sábado, 29 de marzo de 2008

Según pasan las horas

Capítulo I
"Tengo un odio visceral contra los blancos, de Barrio Norte, sépanlo de mi boca… Ustedes piensan que nosotros somos inmundicia, escoria, barbarie. Tengo el mismo odio que nos tienen ustedes, los del norte, a nosotros. Lo único que me mueve es el odio contra ustedes, contra la puta oligarquía; no tengo problemas en matarlos a todos."

Capítulo II
"Sí, he dicho que siento un odio visceral por la oligarquía argentina. Si ellos pudieran nos matarían a todos nosotros, los pobres. Deliberadamente, cambiaron la «n» de «nos matarían» por la «l» de «los mataría». Hay sucias campañas en mi contra, a pesar de las cuales seguirá firme mi defensa de la gestión de la presidenta Cristina Kirchner"

Capítulo III
"No, no, no he dicho un «odio visceral», sino un «oído visceral», porque yo en realidad, a esos putos oligarcas, a pesar de las diferencias, los escucho con el corazón. Es que deliberadamente me mandaron para hacer la entrevista a una chica que, bueno, era medio zurdita y no la iba con mi defensa a ultranza de este gobierno que se va cada vez más a la derecha. Por otro lado, yo a los de Barrio Norte, aunque sean medio rubiones, me los banco estoico."

Capítulo IV
"No, nada que ver, che. No dije para nada «zurdita» en alusión a la señorita periodista, sino «sordita». Por eso es que deben haber entendido mal, señores. Además, déjenme aclararlo de una vez y para siempre, que han tergiversado una vez más mis palabras. Todos hablan de que dije «puta oligarquía» cuando en realidad yo dije "ruta, o liga el quía" en clara alusión que si el campo no despeja ya las rutas, por ahí quien te dice, a alguien se le escapa una mano y liga el quía, el amigo aquí presente. Y lo de la derecha, era nada más una referencia a que el Néstor se sienta a la derecha de su esposa y entonces ella no tiene más remedio de mirar para ese lado. Y retomando el tema de los blancos de Barrio Norte, les confieso que somos como primos segundos, de tanto amor que les tengo".

Capítulo V
"¿Ustedes no entienden cuando les hablo?, ¿cuándo dije que aquí la iba a ligar alguien?, no, no, lo que dije con textuales palabras es que si el conflicto no se soluciona, a alguien se le va a escapar una mano para el lado del bolsillo y se va a desprender de unos cuantos millones de pesos para que alguno se ligue un aumentito. Además, yo con la oligarquía, me llevo diez puntos. Es más, nos tuteamos y yo le digo Oli y ella me dice Pique. Si no me creen, vamos a Barrio Norte, donde viven mis mejores amigos y aclaramos el asunto".

Capítulo VI
"Ni ahí, querida. La única diferencia que tenemos con la oligarquía, es que ella insiste en usar Cardón y yo me quedo con el clásico Lacoste. Por favor, ¿de qué diferencias me están hablando?. Además, Barrio Norte es mucho mejor que Puerto Madero, donde cada tanto se mete un nabo como Castells a hacer ruido".

Lamentablemente continuará...

martes, 25 de marzo de 2008

10 patéticas excusas para justificar la falta de nuevas entradas en el blog

Hay cosas que uno trata de justificar.
Una de ellas es la ausencia de textos e ideas para subir al blog.
Siendo ya un erudito y experto en la materia, estoy en condiciones de darles mi top ten de excusas pusilánimes para tratar de alivianar el peso de la culpa.
En algunos casos, estas excusas ya fueron usadas aquí o en otros blogs y por eso les pongo un link a la original, así que en esos casos, si van a usarlas, camúflenlas un poco y disimulen lo que puedan, que incluso pueden estar ya inscriptas en el Registro de Propiedad Intelectual.
De nada...
  1. No pude escribir porque me armaron un piquete frente al escritorio. Yo apoyo la protesta, pero no me dejan ni abrir los cajones.
  2. Estoy redolorido, me contagiaron el síndrome del túnel carpiano. Para mí que tomé del vaso de otro y me lo pegué.
  3. No, che, la verdad es que no tengo excusa.
  4. ¿La verdad?, mucho cansancio hoy. No me da.
  5. Veo gente muerta en el teclado.
  6. Es que hoy estoy en mi día masculino. Encima en el club, mientras que todos prendían el fuego con dos ramitas y carbón, a mi no me agarraba ni con alcohol de quemar... estoy muy deprimido.
  7. Ganas de escribir tengo, pero lo que también tengo es una uña encarnada. Cuanto dolor, cuanto.
  8. Lisa y llanamente, para qué andar con vueltas, tenía algo más importante que hacer.
  9. Un asesino me anda buscando.
  10. Es que tuve que hacer un trámite: quise hacer llover 75.000 euros desde una ventana del ayuntamiento del pueblo pero no me quieren dejar abrir las ventanas por un temita con el aire acondicionado.
El que esté libre de faltas que tire la primera excusa.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Quince minutos

Cierro el libro con desgano y miro por la ventanilla del colectivo. "La próxima", pienso cansinamente. Y aún no se me ha ocurrido nada.
Es temprano. Llegaré excesivamente temprano al trabajo.
Desde la parada del ómnibus hasta el restaurante hay seis cuadras. Tiempo de sobra para apurar la mente.
Debo escribir algo en el blog. Lo que sea, pero algo.
Quince minutos de caminata. Algo tiene que surgir.
Es temprano y podría escribirlo antes de empezar a trabajar.
El fresco empezó a mutar en un calor húmedo y pastoso que baja sobre la gente como la tapa de una prensa. Es difícil caminar.
Pero no estoy en la calle: estoy pensando, estoy viviendo en lo que voy a escribir.
Quince minutos me separan de ese futuro.
Voy por la calle quince minutos adelantado.
Es en momentos así cuando puedo viajar en el tiempo -aunque sólo sea un cuarto de hora- y escribir mientras camino.
Entonces estoy (estaré) sentado frente a la computadora tecleando lo que ya viví (vivo) en fantasías hace quince minutos.
Porque, mientras camino, mis pasos ya son pasado porque en este instante estoy escribiendo y acaban por ser recuerdo.
Sin embargo ahora, que mis dedos empujan las palabras desde el teclado, percibo el tiempo al revés.
Estoy viviendo atrasado. Mi mente volvió atrás esos quince minutos y el pasado-presente es uno solo. Estoy tecleando en el trabajo, parado en la esquina donde se detuvo el colectivo.
Lo trágico del asunto es que sé que en esos quince minutos (que pasaron, que pasarán) ninguna idea redentora asomará de mi cabeza para guiarme en la escritura ni justificará la existencia de esa fracción de tiempo.
No sé si estoy escribiendo esto en el futuro o recordándolo en el pasado, ¡pero tendría que haber surgido algo en estos quince minutos!
Algo me dice que es importante que suba algo al blog, algo que me demuestre que en verdad lo escribí, que se adhiera indefectiblemente al tiempo más allá del pasado, presente y futuro.
Lo que sea, aunque sea algo distinto, aunque sea un borrador, aunque no haya tiempo de releer y corregir.
Y aquí estoy.

miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Viste el piso?, bueno, más abajo, casi llegando al magma... sí, ahí te digo. Bueno, por ahí tengo el ánimo

No se extrañen si dejo de postear en forma definitiva.
He recibido una terrible noticia.
Todavía no me repongo de cumplir 36 años y ya acaban de avisarme que me hicieron tío abuelo (¿notaron como suena eso?: tí-o-a-bue-lo).
¡Por Dios! Qué alguien me alcance las pantuflas y la pipa.

lunes, 10 de marzo de 2008

Buenos Aires con ojos de suegra

Al final terminé yendo a Buenos Aires en los últimos estertores de mis vacaciones.
Pensaba ir la semana anterior, pero me asustó la persistencia de las lluvias.
De cualquier modo, sépanlo, pensé que iba a encontrarme una ciudad en serio, pero no, me encontré con cualquier cosa.
¿Qué les está pasando, señores? (permítanme que les habla así, de "ustedes", pero sé que la mayoría de los que frecuentan este piringundín de mala fama viven por allá).
Todo muy lindo, es cierto, pero hay detalles que habría que cuidar más, caramba.
Y ojo, que no les hablo en forma prejuiciosa ni malintencionada, no, para nada.
Lo que pasa es que dentro de poco menos de un mes voy a volver por esos pagos y estoy convencido de que ustedes, lectores, tienen la tenacidad, la voluntad y el orgullo necesarios para revertir esta situación y demostrarme que estoy equivocado, o que estaban equivocados ustedes y ya solucionaron todos estos "pequeños problemitas".
Así que presten atención, vean qué es lo que pueden hacer al respecto, así vamos afinando un poquito la puntería, muchachos.

Los accesos
Primer gol en contra. ¿Qué pasa con los accesos?
Porque yo vengo con el auto, tranqui, ponele cientocincuenta, doscientos, más o menos, metido en el medio del cardumen automotriz y ¿qué pasa?, pasa que las calles no son de color.
Si, ninguna es de color, viejo.
Me pase tres semana estudiando el mapita del ACA y la Guía YPF: entro por acá, por esta línea azul, después hago este rulo y termino en la roja, llegando esta mancha marrón agarro el desvío verde (¡ojo! no el amarillo porque termino yendo a cualquier lado) y sigo derechito hasta el hotel.
¿Qué carajo pasó con los colores de las calles?
Sobre el final de la Panamericana, desesperado, busco el azul y nada: gris, gris y más gris.
¿Tanto les cuesta respetar los colores?
Les pido que por favor se pongan un poquito las pilas y me vayan pintando las calzadas que si no me confundo a lo perro.

El zoológico
Ahí sí que se pasaron, bravo, los aplaudo de pie y en pantuflas, che.
¿Ustedes prestaron atención con qué estatuas y figuras adornaron el zoológico?
Claro, total ustedes no les prestan atención, todo el día mirando los animalitos.
¡Cómo van a llenar el zoológico con estatuas de mujeres a las que les falta los brazos!
Te llenan de estatuas de mancos de los dos brazos y después te venden los paquetitos de comida -que por otro lado son horriiiiibles, saben a demonios, se los digo yo que me había olvidado que el pochoclo lo tenía en la otra mano- para darle de comer a los animales.
¡Minga que les voy a dar de comer a los animales! A ver si me arrancan los brazos como a las estatuas.
Después, sobre la entrada/salida por Libertador, otra: un estatua de un chico semidevorado por una especie de pulpo o calamar gigante que es intentado rescatar por alguien que parece ser su desesperado hermanito.
¡Señores, esto es sádico!
¿Qué quieren?, ¿que los pibes se caguen en las patas antes de entrar?, ¿que amenace a mi hija con que o come verduras o la llevo al zoológico?
Por favor, amigos, pongan cosas más amables y si no arriésguense a que nadie más quiera concurrir. Después, cuando tengan que cerrar por falta de visitantes vayan a cantarle a Cuttini.

El Cabildo
Che, déjense de joder con el Cabildo.
Cada día más chico lo están dejando.
Está bien que lo tengan bien pintadito y todo eso, pero aflojen entonces con el papel de lija.
Parece una casita de Barbie, ya.
Se lo mostré a mi hija y me dijo: "Ah, igual que la maqueta para armar que me vino en el Billiken, pero más chico".
Además, por amor de Dios, tienen en la entrada dos farolitos preciosos, coloniales ellos, que remontarían a la nostalgia y a la emoción si no fuera porque ¡se ven adentro los ruleros de las lamparitas bajo consumo!
¿Por qué rompernos la ilusión así? No te digo que cuelguen dos lámparas de aceite o vuelvan a poner velas de cebo, pero por lo menos pónganle a los faroles unos vidrios esmerilados adelante para disimular y que no se vean las bajo consumo. O dejen al menos dos incandescentes que total por dos lamparitas no va a haber mucho gasto, caramba.
Confieso que yo quise arreglar el problema pero un soldado vestido muy a lo siglo XIX me sacó a patadas en el culo.

Es así cada una de estas cosas y si no me creen vayan y vean.
Se los digo por su bien, vayan puliendo estos pequeños detalles porque después se hace una pelota grande y difícil de parar. Viste como son las cosas, siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno.
De cualquier manera supongo que con el mes que les di de plazo les alcanza y sobra.

martes, 4 de marzo de 2008

Paseo por San Lorenzo

Aprovechando que un día mas de mis vacaciones estuvo horrible (mi humor está a estas alturas peor que el clima) me fui con la familia a dar un paseo por San Lorenzo (aprovechando la cercanía y que no había mejores planes).
Estuvimos distendiéndonos en una plaza ubicada sobre el lateral del famoso convento, en un lugar casi sagrado de la historia argentina.
Allí, a metros del Campo de la Gloria, lugar donde otrora se oyeron los gritos de guerra en el bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo y ahora se oye el crunchicrunchi de gente comiendo papas fritas, galletitas y tomando mate y donde sus críos se revuelcan en el pasto que una vez iluminó el febo que asoma.
Allí, a metros de la habitación donde San Martín descansó (y que dicho sea de paso se conserva casi intacta), yo, tirado en un banco de plaza, me eché una siestita. Paralelos de la historia, bah.
En la foto se aprecia (si hacen clic, sino no se aprecia nada) el pino histórico debajo del cual San Martín dictó el parte del combate.
Al ver el árbol, me viene a la mente una pregunta: ¿es eso un pino?
Se ve que me hice la pregunta en voz alta, porque un señor muy ofendido me dijo: "obviamente es un pino, señor".
Molesto porque alguien se metiera en mi conversación, le espeté "¿ah, si?, ¿y cómo sabemos que este es el pino histórico?".
"Fácil", retrucó el hombre, "mire".
Me señaló una inscripción que el pino tenía cerca de su base: "Pino Histórico, modelo San Lorenzo. 1986" y junto a ésta un código de barras.
No me dio tiempo a formular la siguiente pregunta.
"Verá,"-se apresuró a explicarme-" hay muchos pinos históricos. Éste fue fabricado en 1956 y si pudiéramos cruzar el vallado veríamos su holograma de autenticidad."
Según su historia, hay una industria que se dedica exclusivamente a la fabricación de pinos históricos y que provee a las principales localidades por donde San Martín ha sembrado sus logros con estos árboles para su exhibición.
El más famoso es el sanlorensino, fundamentalmente porque es el primero y se hizo un único ejemplar. "No como el de Mendoza, el de Uspallata o el de Lima, que si uno los analiza son el mismo árbol", aclara.
Ni siquiera es de madera, añadió, porque se dieron cuenta que los de plástico duraban más. Solamente tuvieron problemas en 1992 cuando una cañita voladora cayó en su seno y le derritió una rama troncal entera. La pieza fue reemplazada porque todavía se encontraba en garantía y tenía un seguro completo.
Según su versión, tampoco el convento es el original. Dijo que el combate de San Lorenzo en realidad se llevó a cabo en la vecina localidad de Puerto General San Martín pero que luego del éxitaso comercial de la Marcha de San Lorenzo no les quedó otra que reinventar la historia.
El venerado actual convento no sería más que una burda imitación compuesta de papel maché y cartapesta.
Instruido, pero muy dolido en mi fuero patrio, decidí sumarme cabizbajo a la horda de crunchicrunchidores de papas fritas en el Campo de la Gloria, que parece ser que sólo es -en lo que a historia se refiere- un campito que desecharon sus dueños originales porque no prendía ni la soja.

PD: Según pude apreciar en diversos planos y mapas, todo parece indicar que el camino de los granaderos, por donde San Martín guió a los granaderos rumbo a San Lorenzo, pasa exactamente por la puerta de mi casa. ¡Qué cosa, no?.
La próxima vez que me ponga a tomar mate en la vereda, me voy a imaginar al prócer pasando por delante y tal vez reflexione un poco sobre el respeto debido y la maldita costumbre de salir a tomar fresco en calzoncillos.

sábado, 1 de marzo de 2008

Nubídeas: ¿un gaucho o Hussein?

Hace una semana que salí de vacaciones.
Hace una semana que no para de llover.
Entre chubasco y chubasco, se hacen huecos entre las nubes.
Entre algunas otras fotos, saqué la que nos ocupa.
Lástima, no pude recrear con las tinturas la fuerza de la imagen que vi en la nube original (que dicho sea de paso, necesitan ampliar con un clic para intentar comprender).
Cómo pasa cada vez que agarro un lápiz, termino lamentándome que lo que está en mi cabeza no se refleje en el resultado.
En este caso, lo que originalmente ví como un gaucho (taimado, recio y pendenciero, para más datos) se transformó en alguien más parecido a Saddam Hussein que a Hormiga Negra.
Una pena.