatatataaaaaaaaaa
Marancio para López ¡qué jugador este López! juega corto para el Bicho Rigante sale a cortar García pero Rigante toca para López que pisa la medialuna peligro para los dirigidos por el profe Bertero ¡qué mal marca esta defensa! López elude a uno a dos y pasa al tercero ¡Cántelo que se viene el gol! por la derecha se desmarca Marancio ¡López se la juega solo! si señores encara al arquero lo pasa lo elude va a marcaaaaar y la pelota se va pegadita al palo derecho ¿no te digo? este López siempre el mismo pelotudo.
Bonus track
Me había quedado este cuentito colgado, así que ha falta de actualización de los lunes, se los dejo acá
La boda rota
Los mozos ya van vaciando las mesas, quitando los manteles y apilando las sillas.
Casi todos los invitados se han ido, excepto los borrachos de siempre en el fondo.
El auto de los flamantes esposos partió hace media hora rumbo al hotel para pasar su noche de bodas.
El novio, pasado en copas, va en el asiento trasero del auto aletargándose en un sueño, en un buen sueño.
Yo, la novia, sigo esperando como una tarada en medio de esta fiesta vacía que el novio, mi esposo, se de cuenta que se fue sinmigo.
5 comentarios:
Muy buenos microrelatos. Felicitaciones.
Gracias, Vontrier.
Ha levantado mi autoestima 12 puntos.
"Tatatatataaaaaaaaaa" es una joyita.
Pero mi preferido es "el gordo"
No se olvide de votar!
Un abrazo
Felicitaciones por su lapiz de bronce; el gordo es un relato descomunal de bueno.
Saludos
Gracias Verloc por sus palabras.
Lo que necesitar�a saber es con qu� se le saca puntas al l�piz de bronce.
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