domingo, 4 de noviembre de 2007

Menú del día

Nada mejor para iniciar una buena cena o almuerzo que sentarse frente a una mesa bien preparada. A mí, particularmente, siempre me atrajeron la presentación de las servilletas, cuando están plegadas casi mágicamente formando alguna asombrosa figura. Para aquellos a los que les gustaría aprender la forma de sorprender a los invitados de esta forma, les dejo una página donde se explican paso a paso y mediante fotos muchos de estos secretos: Napkin Folding Guide. Ahora, sí, estamos en condiciones de empezar con el menú.

Entrada
Aperitivo liviano de viñetas, como para ir picando mientras van desfilando los platos. Una delicattessen creada por Juano.

Primer Plato
Minestrón peronista, un plato clásico y populacho de Amperio, elaborado con condimentos únicos
y ásperos como un buen borgoña.

Segundo Plato
Para jugar con todos los sentidos y darle un giro distinto al menú, tenemos para terminar con los platos fuertes a En La Radio, un sitio que sea tal vez la mayor compilación de accesos para escuchar las radios argentinas en vivo.
Por ejemplo, nunca pude escuchar la Rock & Pop accediendo desde su propia homepage, pero sí lo puedo hacer desde aquí. Una pinturita.

Postre
Creo que alguna vez ya mencioné este vínculo, pero igual vale la pena repetirlo: Morning Sunshine, de Orisinal, es la mejor colección de juegos infantiles que encontré en internet. La cuidada estética, la música que es una joya y la inocencia puesta en juego son francamente recomendables. No se pierdan de visitar este sitio.

Buen provecho.

3 comentarios:

Aldana dijo...

Fino, práctico y diplomático.
Muy bueno lo suyo.

Aurelia Di dijo...

Suelo leerlo pero no comentar. Esta vez me animo.
El primer plato es uno de mis favoritos. Siempre me deja satisfechos los sentidos.
Pero su postre...tengo que agradecerle el link! Lo estuve pispeando y me encantó.

The Bug dijo...

¿Vio que lindo, Val?
Leyendo sin comentar, usted me hace acordar mucho a la mayoría de los parroquianos de este bar: piden la comida pero, por alguna razón, después no la comen.