martes, 26 de diciembre de 2006

Sueños al desnudo

El Rata, el otro mozo del bar, llegó a trabajar desesperado.
No paraba de gritar, tomándose de los cabellos y llorando a moco tendido.
Ante las miradas de espanto y asombro de los comensales, optamos por llevarlo a la cocina. Allí, luego de intentar calmarlo, tuvimos que darle un par de bofetadas y un buen latigazo con un repasador en el muslo para que nos prestara atención y por instinto de conservación se aplacara un poco el ataque de nervios.
Lo que nos contó fue espeluznante.
Dijo que desde hace cinco días tiene un sueño recurrente: está él sentado frente a una canasta de huevos, con los codos sobre la mesa y las manos sosteniéndose la cabeza. Habiendo consultado a uno de los tantísimos curanderos que viven por su barrio su hasta entonces curiosidad se transformó en terror: le vaticinaron una muerte fulminante en un corto tiempo.
Al punto de contar esto, estalló de nuevo en gritos, que intentamos en vano ahogar con vinagre de manzana, que era lo más fuerte que teníamos a mano.
En eso, se asoma a las puertas de la cocina un personaje más bien extraño: flaco, de mirada extraviada y calma (aunque es raro estar calmo cuando uno se extravía), pálido, barba con bigote, rastas hasta la cintura y una remera batik con una leyenda que rezaba "Guerrero del infierno" y dijo con voz ceremoniosa:
-Déjenmelo a mí.
El Rata empezó nuevamente a los alaridos y quiso escapar por el boquete del extractor de aire. Por suerte pudimos retenerlo, mientras Joselo apagaba el extractor instantes antes de que el Rata se cortara exageradamente las uñas. El Rata, tiempo después nos confesó que pensó que este personaje era ni más ni menos que la Parca que venía a buscarlo.
El individuo que acababa de entrar se presentó como Leinho Carioca, según él un reconocido pae de la religión umbanda del interior de Brasil, especializado en distintos tipos de magia, interpretación de sueños y lo que más destacó: credencial profesional avalada por el Mercosur.
Allí nos enteramos que soñar con huevos, a diferencia de lo que sucede en nuestro país, no tiene un sólo significado y le pidió detalles al Rata de su sueño.
Luego nos dió la siguiente guía de significados, para que tengamos en cuenta cuando soñemos con huevos:

Huevos blancos en una canasta de mimbre
Significa paz interior, armonía espiritual en ascenso. No obstante, las cosas pueden no andar bien en lo económico y todo lo material puede perderse en un santiamén, por ser optimista. La raiz de un lunar en la espalda tocará la médula ósea y comenzará a escuchar voces interiores. La única cura consiste en santificar un gato del vecindario y cederle todos sus bienes, que total ya estaba por perderlos

Huevos de color bajo la almohada
Una sorpresa desagradable acontecerá en su ámbito laboral. Su ex-ámbito laboral.
Sus compañeros se burlarán de usted y le negarán su ayuda. Cuidese de las tentaciones y no se deje llevar por comentarios. Al final no podrá resistir la presión y se arrojará al paso de un tren, lo cual a la larga le evitará el dolor causado por un lunar que empezaría a molestarle un pocas semanas en la zona lumbar.
Para evitar todo esto, intérnese en un monasterio alejado de todo ramal ferroviario y por favor no se rasque la espalda por ningún motivo.

Huevos de pascua en un plato sopero
Un presagio de buena suerte: a todo aquel que le cuente el sueño su suerte cambiará y en el transcurso de dos años se transformará en un nuevo rico. Usted seguirá en la pobreza, pero los favorecidos lo invitarán cada tanto a comer un asado en el quincho climatizado.
Es inevitable que se incumpla este designio, a menos que un lunar molesto empiece a crecer en su espalda.

Huevos de codorniz hervidos
Su vida seguirá como siempre, por muchos, muchos, muchos años más. Despreocúpese de los problemas actuales y mantenga su rutina. Sentirá en el transcurso de la semana una molestia en la espalda, pero el médico le recomendará que cambie la butaca del auto porque un resorte le está lastimando la zona baja de la espalda.
No se recomienda tratamiento: una mala praxis podría infectar la lastimadura en la espalda y trasnformarla en un lunar poco beneficioso.

Afortunadamente el Rata había soñado con huevos de codorniz hervidos y se fue lo más feliz, tranquilo y campante a servir las mesas.
Cuando salió el Rata, le agradecimos a Leinho su buena voluntad y sus conocimientos.
Se sinceró:
-No, si todo esto lo inventé recién, para calmar al muchacho. Lo único que les puedo aconsejar, es que se jueguen para el gordo de fin de año un billetito que termine en doble cero, y no se olviden de mi porque me engancho.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo peor son huevos de pascua de codorniz puestos en una canasta de minbre.

Anónimo dijo...

Entré al blog buscando otra cosa, pero la verdad es que me gustó mucho.
Suerte!

Anónimo dijo...

He!
Yo ayer so� con cascarudos negros que me mordian las patas.
�Eso es malo o el bueno?
�O depende de que pata me muerdan?

Karmelo Restelli dijo...

Muy buenas sus recetas, no soy de cenar afuera, pero esto es un pequeño lujo que uno se da. Un abrazo grande.