lunes, 18 de agosto de 2008

Limpieza a fondo

-Apellido y nombre, señora.
-Guzmán, Teresa Sofía, agente. Y por favor tome nota también que en realidad soy señorita.
-Muy bien, señora, señorita, disculpe. Entonces, ¿podría repetirme lo sucedido en su domicilio así lo registro en la denuncia?
-Como no, oficial, las veces que haga falta. Resulta que yo volvía de hacer las compras, del chino que está a la vuelta de casa y...
-¿Volvía sola o algún masculino la acompañaba?
-No, no, no, sola. Es que desde que murió mamá estoy viviendo sola. Bueno, yo llegué a mi casa, con los bolsos cargados y al abrir la puerta se me desfondó una bolsa.
-¿Ya estaba dentro de su domicilio de radicación o estaba aún en la vía pública?
-No, a ver, no. Estaba adentro, sí. Porque me acuerdo que manché el felpudo que está del lado del living. Un desastre se me hizo.
-¿Puede recordar qué cosas cayeron al piso?
-Un paquete de harina, dos frascos de mermelada, uno de aceitunas, un sachet de leche y un amargo serrano. Todo roto en el piso.
-¿Y qué hizo entonces?
-Grité como loca, grité que era un desastre, que cómo iba a hacer para limpiar tal enchastre. Ahí fue cuando percibí que había alguien dentro de casa.
-¿Podría identificar a esa persona?
-Por supuesto, lo reconocería donde fuera.
-Veamos, repasemos la descripción que me hizo: alto, como de metro ochenta, pelo oscuro, peinado a la gomina, lentes ochentosos al estilo Bono, remera naranja, guardapolvo blanco... ¿está bien?
-Si, si, tal cual.
-¿No tiene ninguna duda?
-No, ninguna: era Mister Músculo.
-¿Y qué pasó entonces?
-Bueno, yo me asusté, porque estaba este señor dentro de mi casa, no se, se habrá colado por la claraboya del baño, que nunca me atreví a ponerle barrotes. Él me empezó a hablar, a decirme que me iba a ayudar a limpiar, a recoger todas las porquerías, a dejar el felpudo como un quirófano, vea mire.
-¿Y la ayudó?
-¿Él?, ¡nooooo!, ¿qué mierda me va a ayudar?. Me dio un envase con gatillo con no sé que porquería adentro y mientras yo lo miraba, confundida, dijo "me voy, me necesitan en otro lado", como en la propaganda y se fue rajando por la puerta que yo todavía no había cerrado.
-O sea que le hizo el cuento del tío...
-¡Peor! Fue publicidad engañosa. Uno en la tele lo ve tan correcto, tan gay, tan eficiente. Pero es pura propaganda. Ese hombre es un delincuente, no sabe lo que me hizo.
-¿Y qué le hizo?
-Me revolvió los cajones, me robó todas las chucherías de oro que tenía en la mesita de luz, se llevó mi celular, ya había embalado el dividí que por suerte no se pudo llevar pero desde las bombachas hasta los corpiños, no me dejó uno.
-No se preocupe señora, ya están todos los móviles tras el sospechoso. En cuento tengamos información la llamaremos por si hace falta hacer una ronda de reconocimiento.
-Gracias, señor policía. Ojalá atrapen a ese atorrante. Con el tema de que en la tele aparece en todas las casas como el Chapulín Colorado, uno se lo encuentra adentro y una ni sospecha que el malnacido no vino a ayudarte a limpiar la cocina o el baño sino a robarte los ahorros de toda la vida. Ya me parecía a mí: demasiado mosquita muerta no podía ser tan bueno.
-No todo lo que brilla es oro, señorita. Pero la justicia llega, tarde o temprano. Ya verá que cuando menos se acuerde, el imputado estará compartiendo celda con la acosadora gotita Magistral y el delincuente juvenil de Chuavechito.

9 comentarios:

unServidor dijo...

Bien que cuando le apareció Montaner, no lo denunció y hasta le ofreció un cafecito.

Ajenjo dijo...

Eh! Al chuavechito se lo llevaron por un poquito de marihuana! El tigre de kellogs anda duro todo el tiempo y no lo tocan. Acá hay tongo.

slds
A

Jorge Mux dijo...

Para que no pasen esas cosas, hay que poner doble bolsa.

Nico dijo...

nooo que bueno estuvoooooooooo jajaja. mortal!!!
Como haces??

Gally dijo...

Todas las figuras televisivas tienen un lado oscuro...

Según me dijeron Chuavechito se tiró a las drogas cuando Dibu lo dejó. Se endeudó y tuvo que salir a vender para pagar su deuda. Ahí lo agarraron.

Y la gotita de Magistral la mueve dentro de la cárcel. Un tio le compra siempre.

Horacio dijo...

y los verdes ensolves de drive!!! y las perlas azules de ala!!

también hay que meterlos en la misma celda, con los granbys por supuesto

Gally dijo...

Uy! los Grambys! me acuerdo siempre de las publicidades, esos dos tenían toda la onda de manejar la blanca... empalaban día por medio y nos hacían creer que era jabón...

bech dijo...

¿Y el tipazo de cocinero que bailaba?
Sepan comprender.
Es que al ama de casa la dejan mucho tiempo sola.

The Bug dijo...

Mirá, unServ, si fuera por mi, lo sacaba a Montaner carpiendo con un palo de escoba en el culo.
Ahora, decí que no lo vió mi esposa, que si no Montaner no cuenta el cuento.

Ajenjo, es que no el lo mismo un drogado del rpimer mundo que un sudaca empalmado.

Mux, devolvé la bolsa.

Nockosss, es simple: voy a otros blogs y copio.

Don Nadie, lo abomino por traer a Dibu a mi memoria.

Es así, Horacio, estamos invadidos por jabones.

Gally, la mafia del jabón es apenas menos pelogrosa que la de los dentífricos.

Apa, dicen que el cocinerito ese andaba arrastrándole al ala a Mr. Músculo.