Nadie escribe un blog para sí mismo, como si fuera un diario íntimo.
Todos buscan repercusiones y comentarios y el que no permite poner comentarios es porque no se banca que le digan las cosas en la cara.
Todo blogger espera que sus lectores les dejen mensajitos medios gay, presionen F5 hasta el cansancio para leer sus nuevos textos y le saquen viruta al botón del mouse que dice "Enviar comentario". Es más, todos los bloggers pagarían para que existiese el mentado botoncito.
Por ahí te ocurre que eres una persona más normalita, que a veces lee y a veces no, que a veces comenta y a veces no y que no te preocupas por ello.
¡Fantástico, eres brillante!
Pero por favor, no se lo hagas saber a tu blogger amigo.
El susodicho puede caer en un pozo de profunda decepción del que no puede salir por más que después le tapes la casilla de mensajes de aliento.
Por eso, si tienes la dicha de toparte con tu webloguero cercano -que puede ser tu hermano, tu novio, tu madre, tu vecino, tu hijo, tu acompañante en el colectivo, el que te pide que le alcances el papel higiénico en un baño público, el que te da charla mientras te apunta con un arma mientras tus familiares juntan la plata del rescate, el profesor de la secundaria que salía con la preceptora del turno tarde, el cirujano que está a punto de extirparte la vesícula, el arcangel que viene a anunciarte que mañana te estrunca un colectivo pero que no importa porque en el cielo hay banda ancha o el monaguillo que le roba las hostias al cura para mojarlas en el café con leche, bueno, todos esos- no intentes confesar que no te interesa lo que escribe.
Simplemente ten a mano alguna de estas frases y no sólo salvarás una vida -que puede ser la tuya según el caracter del webloguero- sino que con esa buena acción te ganarás el cielo (donde dicen que hay una wi-fi de la puta madre).
Eso sí, ten cuidado cual de las posibilidades utilizas.
Los weblogueros somos personas ladinas que podemos ponerte a prueba con preguntas para hacerte pisar el palito.
- Yo siempre te leo, pero no comento porque lo decís todo tan claro que para qué arruinarlo con mis palabras.
- Yo siempre entro a tu blog pero no te leo. No soy digno.
- Yo no te leo, pero conozco a uno que sí te lee y me cuenta las cosas que comenta.
- Estoy esperando a que estrene la película.
- Si, yo leí tu blog, es el que habla de los cosos esos cuando pasa aquella cosa y entonces vos escribís patapin patapan y todos opinan que sarasasa sararasara.
- Tus textos son magníficos. Siempre los leo. Pero si tus blogs no tienen texto las fotos están espectaculares o si no tus videos son mortales pero si no , ¡loco!, que buena música que tenés linkeada.
- Jamás te he leido. Jaja, era un chiste, jaja. Ahora viene la parte en que disimulo y me hago el que no recuerdo nada de lo que escribiste. Jajaja, vos seguime la joda.
- No me gusta hablar de tus blogs porque hay gente y después te envidian.
No es tan difícil.
Es sólo cuestión de practica.
8 comentarios:
Conocí uno que había escrito un libro y que insistentemente me preguntaba si lo iba a comprar, si lo había leído, etc.
La cosa es que yo había leído un poco por el sitio de "promoción" que había hecho para su libro. Me había parecido un... bue... si los libros se fumaran, ese hubiera sido infumable.
Además me mandó una vuelta un cuento para que lo leyera, todo bien, hasta que me preguntó qué me parecía.
No aguanté y le dije que francamente, lo que escribía no me gustaba para nada.
Desde ese momento (tres años a esta parte, más o menos) se convirtió en uno de los trolls que más asiduamente requieren atención en mi blog, además de algunas otras perlitas de interesante factura, que recuerde comentarle la próxima vez que nos veamos.
Arrrrrrrrdua la vida del bloguero.
"que recuérdeme" debe decir arriba. (estoy dormida)
¿Vió que tenía yo razón?
Dura la vida del bloguero.
Cuando nos veamos le recordaré me refiera la historia.
Yo siempre te leo y tu sitio de cocina alemana está muy bueno; ¡Qué buena la receta de los salmones a la fiorentina que posteaste el otro día! Y me encantó lo de la sección "cómo hacer", cuando explicaste cómo cubrir una botella con una pátina dorada y cómo reconocer si tu chico está borracho y ha pasado la noche tirado en un zanjón. En fin, Tamara, te mando un saludito y otro al canciller Guido Di Tella, tu marido.
"Yo siempre entro a tu blog pero no te leo."
jajjaja jajjajaja
Otra opción:
abusar de un error para no tener que volver a leer un blog.
Ejemplo:
A quedar qué, cómo????
Ese título me perturbó. Cuando lo supere vulvo a leer tu blog... tal vez
Mux, gracias, muy reconfortante.
Gabrielaa, lo de "no te leo" ya es un golpe bajo. Pero lo de la risa cínica me excede.
Aldana, ya fue corregido el título.
Pero lo mío no es abuso.
Soy ortográficamente inimputable.
Yo lo leo siempre. Todos los días. Incluso cuando no postea nada nuevo, leo de nuevo lo que hay. Si no comento es porque no se me ocurre nada. Además porque soy extremadamente vago.
Ah si... Y porque los artículos son tan claros que para que arruinarlo con mis palabras.
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