Buscando y rebuscando un lugar adonde vacacionar una semanita, caí en un sitio desde la cual se fomenta el turismo al Valle de Calamuchita, en la provincia de Córdoba.
Un destino interesante para ir a desintoxicarse un poco es Yacanto.
Dicha web tiene una página (que estoy linkeando aquí mismo) con una micro-fotogalería de ocho imágenes mostrando lo bonito que es el paisaje y que cómo te lo vas a perder, no seas salame y vení que te estamos esperando.
Hasta ahí, a lo sumo me puedo quejar por lo choto que es que para toooooda una región te muestren ocho fotos roñosas, como puede verse en la captura de abajo, para los que no quieran entrar al link.
El problema es que clickeando en la segunda imagen desde la izquierda de la fila inferior, se accede a la siguiente, bella y magnifica toma:
¿Estamos todos locos?
Uno está habituado a que los cordobeses te pongan un cartel al lado de un mojón de bosta que diga "Sitio Histórico. Acá cagó el caballo de Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de la ciudad de Córdoba, un día que salió a estirar las patas por la zona.".
Y que al lado te pongan un stand de venta de bosta de caballo, salamines, bosta con mica y alfajores regionales.
A eso estoy acostumbrado y no sé si hay alguien mejor que un cordobés para este tipo de negocio, así que bienvenido sea ese buscavidismo.
¡Pero que me vengan a querer convencer de que vaya a Yacanto mostrándome un incendio forestal no tiene nombre!
Eh, loco, para la mano, che.
¿Qué, el incendio está todavía ahí?
Cuando vaya me lo mantienen encendido o les hago quilombo por publicidad engañosa.
Ya me imagino el aviso para el año que viene: "Aguas termales de Yacanto, totalmente naturales y a leña pa' combatir el calorón. Te esperamos, nero culiáo".
Igualmente no se si voy a poder ir a Yacanto.
Es que estamos en duda sobre si es el mejor lugar.
Me dijeron que los fuegos de Yacanto ya fueron.
Lo que estará "in" este verano son unas inundaciones bárbaras que están preparando los entrerrianos, un sismo de 7 en la escala Ritcher que se está poniendo lindo en la zona de Cuyo o si no, pero yendo mucho más lejos, dicen que en Kabul hay unos fuegos artificiales que mama mía.
Pasen y siéntense. Servilletas al cuello. Vasos Durax y mantel de plástico floreado. No esperen comida chatarra ni tampoco platos elaborados. A cambio, pueden meter la cuchara en la olla tantas veces como quieran. Hoy, polenta con pajaritos.
jueves, 22 de enero de 2009
martes, 20 de enero de 2009
Dale, síganme cohibiendo que al final voy a salir un reprimido
Esto es una queja.
No me dejan ser.
Cuando me encuentren un día acuclillado en un rincón, chupandome el dedo en posición fetal, con los ojos cerrados y abrazando el pijamita que usaba cuando era chico, ahí los quiero ver.
Es que no me dejan expresar, me quieren sociabilizar, y yo no quiero.
Después no se quejen, eh.
Todo esto viene a que hoy la Patu se sentía un poquito mal y nos pidió a su madre y a mí que le hagamos un certificado para que en la colonia de vacaciones a la que asiste durante enero la eximan de las actividades acuáticas.
Como lo tengo fe ciega a la niña -si ella me pide un certificado diciendo que le permito cruzar con armamento la frontera, voy y se lo hago- no opuse ningún tipo de objeciones.
Bueno, sí, puse una objeción, yo quería hacer un certificado distinto.
La madre le hizo un certificado que decía más o menos esto:
Por si les resulta raro el texto, es porque no les conté que en la intimidad nosotros nos llamamos por apodos. Patu es Fulanita de Tal, yo me hago llamar el señor Zutano pero a mi esposa no le decimos nada, porque ella insiste en que tiene nombre y parece que eso le da derecho a gritar y revolearnos las ojotas cuando le decimos otra cosa.
El tema es que a mi me pareció mucho más divertido y genial mandar otro tipo de certificado, como que no fuera tan estándar.
Palabras más, palabras menos, yo sugerí enviar una nota que dijera:
Es más, le sugerí que entregara la nota arqueando una sola ceja (Patu lo sabe hacer como las mejores) y parpadeando con el ojo opuesto, con los labios apretados y sin expresión.
¿Y qué hicieron?
Se me cagaron de risa en la cara y mandaron la primera nota.
Después no me vengan a decir que soy tímido y que nunca tomo decisiones, si no dan bola a mis sugerencias.
Si siguen así, cuando crezca, al final, voy a salir un viejo choto y no me van a querrer agarrar en ningún geriátrico.
No me dejan ser.
Cuando me encuentren un día acuclillado en un rincón, chupandome el dedo en posición fetal, con los ojos cerrados y abrazando el pijamita que usaba cuando era chico, ahí los quiero ver.
Es que no me dejan expresar, me quieren sociabilizar, y yo no quiero.
Después no se quejen, eh.
Todo esto viene a que hoy la Patu se sentía un poquito mal y nos pidió a su madre y a mí que le hagamos un certificado para que en la colonia de vacaciones a la que asiste durante enero la eximan de las actividades acuáticas.
Como lo tengo fe ciega a la niña -si ella me pide un certificado diciendo que le permito cruzar con armamento la frontera, voy y se lo hago- no opuse ningún tipo de objeciones.
Bueno, sí, puse una objeción, yo quería hacer un certificado distinto.
La madre le hizo un certificado que decía más o menos esto:
"El día de hoy Fulanita de Tal se despertó con un malestar,
les agradeceré que la eximan de las
actividades en la pileta. Atte, etc. etc. etc".
les agradeceré que la eximan de las
actividades en la pileta. Atte, etc. etc. etc".
Por si les resulta raro el texto, es porque no les conté que en la intimidad nosotros nos llamamos por apodos. Patu es Fulanita de Tal, yo me hago llamar el señor Zutano pero a mi esposa no le decimos nada, porque ella insiste en que tiene nombre y parece que eso le da derecho a gritar y revolearnos las ojotas cuando le decimos otra cosa.
El tema es que a mi me pareció mucho más divertido y genial mandar otro tipo de certificado, como que no fuera tan estándar.
Palabras más, palabras menos, yo sugerí enviar una nota que dijera:
"El día de hoy Fulanita de Tal se despertó con un brote sicótico.
Les recomendamos encarecidamente que al mediodía
lo que sirvan en el almuerzo no exija la utilización de cuchillo."
Les recomendamos encarecidamente que al mediodía
lo que sirvan en el almuerzo no exija la utilización de cuchillo."
Es más, le sugerí que entregara la nota arqueando una sola ceja (Patu lo sabe hacer como las mejores) y parpadeando con el ojo opuesto, con los labios apretados y sin expresión.
¿Y qué hicieron?
Se me cagaron de risa en la cara y mandaron la primera nota.
Después no me vengan a decir que soy tímido y que nunca tomo decisiones, si no dan bola a mis sugerencias.
Si siguen así, cuando crezca, al final, voy a salir un viejo choto y no me van a querrer agarrar en ningún geriátrico.
domingo, 18 de enero de 2009
Parecidos pero no iguales
Hay ciertos límites que no deben romperse.
Precisamente eso es lo que intentamos hacerle entender todo el tiempo a Joselo.
Cada día que pasa, aumenta su presencia y relevancia dentro del grupo de personas que componen el personal del comedor.
Permanentemente estamos en la lucha de ponerle un coto a su personalidad como parte de un ejercicio para no espantar la clientela.
Una de las cosas que él no identifica, es la delgada línea que separa a una broma de una maldad.
Las maldades que hace las lleva a cabo ingenuamente, sin intención.
Didácticamente, mientras él se rie descontroladamente de su última diablura, nosotros lo arrastramos a la cocina para explicarle qué es lo que hizo mal, conceptos que él escucha con la expresión confundida de un cachorro de perro al que se reprende por haber mordisqueado una zapatilla.
Por ejemplo, es una broma entregar sobrecitos de sal en vez de edulcorante cuando se le lleva café a un cliente.
Sin embargo, sorprendimos a Joselo haciendo la siguiente maldad: darle a un cliente un sobrecito de sal, diciéndole que es sal y obligándolo a echarlo en el café y no dejar de pegarle con un repasador mojado hasta que se lo tome.
Nunca entendió que aunque el resultado es el mismo (que el cliente lleve a su boca café salado) no es igual la intención con la que se hace.
O a veces, es frecuente ante un cliente molesto chocar al paso su silla para volcarle un poco de líquido encima cuando está tomando algo.
Joselo no entiende que eso no es lo mismo que ir al mostrador, preparar un cortado liviano, cargarlo en una bandeja y llevarlo hasta el cliente para volcárselo descaradamente en la cabeza.
En este mismo momento me veo obligado a dejar de escribir, para seguirlo porque acabo de ver a Joselo salir de la cocina con una sonrisa en los labios y un cuchillo con sierra en su mano izquierda.
Y uno nunca sabe.
Precisamente eso es lo que intentamos hacerle entender todo el tiempo a Joselo.
Cada día que pasa, aumenta su presencia y relevancia dentro del grupo de personas que componen el personal del comedor.
Permanentemente estamos en la lucha de ponerle un coto a su personalidad como parte de un ejercicio para no espantar la clientela.
Una de las cosas que él no identifica, es la delgada línea que separa a una broma de una maldad.
Las maldades que hace las lleva a cabo ingenuamente, sin intención.
Didácticamente, mientras él se rie descontroladamente de su última diablura, nosotros lo arrastramos a la cocina para explicarle qué es lo que hizo mal, conceptos que él escucha con la expresión confundida de un cachorro de perro al que se reprende por haber mordisqueado una zapatilla.
Por ejemplo, es una broma entregar sobrecitos de sal en vez de edulcorante cuando se le lleva café a un cliente.
Sin embargo, sorprendimos a Joselo haciendo la siguiente maldad: darle a un cliente un sobrecito de sal, diciéndole que es sal y obligándolo a echarlo en el café y no dejar de pegarle con un repasador mojado hasta que se lo tome.
Nunca entendió que aunque el resultado es el mismo (que el cliente lleve a su boca café salado) no es igual la intención con la que se hace.
O a veces, es frecuente ante un cliente molesto chocar al paso su silla para volcarle un poco de líquido encima cuando está tomando algo.
Joselo no entiende que eso no es lo mismo que ir al mostrador, preparar un cortado liviano, cargarlo en una bandeja y llevarlo hasta el cliente para volcárselo descaradamente en la cabeza.
En este mismo momento me veo obligado a dejar de escribir, para seguirlo porque acabo de ver a Joselo salir de la cocina con una sonrisa en los labios y un cuchillo con sierra en su mano izquierda.
Y uno nunca sabe.
jueves, 15 de enero de 2009
Perdón anticipado por el exabrupto
Salgo por unos instantes de mi mutismo ocasionado por jornadas laborales de entre doce y catorce horas diarias.
Es que estuve intentando contenerme a toda costa pero la bronca es más fuerte que mi voluntad.
Me refiero al conflicto palestino-israelí.
¿Más de mil muertos palestinos, con un 30% de niños, contra unos 15 israelíes, donde al menos 10 son soldados profesionales?
Más allá de la validez o no de las razones que se arguyeron para iniciar esta guerra y de la violencia ejercida por Hamas, si ésto no es una venganza desmedida, un abuso de fuerza y un convertirse en el mismo mal que se trata de combatir, no sé que es.
Y si los que conducen a Israel, sentaditos atrás de sus escritorios, no son unos reverendos hijos de puta malparidos no se que es lo que puedan ser.
Es que estuve intentando contenerme a toda costa pero la bronca es más fuerte que mi voluntad.
Me refiero al conflicto palestino-israelí.
¿Más de mil muertos palestinos, con un 30% de niños, contra unos 15 israelíes, donde al menos 10 son soldados profesionales?
Más allá de la validez o no de las razones que se arguyeron para iniciar esta guerra y de la violencia ejercida por Hamas, si ésto no es una venganza desmedida, un abuso de fuerza y un convertirse en el mismo mal que se trata de combatir, no sé que es.
Y si los que conducen a Israel, sentaditos atrás de sus escritorios, no son unos reverendos hijos de puta malparidos no se que es lo que puedan ser.
jueves, 8 de enero de 2009
¡Actores pronográficos amenazan con provocar un paro!
"Sra. Presidenta:
Como es de su conocimiento -y no estamos sugiriendo nada con esto- la industria pornográfica nacional está en un momento crítico.
Se habrá enterado por los medios que los más importantes productores de pornografía han solicitado colaboración del Estado para paliar el pobre estado financiero de sus empresas.
Aquí en la Argentina, señora, no estamos mucho mejor.
La economía actual atenta enormemente contra nuestros intereses, más si tenemos en cuenta que las últimas medidas tomadas por su gobierno nos tienen a todos con las nalgas apretadas, esperando lo peor. Como entenderá, esto atenta contra nuestra fuente laboral.
Nosotros no pedimos cinco lucardas como nuestros compañeros estadounidenses, no, somos mucho más realistas y modestos.
Lo que pretendemos es simplemente nos done el Canal 7 para poder afrontar las filmaciones con un menor afronte de gastos.
De esa manera podremos ponernos al día con los sueldos de nuestros actores y modelos.
Ellos también son parte del pueblo y están hambreados y flacos.
Pobres las chicas, han adelgazado tanto que nos vemos obligados a pedirles que ya no se pongan siliconas en el busto, sino que se rellenen un poco los hombros, el empeine, los lóbulos de las orejas y algo de papada.
Con el Canal 7 nos conformamos, usted no sabe como nos ayudaría.
Eso frenaría las amenazas de los propios actores de sorprendernos con un paro . Paro laboral, se entiende, o sea sin un paro de los otros.
Aunque pensándolo bien, habría un pequeño favor más que debo pedirle: el Estado debería dejar de hacernos tanta competencia.
De tanto rompernos el culo a cada rato con las decisiones del gobierno, ahora la gente ve una película porno y la apaga pensando que es un noticiero de análisis político.
Atte.,
Como es de su conocimiento -y no estamos sugiriendo nada con esto- la industria pornográfica nacional está en un momento crítico.
Se habrá enterado por los medios que los más importantes productores de pornografía han solicitado colaboración del Estado para paliar el pobre estado financiero de sus empresas.
Aquí en la Argentina, señora, no estamos mucho mejor.
La economía actual atenta enormemente contra nuestros intereses, más si tenemos en cuenta que las últimas medidas tomadas por su gobierno nos tienen a todos con las nalgas apretadas, esperando lo peor. Como entenderá, esto atenta contra nuestra fuente laboral.
Nosotros no pedimos cinco lucardas como nuestros compañeros estadounidenses, no, somos mucho más realistas y modestos.
Lo que pretendemos es simplemente nos done el Canal 7 para poder afrontar las filmaciones con un menor afronte de gastos.
De esa manera podremos ponernos al día con los sueldos de nuestros actores y modelos.
Ellos también son parte del pueblo y están hambreados y flacos.
Pobres las chicas, han adelgazado tanto que nos vemos obligados a pedirles que ya no se pongan siliconas en el busto, sino que se rellenen un poco los hombros, el empeine, los lóbulos de las orejas y algo de papada.
Con el Canal 7 nos conformamos, usted no sabe como nos ayudaría.
Eso frenaría las amenazas de los propios actores de sorprendernos con un paro . Paro laboral, se entiende, o sea sin un paro de los otros.
Aunque pensándolo bien, habría un pequeño favor más que debo pedirle: el Estado debería dejar de hacernos tanta competencia.
De tanto rompernos el culo a cada rato con las decisiones del gobierno, ahora la gente ve una película porno y la apaga pensando que es un noticiero de análisis político.
Atte.,
David "La Boa" Alcazar
Productor XXX
Presidente de la agrupación porno litúrgica "Oh My God"
Productor XXX
Presidente de la agrupación porno litúrgica "Oh My God"
martes, 6 de enero de 2009
Oráculo
Después de muchísimas semanas volví al restaurante con un gran cargo de conciencia.
Es que simplemente había desaparecido.
Ese es el tipo de actitud que todos esperan de Joselo o del Rata, pero no de mí.
El local estaba bastante cambiado. Lo cierto es que yo no había regresado desde que nos habían robado todas las mesas y sillas y verlo completo de nuevo fue una rara y agradable sensación. Los muebles eran un verdadero cocoliche -desconozco de donde habían sacado estos esperpentos, y tampoco quise averiguarlo- pero le daban un aspecto caótico y rústico que no le sentaba nada mal.
Así como no le dieron mayor importancia a mi partida, tampoco lo hicieron con mi llegada así que simplemente me calcé un delantal, tomé una bandeja y enfilé para la mesa cuatro (si es que todavía las numeraban de la misma forma).
El cliente me pidió un desayuno y un vaso grande de soda.
Cuando me iba me disparó: "la medialuna que se caiga, no la levantes del piso, toma otra".
No entendí que era lo que quería decirme, pero acostumbrado al nivel intelectual de los parroquianos del comedor no le di la mayor importancia.
Grande fue mi sorpresa cuando al girar con la bandeja ya cargada se me cayó una medialuna.
Un poco impresionado, tomé una nueva medialuna y empujé con la punta del pie la medialuna caida debajo del mostrador, para que el adicionista no la vea y después me la haga paga a mi.
Al servirlo, el cliente de la cuatro me sonrió y guiñó el ojo.
"Puedo ver el futuro", me aclaró, "nunca fallo".
"¿No me diga?", respondí estúpidamente, sin saber si debía seguirle la corriente o no.
"Pues claro", agregó, "es más, pronostico que este local sei ncendiará y arderá por completo la semana que viene", dijo despreocupado.
Yo fui hacia la barra semi asustado.
Le conté a Joselo lo que había pasado y entre excéptico y molesto dijo como para sí: "estos pelotudos vienen acá a traer su mala onda y pretenden que los aguantemos".
"¿Y si tiene razón?", pregunté.
"A ver, esperá que averiguo", me dijo Joselo mientras se dirigía con paso lento hacia la mesa cuatro.
Cuando pensé que iba a preguntarle algo al cliente, simplemente tensó su brazo, luego lo disparó como un resorte y le pegó al hombre un trompadón frontal y seco en pleno rostro, volteando la silla, al tipo, el desayuno y las dos mesas que estaban por detrás suyo, en medio de un gran estrépito.
El hombre quedó desarmado en el piso, con una pierna colgando de la silla y una medialuna mojada en el café con leche sobre el pecho.
Joselo se quedó mirando al tipo durante unos segundos. El hombre estaba totalmente inconciente a causa del golpe, con un hilito de sangre escapando de su maltrecha nariz.
Luego pegó media vuelta y volvió hacia mí.
Cogió su bandeja, cargó un sifón de soda y dos vasos para la mesa ocho y mientras se dirigía hacia allí como si nada hubiera pasado sentenció: "Quedate tranquilo, Buguito, mirá si le vas a creer que puede adivinar lo que va a pasar la semana que viene si no pudo adivinar que en quince segundos yo iba a ir a quebrarle la cabeza como una sandía".
En parte tenía razón, pensé mientras me iba acercando a la mesa dos, desde donde por gestos me estaban pidiendo la cuenta.
PD: El señor Jorge Mux, "mozo honoris causa" de este restaurante, le ha puesto nombre a la clarividencia parcial de este señor (si, ese, el que está en el piso, groggy): parece que es atrividente. Gracias Jorge, ahora ya podremos decir "atendelo vos que volvió el pesado del atrividente", que es mucho más delicado que "el pobre boludo que cagaste a palos la vez pasada".
Es que simplemente había desaparecido.
Ese es el tipo de actitud que todos esperan de Joselo o del Rata, pero no de mí.
El local estaba bastante cambiado. Lo cierto es que yo no había regresado desde que nos habían robado todas las mesas y sillas y verlo completo de nuevo fue una rara y agradable sensación. Los muebles eran un verdadero cocoliche -desconozco de donde habían sacado estos esperpentos, y tampoco quise averiguarlo- pero le daban un aspecto caótico y rústico que no le sentaba nada mal.
Así como no le dieron mayor importancia a mi partida, tampoco lo hicieron con mi llegada así que simplemente me calcé un delantal, tomé una bandeja y enfilé para la mesa cuatro (si es que todavía las numeraban de la misma forma).
El cliente me pidió un desayuno y un vaso grande de soda.
Cuando me iba me disparó: "la medialuna que se caiga, no la levantes del piso, toma otra".
No entendí que era lo que quería decirme, pero acostumbrado al nivel intelectual de los parroquianos del comedor no le di la mayor importancia.
Grande fue mi sorpresa cuando al girar con la bandeja ya cargada se me cayó una medialuna.
Un poco impresionado, tomé una nueva medialuna y empujé con la punta del pie la medialuna caida debajo del mostrador, para que el adicionista no la vea y después me la haga paga a mi.
Al servirlo, el cliente de la cuatro me sonrió y guiñó el ojo.
"Puedo ver el futuro", me aclaró, "nunca fallo".
"¿No me diga?", respondí estúpidamente, sin saber si debía seguirle la corriente o no.
"Pues claro", agregó, "es más, pronostico que este local sei ncendiará y arderá por completo la semana que viene", dijo despreocupado.
Yo fui hacia la barra semi asustado.
Le conté a Joselo lo que había pasado y entre excéptico y molesto dijo como para sí: "estos pelotudos vienen acá a traer su mala onda y pretenden que los aguantemos".
"¿Y si tiene razón?", pregunté.
"A ver, esperá que averiguo", me dijo Joselo mientras se dirigía con paso lento hacia la mesa cuatro.
Cuando pensé que iba a preguntarle algo al cliente, simplemente tensó su brazo, luego lo disparó como un resorte y le pegó al hombre un trompadón frontal y seco en pleno rostro, volteando la silla, al tipo, el desayuno y las dos mesas que estaban por detrás suyo, en medio de un gran estrépito.
El hombre quedó desarmado en el piso, con una pierna colgando de la silla y una medialuna mojada en el café con leche sobre el pecho.
Joselo se quedó mirando al tipo durante unos segundos. El hombre estaba totalmente inconciente a causa del golpe, con un hilito de sangre escapando de su maltrecha nariz.
Luego pegó media vuelta y volvió hacia mí.
Cogió su bandeja, cargó un sifón de soda y dos vasos para la mesa ocho y mientras se dirigía hacia allí como si nada hubiera pasado sentenció: "Quedate tranquilo, Buguito, mirá si le vas a creer que puede adivinar lo que va a pasar la semana que viene si no pudo adivinar que en quince segundos yo iba a ir a quebrarle la cabeza como una sandía".
En parte tenía razón, pensé mientras me iba acercando a la mesa dos, desde donde por gestos me estaban pidiendo la cuenta.
PD: El señor Jorge Mux, "mozo honoris causa" de este restaurante, le ha puesto nombre a la clarividencia parcial de este señor (si, ese, el que está en el piso, groggy): parece que es atrividente. Gracias Jorge, ahora ya podremos decir "atendelo vos que volvió el pesado del atrividente", que es mucho más delicado que "el pobre boludo que cagaste a palos la vez pasada".
domingo, 4 de enero de 2009
Año nuevo, tele nueva
Empezó un nuevo año.
Lamentablemente, a pesar de ello -de balances, promesas de cambio, proyectos novedosos y todo eso- la gente seguirá haciendo las mismas estupideces.
Dentro de estas estupideces se incluye el producir, grabar y mirar las mismas estúpidas novelas rosas de todos los años.
Es hora de una verdadera renovación, de un mágico cambio.
Como se que la gente que crea las novelitas está todavía con resaca por los recientes descorches prometiéndose mentirosamente cambios, les dejaré algunas opciones, para que las estudien, las mastiquen, las deglutan, las digieran y después -no espero otra cosa- terminen haciendo las mismas cagadas una y otra vez.
Pero al menos no podrán decir que no lo he intentado:
El amor tiene cara de pánfilo
Esta novela podría tratarse sobre un científico con cara de nabo que tiene padres con mucha plata y muy poderosos, quien se enamora perdidamente de la mucama de la casa de sus padres pero no se anima a confesarlo porque ella siempre se burla de su cara de nabo.
Sobre el final de la temporada, ella se da cuenta que está perdidamente enamorada de él, pero al final se termina casando con un primo del científico que tiene mucha plata y además no se pasa todo el tiempo encerrado en su laboratorio.
Cal y arena
Este programa trataría de una chica dominada por los vaivenes de la suerte.
Por ejemplo, sería la prometida de un millonario encantador que instantes antes de pedir su mano es atropellado por un aladelta y muere. Después se compra un billete de lotería y gana pero cuando está por cobrarlo el gobierno saca una ley de retenciones del 95% de los premios de los billetes de lotería y debe aportar el 5% restante a la Fundación de Apoyo a Familiares de Fallecidos por Atropellamiento con Aladelta.
La novela trataría mayormente sobre los intentos de suicidio de esta chica, donde lastimosamente todos ellos fallan. No tiene un final marcado, dando lugar a la segunda temporada: "Dos de cal y una de arena".
Marta, la loca del juzgado
Se trata sobre una empleada del juzgado de un pueblo que le tira los galgos a todos los hombres que se presentan para cumplimentar algún trámite.
En un momento determinado, diez minutos antes que termine el último capítulo, el juzgado está lleno de hombres que la cortejan y ella se da cuenta que su vida es un caos. Se para sobre el escritorio y les grita a todos que así no va más, que va a rearmar su vida. Les pide a todos que se agarren a golpes y el único que quede en pie será su único amor.
Se desata un tole tole sangriento y al final todos mueren.
Ella termina su vida sola y sellando partidas de nacimiento.
Bueno, creo que esto será suficiente para que se hagan una idea.
Si alguno conoce a alguien a quien le puedan interesar estos argumentos y producirlos, ya saben, me hacen el contacto y después "vamo y vamo".
Lamentablemente, a pesar de ello -de balances, promesas de cambio, proyectos novedosos y todo eso- la gente seguirá haciendo las mismas estupideces.
Dentro de estas estupideces se incluye el producir, grabar y mirar las mismas estúpidas novelas rosas de todos los años.
Es hora de una verdadera renovación, de un mágico cambio.
Como se que la gente que crea las novelitas está todavía con resaca por los recientes descorches prometiéndose mentirosamente cambios, les dejaré algunas opciones, para que las estudien, las mastiquen, las deglutan, las digieran y después -no espero otra cosa- terminen haciendo las mismas cagadas una y otra vez.
Pero al menos no podrán decir que no lo he intentado:
El amor tiene cara de pánfilo
Esta novela podría tratarse sobre un científico con cara de nabo que tiene padres con mucha plata y muy poderosos, quien se enamora perdidamente de la mucama de la casa de sus padres pero no se anima a confesarlo porque ella siempre se burla de su cara de nabo.
Sobre el final de la temporada, ella se da cuenta que está perdidamente enamorada de él, pero al final se termina casando con un primo del científico que tiene mucha plata y además no se pasa todo el tiempo encerrado en su laboratorio.
Cal y arena
Este programa trataría de una chica dominada por los vaivenes de la suerte.
Por ejemplo, sería la prometida de un millonario encantador que instantes antes de pedir su mano es atropellado por un aladelta y muere. Después se compra un billete de lotería y gana pero cuando está por cobrarlo el gobierno saca una ley de retenciones del 95% de los premios de los billetes de lotería y debe aportar el 5% restante a la Fundación de Apoyo a Familiares de Fallecidos por Atropellamiento con Aladelta.
La novela trataría mayormente sobre los intentos de suicidio de esta chica, donde lastimosamente todos ellos fallan. No tiene un final marcado, dando lugar a la segunda temporada: "Dos de cal y una de arena".
Marta, la loca del juzgado
Se trata sobre una empleada del juzgado de un pueblo que le tira los galgos a todos los hombres que se presentan para cumplimentar algún trámite.
En un momento determinado, diez minutos antes que termine el último capítulo, el juzgado está lleno de hombres que la cortejan y ella se da cuenta que su vida es un caos. Se para sobre el escritorio y les grita a todos que así no va más, que va a rearmar su vida. Les pide a todos que se agarren a golpes y el único que quede en pie será su único amor.
Se desata un tole tole sangriento y al final todos mueren.
Ella termina su vida sola y sellando partidas de nacimiento.
Bueno, creo que esto será suficiente para que se hagan una idea.
Si alguno conoce a alguien a quien le puedan interesar estos argumentos y producirlos, ya saben, me hacen el contacto y después "vamo y vamo".
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