Cómo este fin de semana pasado anduve por Buenos Aires, aproveché para entrar en muchos bares y restaurantes y ver cual es la tendencia de lo que se viene en gastronomía.
Revisando abajo de las mesas, midiendo la antiadherencia de éstas frente a los chicles, metiendo el dedo en los agujeros en las sillas para ver la calidad del relleno, experimentando la dureza de los laminados frente a cuchillos y tenedores, calculando los índices de rayabilidad contra llaves y biromes, llegué a una conclusión elaborada y sesuda: las mesas y sillas de nuestro comedor son una garcha.
Ayer volví a Rosario con la idea de retapizar las sillas y lustar la tapa de las mesas, por lo que apenas arribé a Polenta Con Pajaritos le tiré la idea a la muchachada y me dio la razón.
Joselo alquilo un servicio de flete con unos tipos que se cruzó en la estación de servicio de acá a la vuelta y yo me encargué de arreglar horarios y plazos con una tapicería y una carpintería.
Hoy luego del mediodía decidimos no abrir por la tarde, a fin de preparar bien las cosas y liquidar toda la mudanza a los talleres de una sola vez. De paso cañazo, fumigamos.
A las dos de la tarde llegó el flete.
Entre Joselo, el Rata y el Toni ayudamos a dos hombres del transporte a subir todo.
En media horita todos los muebles del bar estaban apiladitos arriba de la caja de la camioneta.
Los atamos lo mejor que pudimos, le tiramos una gaseosa familiar a los fleteros para que nos cuiden bien las cosas al bajarlas, saludamos y mientras se iban alejando empezamos a cerrar el boliche.
-Che, Joselo, - pregunté al tiempo que tironeaba hacia abajo la persiana- ¿te dijeron que pasaban primero por la carpintería o por la tapicería?
-No sé, a mi no me dijeron nada.
-Pero, ¿vos adonde les pediste que fueran primero?
Joselo me miró muy fijo y dijo:
-¿No les pasaste vos la dirección?
-No, si el flete lo contrataste vos.
-Si, pero los talleres los arreglaste vos.
Un frío nos recorrió la espalda como si nos hubieran apuñalado con un Conogol.
-¿Vos no les diste las direcciones?
-No, ¿no se las diste vos?
No caíamos del asombro.
-Joselo, pero, y entonces, ¿dónde fueron?
La respuesta fue balbuceante.
Joselo se tomó la cabeza con las manos.
-Che, loco, me parece que nos cagaron los muebles.
5 comentarios:
jajajaj jajjaja
qué par de colgados!
igual, consuélese: sus muebles eran una garcha, no?
Ehh!!! Hola Gabbaa!
pero si usted dijo que sus muebles eran una garcha. Ahora puede abrir uno de esos bares marroquies que están de moda en europa (que como todo lugar de moda en europa, no dejan entrar a marroquies) donde uno se sienta en unos almohadones tirados en el piso a tomar te de menta y fumar en un narguille. De paso aumenta los precios y me da un comisión por la idea :P
slds
A
¿Che, si fumigan no será contraproducente para el Rata?
Si le parece paso a buscar la vajilla para dejar bien reluciente y un par de cositas más en la semana...
A todos los firmante arriba: jaja, muy graciosos, mirá como me río.
Sigan riéndose de la desgracia ajena.
¡Miren, miren, por allá se cayó una viejita!
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