martes, 10 de febrero de 2009

Diario de viaje. Segundo día: 2 de febrero

No hay internet, ni televisión por cable, ni señal de telefonía celular ni nada de nada.
El pueblo más cercano está a 4 km bajando el cerro por un zigzagueante camino de tierra, con subidas y bajadas, con curvas y contracurvas, con náuseas y mareos.
Es como volver a la prehistoria. Temo que en cualquier momento me ponga a machacar hierbas y flores para extraer los jugos con los cuales mojar mis manos y dejar las impresiones sobre las paredes.
Hay algo en el aire que no logro identificar y que nos está afectando.
No es humo ni nada que haya olido antes, pero me preocupa.

4 comentarios:

Gurisa dijo...

¿Está Ud. seguro de que se fue de vacaciones y no a un "retiro espiritual"??

Yo creo que le vendieron gato por liebre.

Jorge Mux dijo...

Iba a preguntar lo mismo que Gurisa. ¿Siempre elige destinos taaaaan rústicos?

sonoman dijo...

Estimado BUG: Eso que usted olia (ya que esta usted vuelto a su pago) es la ausencia total de cualquier odor industrializado. naturaleza en estado puro en uno de los lugares mas hermosos de la provincia.
Igualmente espero que esto no haya llegado a afectarlo en mayor medida.

Sonoman, el cordobé.

The Bug dijo...

Gurisa, yo pensaba que era mejor así, tomarse vacaciones de todo (del trabajo, del ruido urbano, del teléfono, de la computadora, de los amigos, de los parientes, del dentífrico, de la comida, de las duchas, del techo, etc.).
En fin, de todo.

No, Mux, a veces no son tan rústicos ni tan drásticos. A veces hasta descansamos de lo rústico nos instalamos una carpa en el estacionamiento de un shopping.

Sonoman, tiene usted razón, como verá en el próximo post.
Salute, amigo.