Ayer, después de muchos preámbulos, salí a correr.
Bah: me sacaron a correr.
Yo al trote y la Patu en bici.
Todo empezó cuando hace unos días mi hija empezó a insistirme con el tema y no tuve más remedio que resignar mi espíritu sedentario.
El método usado para convencerme fue infalible.
Ella - Pá, ¿salimos a correr?
Yo - No, ¿para qué?
Ella - Hey, fijate en tus zapatos.
Yo (mirando) - ¿Por?, ¿qué tienen?
Ella - ¿Ves?, ¡te tuviste que asomar!
Y sí, ya no es solamente el diámetro de mi ecuador corporal, sino que los mismísimos trópicos están avanzando considerablemente. No te digo que uno debiera tener silueta de Coca Cola, pero por lo menos aspirar a algo levemente mejor que el contorno de un San Felipe 12 Uvas.
La cosa es que salí a trotar, con Patu arreándome con la bici, haciendo restallar una ramita de fresno en mi espalda al menor indicio de reducción de velocidad.
A poco de empezar, empecé a sentir la típica e insoportable picazón que produce la sangre cuando empieza a circular por zonas inexploradas del cuerpo, cuando empieza a colonizar venas y arterias en desuso.
¡Qué insoportable, Dios mío!
Aguanté bastante, no se vayan a creer, por ser la primer salida pedestre en años.
Mis cuatro kilómetros me he recorrido.
Y la velocidad más o menos bien, mucho más de los que yo imaginaba, que era lanzar el hígado por la boca a los docientos metros.
El último kilómetro lo corrí estilo final olímpica de los cien metros llanos.
Es que no pude mantener mi boca cerrada.
Cuando -ya regresando- pasamos frente a una pizzería, había unos cuatro o cinco motoqueros fumando en la puerta.
Cuando vieron que por delante de ellos pasaba una especie de oso panda en jogging, uno de ellos no resistió la tentación de gritarme:
-Eh, campeón, ¿estás entrenando para bajar la zapan o te inscribiste en una carrera de boludos?
-Lo segundo, -respondí boquendo- lo segundo, pero tengo que entrenar bastante porque es difícil ganar... es que los boludos van en moto...
Cuando vi que se pararon medio ofendidos algunos de ellos, les juro que Usain Bolt quedó reducido a la altura velocística de un quelonio.
Todo sea por evitar el eclipse parcial de pito.:)
ResponderEliminarOjalá fuera parcial.
ResponderEliminarDicen que el hula-hula es un buen ejercicio.
ResponderEliminarEs cierto, Tibu.
ResponderEliminarCuando el aro me baje un poco más que la altura de los pectorales o bien me suba por encima de los muslos, pruebo.
estoy seguro que debo haber hecho ejercicio en algun momento en los ultimos 10 años, probablemente termine en el hospital como tantas otras veces en que los amigos andan pagados y invitan unos tragos, comparto su dolor, ese que queda hay en la parte baja de la cintura y detras en las pantorrillas
ResponderEliminarEn mi caso, Juakong, el dolor nace en la base del cráneo y no supera más que la planta del pie como límite inferior.
ResponderEliminarViste? Y a mí me dicen que haga ejercicio, pero por flaco... ¿quién los entiende?
ResponderEliminar(y tampoco me veo los pies, pero por miope)
unServ, yo también pienso que deberías hacer ejercicios.
ResponderEliminar¿Vos te viste de perfil?
¡Exacto! Nosotros tampoco.