
Esto empezó –o al menos la primera vez que yo lo oí- con la web 2.0, para referirse a los blogs y las redes sociales. O sea, lo mismo pero clasificado de otra forma.
Actualmente también se habla en publicidades de la internet 2.0, que tampoco se bien que significa.
Incluso escuché hablar del capitalismo 2.0, para referirse al terrible quilombo que quedó después de la última crisis económica mundial.
A juzgar por los ejemplo de que dispongo no se necesita ser mejor para mejorar; basta solamente con que decir que se es 2.0.
-Yo antes era un político corrupto, pero eso era antes, horas atrás; hoy me levanté y me di cuenta que soy 2.0. Ahora sí pueden votarme con confianza.
¿Querés ser mejor?
¡No reniegues más!
¡Hacete 2.0!
Lo que yo no entiendo es cómo el gobierno no aprovecha este modelo de dospuntocerización y subirse al carro de las mejoras intangibles.
A ver manga de infelices 1.0, les aconsejo tomar los siguientes ejemplos para empezar a gestionar en serio desde el poder ejecutivo.
Pobreza 2.0
Ahora da gusto ser pobre. El hambre de hoy no es el hambre de ayer, no. Es más grande. Por eso en estos tiempos se llama 2.0. En una Argentina en crecimiento, el hambre no iba a quedarse atrás.
Inseguridad 2.0
¿Estás inseguro? Entonces sos obsoleto. La inseguridad es algo subjetivo, es una limitación mental. Sin mente, como nosotros pretendemos que todos estén gracias a la Educación 2.0, no tendrías límites. ¡Subite al nuevo modelo de inseguridad que te propone el gobierno y dospuntoceriate!
Obras públicas 2.0
La ecología nos obliga a reformular nuestro plan de obras públicas. Basta de carreteras que rompan el equilibro de los ecosistemas. Acabemos con los murallones que contienen los ríos, evitando inundaciones y salvando vidas. Si Dios hubiese querido murallones hubiera puesto los murallones ahí, directamente. Basta de bachear, dejemos que crezcan en nuestras ciudades los pajonales, los bañados, los pumas, los malones y retornemos de paso, ahorrando energía, a la iluminación solar.
Prendete del tren ecológico y subite a nuestra gestión 2.0.
En fin, muchachos, ahí tienen como para empezar.
Eso sí, no se bayan al carajo y se manden un 3.0 o 4.0.
Recuerden que mucho numerito, mucho numerito, pero Duro de Matar 4.0 resultó una reverenda porquería.