martes, 17 de febrero de 2009

Diario de viaje. Séptimo día: 7 de febrero

Falta un día más. Solamente un día más.
A falta de llamadas telefónicas, nuestro mayor pasatiempo es escuchar los ringtones del teléfono.
Incluso sorprendí a mi hija simulando que hablaba con alguien a través del cepillo de dientes. Según sus propias palabras: "el dentífrico adentro del oido arde".
Yo, por suerte, ha hallado una manera de evadir la realidad: me hice un teclado qwerty con las fichas de un Scrabbel que trajimos y ahora me paso las horas tecleando.
Mi esposa quiso usarlo y la saqué a escobazos. ¡A ver si me lo desconfigura!
¡Con lo que me costó romper algunas fichas con la pinza para después pegar los trozos entre sí y formar las teclas Alt, Esc, Supr y otras por el estilo!
Encima el puto Scrabbel no trae @ ni puntos. Ni siquiera mails puedo enviar.
Mientras corría a mi esposa amenazándola con el barral de la cortina de baño, mi hija se comió el bizcocho que oficiaba de mouse, con lo cual se me vino nuevamente el ánimo al piso.
Sólo un día, falta uno solito, aunque sigo preocupado.

5 comentarios:

Igor dijo...

Pero trae la ficha comodín, sin nada, que sería digamos, la tecla de DELETE. ¿nada que ver? Bueno, perdón, perdón.

The Bug dijo...

¡El escrábel tiene comodines!
Obvio, amiguito, pero lo tuve que usar como tarjeta de memoria.

Jorge Mux dijo...

Ah, ¿tenía una computadora improvisada y una conexión a internet virtual, y no nos mandó un miserable mail? ¿No podía mandar una postal adjunta? ¿Ni siquiera un duplica puntos letra, o triplica puntos palabra?

Héctor dijo...

Deja de eso, Mux, si está desvariando.

¿No acaba de decir ayer que tenía que escribir con lápiz y papel?

Esto me suena a cuento...

Ya empiezo a creer que sí le está afectando la falta de smog.

Y si está en las Vegas...?

The Bug dijo...

Jorge, lo mío es excesivamente virtual. O es blanco o es negro, o es real o es virtual.
Y yo virtualmente le mandé un mail y una caja de alfajores.
O algo que parecían alfajores, no se.

Héctor, ¿no da crédito a mis palabras?
No le digo un crédito importante, como un hipotecario, no. Yo digo un crédito chiquito.
O sea, ¿no tienen una moneda que me dea?