No, a mi no, a mi no me desaparecen.
Les pregunto porque ayer estaba leyendo el blog de mi amiga Baterflai y me encontré con un post donde cuenta que su casa es habitada por duendes que le comen las cosas, ya sean medias o aros, o si no se las comen se la cambian de lugar.
Luego, veo en los comentarios de ese texto que muchos de sus lectores sufren los mismos padecimientos, que reitero no son los míos.
Yo tengo a toda esta gente algo que confesarles: los duendes no les comen las cosas, simplemente las traen para mi casa.
Bueno, está bien, algunas cosas se las comerán, pero ¿cuántos de ustedes han encontrado miguitas de aros, de biromes o hilachas de media tiradas por ahí?
Yo tampoco sabía que todas estas cosas eran de ustedes, ojo. Recién ahora ato cabos.
La realidad es que cada vez que me levanto a la mañana y quiero sentarme para desayunar no puedo meter las piernas bajo la mesa porque está lleno de cosas que se amontonan por millones.
Suelo encontrar billeteras vacías, lapiceras, souvenires de bautismo, comunión o casamiento, huesos de pollo, pines, invisibles, pulseritas, sobrecitos de mayonesa, llaves, papelitos con teléfonos anotados, cartas, folletos, sacapuntas, controles remotos, celulares, manuales de electrodomésticos, cargadores de batería, relojes, documentos, tarjetas de débito, botones, escarbadientes, cajitas de anticonceptivos a medio usar, CDs, cada tanto aparecen lombrices y aún más espaciadamente algún cachorro de chiguagua o caniche.
Al principio barríamos estas cosas hacia el patio, pero ¡imagínense el hueco de la mesa lleno todas las mañanas!
Pronto el patio no dio más para albergar tantas porquerías (bueno, para mí, ustedes deben estar lamentando la pérdida). Nunca quisimos tirar nada porque ya saben, lo ajeno es sagrado.
Pero eso sí, ahora que ya se de donde provienen estas cosas, les pido encarecidamente que me digan cuales cosas son de ustedes y a donde tengo que enviárselas para que las recuperen.
No soporto mas tener que correr saquitos de te usados y guantes sin su par correspondiente cada vez que necesito sacar un pullover de mi placard o tener que hacer espacio entre pelotas de tennis y rollos de cocina semi-gastados para poder guardar un paquete de arroz en la alacena.
Desde ya les agradeceré que me ayuden a desembarazarme de sus pertenencias.
Muchas gracias.
16 comentarios:
Mis objetos perdidos caen en la dimensión desconocida. Irremisiblemente.
Es una pena, pero nada de lo que nombra allí es mío. Y yo que me había hecho una ilusión...!
Saludos y buen fin de semana, Bug. Por favor, resista unos días más la tentación de prender fuego todo. Seguro alguien aparece reclamando estos objetos.
Bueno, el mío es un duende decente (jodido pero decente), no se me lleva nada, me lo corre de lugar, por ejempo si yo puse algo en la mesa porque sé que lo puse ahi (me queda la imagen mental) y no está, voy a revisar por otro lado y cuando vuelo después de un rato, efectivamente estaba ahí.
(uy me extendí, es que soy tan despistada que la solución del duende me viene perfecta como excusa para cuando pierdo todo)
Cassandra, no le prendo fuego a todo por dos motivos: las cosas no son mías y además me dan lástima los pobres perritos.
Tiburina, esos son duendes con corrección política.
¿O será que las cosas que le roban no las pueden vender en el mercado negro y entonces se las traen de vuelta?
A mi me llevaron un anillo de diamantes, un bolso lleno de guita, alhajas de oro varias y una ferrari. Duendes hijos de puta.
Cuando pueda me los hace llegar.
Gracias!
Siempre pensé al igual que la señora Cassandra, que mis pertenencias pasaban a otra dimensión. Esto ha sido una conlusión a la que hemos llegado familiarmente, sobre todo después de que empezaran a haber coches, bugguis, sillitas de comer, teatros de títeres, pizarrones y un montón de mobiliario nuevo de esta índole, poblando nuestro living (entre otras partes de la casa). Esto comenzó a hacer más reiterado el pasaje de objetos chicos y grandes, útiles y no tanto, a las demás dimensiones. Pero ahora que veo su post y su foto, definitivamente he cambiado de parecer. Por ahora le digo que puede quedarse con casi todas las cosas, ya que cuando uno asume que se fueron, ya pierden el valor que tenían. Pero le pido encarecidamente que me devuelva al menos la bocina de mi bici, porque la preciso, de verdad. También me vendría bien el control remoto del dvd, ya que no le puedo programar los subtítulos. Saludos muchos.
Renegado, por más que busqué y busqué no encontré esas cosas que usted dice.
Porque esta Ferrari que ve acá es mía, mía, ¿entiende?
Y no le puedo mostrar la factura porque me la regaló un tatarabuelo mío que la trajo a principios del siglo pasado cuando vino en barco desde Europa.
Vachi, ¿y dónde tengo que enviarla?
¿O pretende que le pase la bocina como adjunto en un e-mail?
Ufa!! Entonces si las cosas valiosas no van a parar a tu casa, ¿Dónde están los $500 que perdí los otros días????
Me falta una media negra con rayitas blancas, y otra negra con cuadritos grises, las pobres intentan armar un par entre ellas, pero quedan tan mal...
Estará también por allá mi paciencia???
O la habré perdido con la edad??
Tendrá usted la edad abajo de la mesa??
Todas esas pequeñas cosas que parecen de gran valor? Si, esas. Son las mías. Si, estos duendes turros se llevaron las joyas de la abuela, las perlas de la vieja y los diamantes de la otra herencia... esos, esos, me los alcanzás o los paso a buscar?
Abrazo!
Gurisa, acá sí hay $500 que no sé como llegaron.
¿Me pasa la numeración del billete para comprobarlo?
Si, si, si, son $500 en un solo billete. Usted sabrá de donde saca la plata.
Paciencia no trajeron, señorita Carolina. Los duendes traen sólo cosas materiales. Al vecino es al que le llevan cosas como amistad, esfuerzo, soledad, exaltación y similares.
De sus medias no hay noticias, pero ya anoto que son suyas por las dudas. Apenas catalogué el 5% de las porquerías (no me refiero a sus medias, por supuesto) acumuladas.
Pasalos a buscar nomás.
De paso me ayudás a ordenar un poco.
Cuando era chico, yo vivía en un edificio, en cuya planta baja había un enorme jardín. Mis amigos y yo jugábamos en el jardín y solíamos encontrar juguetes y cosas que nuestros padres habían "hecho desaparecer" a modo de castigo porque nos portamos mal o algo. El pase de magia para lograr la desaparición era arrojar al objeto por el balcón. Todavía hoy, cuando algo me desaparece, tengo el "tic" de querer ir a buscarlo al jardín.
¿Tiene usted, Bug, el auto a control remoto que me desapareció cuando tenía ocho años?
Veo que pretende quedarse con mi "pica pica". Bueno, sí, comprendo... era un todo terreno... servía tb p el aparato de música y las demás teles. En fin. Ya lo superaré. Pero no me haga creer que no sabe como mandarme la bocina... ¡Por el mismo camino por el cual se la llevaron! No me engañe bug. Sé que es única, rosada, con lunares, perfumada y que no hace ruido. ¡Pero me pertenece!
Vachi, en serio, no sé como mandarla.
¿No le digo que los duendes me las traen?
Yo sé sobre como aparecen lo mismo que ustedes sobre como las pierden.
Y ahora veo el por qué de tantas manos en la foto de su pefil. ¿Está tratando que los duendes le birlen el fondo de la imagen?
Por fin alguien que entiende la foto!
:)
Las vizcachas tienen la costumbre de llevar cualquier tipo de cosa que encuentren (alpargatas, etc) para la vizcachera. Así que ya iré preparando el identikit de ese malévolo duende-vizcacha, cuya madriguera está bajo todas esas cosas de la foto.
Ola.. depronto no hay por ahi.. un anillo negro otro anillo largo y metaalico bien chevere.. y tambien una garra. larga puntiaguda metalica, con una cara de demonio. es para ponersela en algun dedo.. hijos de puta duendes,,, me la han robado.... era tan chevere... buscala entre todo eso.. si algo respondes que si esta por ahi.. quiero mi garra!!! :(
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