lunes, 23 de marzo de 2009

Todo lo que sube baja

Hace unos días les contaba que fácil me había encaramado a un peldaño apenas por debajo del de "deidad terrena" gracias a la fortuita aparición de una estrella fugaz.
Sin embargo, el universo trata siempre de equilibrar las cosas y -más tarde o más temprano- lo logra.
¿Qué quiero decir con ésto?
Que tuve que bajar todos y cada uno de los escalones para volver a posicionarme en el nivel "inquilino del infierno".
Resulta que mi esposa me compró una taza personal, de esas que dicen cosas bonitas y chuchis.
Como me la entregó cariñosamente a la noche, en la cama, cuando yo ya estaba durmiendo, mi agradecimiento fue algo así como "hum...que, que lindo... si, si, ajum, muy lindo..." y proseguí con la acostumbrada sucesión de ronquidos.
A la mañana, temprano, me levanté, vi la taza sobre la mesita de luz, me pregunté "¿qué es est...?, uh, cierto, la taza" y decidí que tomaría en ella mi desayuno.
Cuando estaba terminando una buena cantidad de café bien caliente, mi esposa se levantó.
Me vio con la taza y me dijo "ah, estás usando la taza, ayer no me diste bola".
"¡Cómo que no!", me hice el indignado.
"¿Ya viste lo que dice?", preguntó señalando el lado de la taza que estaba oculto a mi vista.
Cómo soy zurdo -si hay algún zurdo leyendo va a entender a lo que me refiero- suelo pasar por alto las inscripciones en las tazas, ya que suelen estar impresas para que queden a la vista de los usuarios diestros.
Miré y la taza decía "Te quiero mucho" adentro de un corazón.
"Pero claro que no", me hice el inocente, "ya lo había visto anoche".
Esa aclaración innecesaria fue lo que abrió las puertas del averno: la inscripción estaba escrita con una pintura especial que la hacía visible sólo cuando entra en contacto con algo caliente, o sea que fue visible sólo a la mañana desde que me había servido café, no antes.

22 comentarios:

MariaCe dijo...

Ahi va. Se jode por bolacero.
Ahora lo menos que puede hacer es compensar a su señora. Según los cánones de la felicidad doméstica: una taza con leyenda se compensa con una paellera Essen o algo de similar valor si la doña no es de cocinar.

Ajenjo dijo...

Y después dicen que los avances científicos nos mejoran la vida. Si, si, como no.

unServidor dijo...

Y sí... La estrella era "fugaz", realmente.

Lo divertido habrá sido ver qué otras cosas empezó a decir la taza cuando supiste su secreto y te subió el calor todavía más.

The Bug dijo...

¿Bolacero yo, María C?
Usted siga haciéndome fama de mentiroso que ya verá si se arrepiente o no cuando le envíe mi ejército de duendes caníbales voladores.

Ajenjo, que buen resumen del avance de la ciencia. Si hubieran tenido razón los científicos futureros de los 50, hoy estaría tomando sol mientras un batallón de robots limpia mi casa.

unSer, por las dudas, envolví la taza con las manos.
Es preferible una ampolla por quemadura que un escobazo bien puesto.

Amperio dijo...

La ciencia nos caga la vida, compañero. Desde que aparecieron los celulares, mi primo el Ricardito no pudo choriar más animalitos de dios por las rutas. ¿A dónde iremos a parar, ché? UAP, paquitodelaesquina.

The Bug dijo...

No sólo nos caga.
Nos caga y nos mea, Amperio.
Un abrazo multiétnico, querido.

The Wolf dijo...

XD

Yo siempre lo he dicho! Demasiado conocimiento condena a la infelicidad! propia y ajena por lo visto!!! Y uno cree que puede estarse tranquilo con los regalos vistos a mitad del sueño... y ahora se ve que no!


Salud! la proxima vez, finjase picado por una tsé tsé, y ahorresé el drama.

The Bug dijo...

Wolf, esos regalos son los peores.
Y podría simular si no fuera que para peor hablo dormido.

Anónimo dijo...

Basta de la opresión derechista. Si ella convive con vos desde hace quisió y tantos años, que por lo menos te regale cosas PARA VOS, no porquerías estandarizadas para derechos. Y si no, que no venga con exigencias.

Ves, es lo que digo, la derecha es una mierda.

The Bug dijo...

Oráculo, el problema no es lo que ella me regala.
El verdadero problema y el trasfondo de la cuestión es que yo no le regalo nada.

Héctor dijo...

pues ahora sí se quemó.

tendrá que resarcir su daño con algo tan espectacular que ella olvide su falta.

Hay una torre en París que le puedo vender, barata.

The Bug dijo...

¿A cuánto?

The Wolf dijo...

jajaja

Tiene todas en contra, querido! Así no llegamos, no llegamos!

(Relato inspirador: Mis padres ahora están en lucha de poderes porque mi madre desea un anillo Bulgari...
Moraleja: ya ve usted que es preferible ir regalando de a poco que tener que desenbolsar tres sueldos para pagar semejante cosa... ahorrese problemas, ahorrese problemas...pongase desde ahora.)

Héctor dijo...

Mire, deme la taza y unos eurillos, y se la mando por DHL

Paula dijo...

Nada, acabo de leer en un texto que estoy leyendo (muy serio texto) que dice "el efecto hilarante se sustenta en un código compartido" y me acordé de algunas cosas que hemos hablado.

Pues eso nomás.

The Bug dijo...

Bueno, Wolf, mi esposa entonces no tiene de qué quejarse: ya le he regalado varios anillos vulgares.

Héctor, ¿me toma por tonto?
¿Acaso cree que no me dí cuenta que todavía no me dijo donde debo enviarle tanto taza como dinero?

Bater, sepa usted que por mi lado estoy dispuesto a negar todo.

Abrujandra dijo...

La mentira tiene pata corta ajajajajaaaa
Imagino el calor que sintió.
Bué a mí me pasa seguido por dar las cosas en el momento menos indicado...y me pasa mucho cuando hablo...por ej.

The Bug dijo...

Imaginese, Abrujandra, que sentí tanto calor que la frase de la taza no desapareció en todo el día.

Gurisa dijo...

Tenga cuidado, The Bug. Su mujer acaba de encontrar un lugar con cosas para agarrar a los maridos en plena mentira. Reduzca su presupuesto por un tiempo.

The Bug dijo...

Ahí perdí, Guri.
Ella maneja su propio presupuesto.

Esposa de Bug dijo...

He dejado pasar varios días y consejos. He aportado nuevos pequeños obsequios y aún no ha llegado nada. Wolf me ha dado una buena idea y aunque los Bulgari no me gustan te recuerdo que sí me gustan las notebooks pequeñas y livianas.

The Bug dijo...

Ay, si, esposa mía, como si Bulgari fabricara notebooks...