Escribo estas líneas antes de que las cosas sucedan, pues temo que una vez transcurridos los hechos no tenga fuerzas para escribir nada. Las proyecciones indican que es más probable que me interne en un monasterio, me suicide o algo mucho peor: que me habra un fotolog para autoflagelarme como si de un cilicio virtual se tratase.
La cuestión es que hoy mi esposa (¡mi propia esposa!) me obliga -ésto no es figurado: un arqueo de cejas en los ángulos adecuados tiene el peso de una sentencia judicial- a ir a buscar a la perra de mi hija que está en casa de un compañero de trabajo (¡compañero de trabajo de ella!).
Así que yo, tipo ocho de la noche, estaré caminando cabizbajo, intentando pasar desapercibido caminando por Boulevard Oroño llevando de la correita a una canichita del tamaño de una caja de zapatos a los saltitos por la vereda (¡por la mismísima vereda!).
De ahí a que los recolectores de residuos me griten cosas como "pedazo de puto", que los carniceros me hagan gestos obsenos con sus chairas desde la impunidad que les da el interior de sus negocios y sobre todo sus cuchillas y que los albañiles de las obras circundantes, que estén todavía en los pisos altos porque otra vez el jodón del pelado Gutierrez les escondió la escalera, me chiflen y me obliguen a cruzar de vereda (¡a la mismísima vereda de enfrente!).
¿Cuánto tiene que soportar un padre y esposo?
Alguien que me lo diga, por favor (¡por favor, che!).
Porque yo me banqué estoico que haya que llevar a la perra para ver si podía quedar embaraza (no del compañero de mi esposa, aclaro, sino de su perro). Me la aguante a pesar de pensar "¿qué clase de enseñanza estoy dando llevando a la perra de mi hija para que tenga relaciones sexuales?" (¡y para peor sin el consentimiento expreso de la perra!).
Pero me la banqué hasta ahí, que ya es mucho.
No se si podré sobrevivir a caminar llevando un perrito re chuchi por la calle y que me cruce alguno de los compañeros de fútbol.
Si no vuelvo el lunes, ya conocen el motivo.
Perdón, porque yo te leo siempre y casi que a veces podría decirse que he llegado a respetarte. Pero por un rato, al menos lo que dure esa calle entre la casa del compañero de laburo y la tuya, vas a haberte transformado en esa clase de tipos de la cual trabajo duro para gastar. Y no porque sea intolerante, cada quien pasea su pichicho a la hora que quiere, por donde quiere o lo obligan.
ResponderEliminarPero un caniche chiquito... es inaceptable. XD
Saludos!
Es lo que yo digo... ¿y si lo disfrazo de iguana ganaré algo de respeto?
ResponderEliminarMejor dicho, ¿perderé algo menos de respeto?
Ojalá alguien lo filme y lo publique en internet!
ResponderEliminar¡Curso de arqueamiento de cejas ya!
ResponderEliminar**cof***puto***cof***
ResponderEliminarPodría ser peor. Podría ser un chihuahua!!
ResponderEliminarYa me parecía que no podía hablar así de su hija...
ResponderEliminar¡si Bug es un tipo sensible, como cualquier maricastañuelas!
Ya solucioné el problema.
ResponderEliminarSe los cuento en el próximo post.
Por la demora, presumo que algo ha sucedido durante el mandado... Espero que todo su cuerpito gentil permanezca en idéntico estado que cuando emprendió dicho viaje...
ResponderEliminarjeje
Mirá, para matar dos pájaros de un sólo tiro, ¿no te parecería buena idea salir a trotar con tu hija y el caniche, por donde la vez pasada? Así, seguro que te anotás un poroto con los motoqueros.
ResponderEliminarThe Bug! Buen post, buena anécdota.
ResponderEliminarCon el autoestima alta? Si hubieses omitido un poco más el tema de que se trataba de un can, hubieses tenido un doble sentido mas humorístico. Otra cosa, nunca pasas por otros blogs vos? Nos vemos.
¡Cómo para dobles sentidos estoy yo!
ResponderEliminarBastante trabajo me da el sencillo que voy a estar pensando en el doble!
Por otro lado, paso por otros blogs, pero en muchísimos no comento porque nunca se me ocurre nada para poner que aporte algo. Lo que no hago es comentar por el simple hecho de comentar.
En el caso de tu blog, al ser personal e intimista, nunca se me ocurre que pueda agregar que sea interesante, así que simplemente me dedico a disfrutar de su lectura.