Cierro el libro con desgano y miro por la ventanilla del colectivo. "La próxima", pienso cansinamente. Y aún no se me ha ocurrido nada.
Es temprano. Llegaré excesivamente temprano al trabajo.
Desde la parada del ómnibus hasta el restaurante hay seis cuadras. Tiempo de sobra para apurar la mente.
Debo escribir algo en el blog. Lo que sea, pero algo.
Quince minutos de caminata. Algo tiene que surgir.
Es temprano y podría escribirlo antes de empezar a trabajar.
El fresco empezó a mutar en un calor húmedo y pastoso que baja sobre la gente como la tapa de una prensa. Es difícil caminar.
Pero no estoy en la calle: estoy pensando, estoy viviendo en lo que voy a escribir.
Quince minutos me separan de ese futuro.
Voy por la calle quince minutos adelantado.
Es en momentos así cuando puedo viajar en el tiempo -aunque sólo sea un cuarto de hora- y escribir mientras camino.
Entonces estoy (estaré) sentado frente a la computadora tecleando lo que ya viví (vivo) en fantasías hace quince minutos.
Porque, mientras camino, mis pasos ya son pasado porque en este instante estoy escribiendo y acaban por ser recuerdo.
Sin embargo ahora, que mis dedos empujan las palabras desde el teclado, percibo el tiempo al revés.
Estoy viviendo atrasado. Mi mente volvió atrás esos quince minutos y el pasado-presente es uno solo. Estoy tecleando en el trabajo, parado en la esquina donde se detuvo el colectivo.
Lo trágico del asunto es que sé que en esos quince minutos (que pasaron, que pasarán) ninguna idea redentora asomará de mi cabeza para guiarme en la escritura ni justificará la existencia de esa fracción de tiempo.
No sé si estoy escribiendo esto en el futuro o recordándolo en el pasado, ¡pero tendría que haber surgido algo en estos quince minutos!
Algo me dice que es importante que suba algo al blog, algo que me demuestre que en verdad lo escribí, que se adhiera indefectiblemente al tiempo más allá del pasado, presente y futuro.
Lo que sea, aunque sea algo distinto, aunque sea un borrador, aunque no haya tiempo de releer y corregir.
Y aquí estoy.
8 comentarios:
Nada...Simplemente decir q escribis muy bien...Y q por alguna rareza cosmica hoy me paso lo mismo (el pensar tengo q poner algo en el blog y no se que)...
Desde la tambien pastosa capital federal...
Saludos
Dana
"It's up to me now turn on the bright lights - Got to be some more change in my life"
Gracias, Dana.
Saludos pastosos.
Me sacaste las palabras de la boca. ;-D. Bueno, está bien seguro que me hubiera costado un poco más.
Mar, sepa usted que la comida y las palabras no se le sacan de la boca a nadie.
Habrá sido sin querer.
Mis disculpas.
No es fácil escribir con estas temperaturas que nos calcinan el cerebro. Estar inspirado, tener ganas de sentarse a tipear algo que además queremos que sea original.
Usted lo lleva bastante bien, no se preocupe.
Que tenga un muy buen fin de semana.
Gracias, Apa. Me deja verdaderamente reconfortado.
No puedo escribir mucho porque, desde hace un par de días, tengo un problemita de inflamación de túnel carpiano. Eso me da cierta tranquilidad: me desliga de la obligación de cumplir con mis blogs.
Permítame que le diga, Bug, que usted escribe muy bien a pesar de -como usted dice- la ausencia de ideas redentoras.
La ausencia de ideas es una buena idea en sus manos.
(Hablando de manos, voy a tomar un ibuprofeno después de tipiar esto)
Jorge, tenga cuidado con el túnel carpiano.
Tanto en rutas, puentes y túneles los piquetes están al rojo vivo.
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