sábado, 14 de marzo de 2009

"Tercera anécdota sobre la edad" o "Anécdota sobre la tercera edad"

A los que creen que deben sentirse viejos cuando un adolescente los trata de "usted", o empiezan a decirles "señor/a" o cuando les ceden el asiento en el colectivo, sepan que hay un nuevo escalón.
Hoy descubrí ingratamente que hay otro nivel, que luego de que te traten como una persona mayor viene algo peor: que te vean como un viejo decrépito.
Estaba esperando un colectivo, tranquilo, escuchando mi mp3 (¡desde cuando los "viejos" escuchan mp3?) y a mi lado había una señorita -que digo "señorita", ¡una niña!- de unos 15 años también esperando el colectivo.
Dejé pasar varios ómnibus que no me dejaban, lo cual debe haber preocupado a esta chica, no se por qué (¿o acaso los supuestamente viejos tenemos la obligación de subirnos al primer colectivo que nos pase por delante, nos deje o no?).
A un poco más de dos cuadras vi que se acercaba el colectivo que yo esperaba.
Entonces, se dio el siguiente intercambio verbal:

Ella - ¿Usted está esperando el 103?
Yo (sacándome los auriculares) - ¿Cómo?
Ella - Que si usted está esperando el 103.
Yo - Si.
Ella - Ah, porque allá viene -me explicó señalándolo.

Ah, por Dios, ¿qué se pensó?, ¿tan hecho mierda estoy?
De más está decir que insistió en dejarme subir al colectivo primero a mi.
No, si la juventud no es la que está perdida. Los que estamos perdidos somos nosotros.

8 comentarios:

Héctor dijo...

Bueno, mientras le haya ayudado con el bastón...

De seguro creyó que escuchaba "la hora de Gardel" en Radio Bonita AM.

The Bug dijo...

Héctor, si hubiese tenido el bastón le propinaba un certezo golpe en la mollera.
Ah, que épocas cuando uno podía sacarle las pilas a la nueva Spika y arrojarla a los mozalbetes irrespetuosos...

Anónimo dijo...

Veo que sí. Yo soy de los que nos empezamos a sentir viejos en el escalón anterior. A mí me pasó también en una parada de colectivo. San Lorenzo y Corrientes, esperando el 127. Cuando estoy por subir, veo que dos chicas de unos quince años, recién salidas de la escuela, me miran; una sonríe. Y después la escucho:

-Mirá que lindos ojos tiene ese señor.

Casi la puteo: fue el piropo más triste que me dijeron en mi vida.

Pero lo que te hicieron a vos no tiene nombre. Le tendrías que sacar filo al carnet del PAMI para tajearle la mejilla a maleducados como estos.

Ajenjo dijo...

Bueno, si insiste en decir que una quinceañera es una niña, voy a empezar a creer que si, que se está poniendo viejo.
Una quinceañera nunca es una niña, es Una Nena.

slds
A

Anónimo dijo...

hola, queria invitarte a que agregues tu blog a Argentino.com.ar
es un directorio de webs de Argentina y nos gustaría que estuvieras.
saludos

Diego

The Bug dijo...

Javier, la expresión "el piropo más triste que me dijeron en mi vida" merece ser patentada.
Claro, que usted no pensará lo mismo siendo tal destinatario.
Por lo menos a usted las bolsas no le impiden la visión de sus ojos.

Ajenjo, qué digo una niña, ¡una purreta era!

Argentino, ¿qué es un Blog?
¿Alguna orquesta típica?
Hablando en serio, Diego, gracias por la invitación.

Gurisa dijo...

Eso porque a Ud. nunca le señalaron la panza preguntándole si esos kilos de más que lleva es nene o nena.

The Bug dijo...

Gurisa, jajaja, si me lo han preguntado.
Y no pude decidir si debía ofenderme por tratarme de gordo o de afeminado.