martes, 30 de octubre de 2007

Guías Colman para personas verdaderamente estúpidas: Hoy, cómo rascarse una oreja

Gracias a un convenio que logramos en este blog con las Academias Colman, pioneras en el arte de educar, podemos acercar a nuestros lectores fragmentos de su más ambicioso y reciente proyecto: las "Guías Colman para personas verdaderamente estúpidas".
Estos instructivos ("para la vida", aclaran nuestros invitados) sólo requieren que el destinatario sepa leer. Aclaramos esto porque el aprendizaje está garantizado en la medida en que se cumpla este requisito. Si no es su caso, permítannos decirle dos cosas: 1) en breve saldrá una edición multimedia rica en imágenes y sonido y 2) ¿qué demonios hace aquí?
En fin, los dejo en compañía de la primer entrega de las Guías Colman.

Cómo rascarse la oreja

Para aprender esta simple lección, estimados y queridos estúpidos, sólo hacen falta tres elementos: una oreja, un dedo y un picor.



En las imágenes vemos un dedo (preferentemente debe utilizarse uno de la mano que está situada en el mismo lateral del cuerpo que la oreja en cuestión), una oreja y a falta de una imagen del picor les dejamos una foto de un velerito muy simpático.
Es menester considerar que socialmente está ampliamente difundido el criterio de que tanto el dedo como la oreja deben pertenecer al mismo individuo, causando un efecto negativo el mal llamado "rascado de oreja ajena".
Considerando que el común de la gente posee tanto dedo como orejas, para llevar a la práctica esta guía sólo basta esperar la aparición del deseado picor.
Puede atraer el picor untándose las manos con grasa y simplemente esperar, acarreando una cantidad considerable de platos o bien tomándose con ambas manos de un cable suspendido a 30 mts. de altura. En estas condiciones, la aparición del picor es casi instantánea.
Una vez reunidos los tres elementos, proceda de la siguiente manera:
  1. Una vez determinada la picazón, levante a la altura de los ojos la mano correspondiente al lado de la oreja afectada.
  2. Determine si la picazón es externa o interna. Note que en la mano cuenta con cinco dedos, es decir cinco herramientas de distintos calibres y propiedades. De cualquier modo puede probar sucesivamente con cada dedo para determinar cual es el acorde a sus necesidades.
  3. Cierre la mano en un puño, manteniendo extendido el dedo seleccionado. Tenga en cuenta que según el dedo de su elección, este paso puede incurrir en señas que posibles espectadores puedan malinterpretar como mensajes agresivos u ofensivos. Sea sumamente cuidadoso en este aspecto.
  4. Dirija el dedo extendido hacia la zona afectada. Si es necesario puede recurrir a la ayuda de un espejo (tenga en cuenta el efecto de inversión de la imagen para alcanzar su objetivo) o puede contar con la ayuda de la otra mano. Si el acercamiento falla, la experiencia indica que puede optar por dejar el dedo inmóvil y acercar la oreja al mismo, como cuando quiere escuchar si la uña tiene algo para decirle.
  5. Una vez establecido el contacto oreja-dedo proceda a suaves movimientos (con el dedo) arriba-abajo, izquierda-derecha o adentro-afuera mientras imprime a su rostro una expresión de "metí las patas en una palangana con agua caliente y sales, luego de una caminata de tres horas". Experimente, es parte del aprendizaje.
  6. Una vez que con el dedo haya borroneado la picazón (esa es la explicación científica de porqué se va el picor) puede culminar la práctica.
  7. No olvide por ningún motivo retirar el dedo de la oreja ya que esta útil herramienta puede servirnos en cualquier momento para otras tareas interesantes.

Upgradización: el lector Alesubliminal nos informa que en su blog ya existe una lista de instrucciones para sobrevivir en la vida diaria. Véanlas, son realmente de utilidad.
Sin embargo, me veo en la necesidad de aclarar que los tips de Alesubliminal son re-avanzados, a diferencia de las verdaderas guías Colman, que están destinadas a otro tipo de personas estúpidas.
¡Si hasta incluso requieren un cierto manejo de cosas peligrosas, como tenazas, fuego y alfileres!
¿Qué sigue?, ¿sugerir que se empleen cosas aún más diabólicas y dangerosas, como enchufes de tres patas y pelapapas?
Les reitero, si las guías Coleman les resultan muy básicas recurran a las instrucciones para la vida diaria de Alesubliminal, pero ¿para qué arriesgarse?
Y ante todo, mis queridos, recuerden no intentar estas cosas en sus casas sin la supervisión de un adulto responsable.

domingo, 28 de octubre de 2007

Cierre de campaña en C.S. y D. Testosterona y Progreso

Desde mi nuevo y privilegiado escondite debajo de la mesa 8, tuve acceso a un discurso histórico.
Es que hoy son las elecciones en el Club Social y Deportivo Testosterona y Progreso, tal vez el último reducto barrial en donde los hombres de la vieja escuela pueden encontrar aún un casín, un desafío de dominó, un buen vaso de ferroquina o un plato de maní con cáscaras y aceitunas junto a la compañía de un buen tango.
Aprovechando que en el club hoy se instala, como en cada una de las elecciones, una mesa masculina, la comisión directiva tuvo la ocurrencia de aprovechar y colocar en una mesita unas boletas fotocopiadas para elegir a la nueva comisión directiva. Obviamente también dejarían una urna separada y pedirían a las autoridades de mesa y fiscales que les contaran los votos del club a cambio de algo a convenir con el Cholo, que tiene la concesión del buffet. La idea es eliminar los fraudes y darle a la elección un tinte legal que nunca tiene.
En ese contexto, hoy uno de los candidatos opositores a la presidencia del club hizo el discurso final del cierre de campaña en este restaurante (la comisión directiva actual tiro tripa de pollo en descomposición en el buffet del club para evitar con el mal olor que la oposición le haga el cierre de campaña en el propio club).
A juzgar por las alpargatas de yute que portaba y su tamaño -recordemos que es lo único que puedo ver desde abajo de la mesa- deduzco que era el Chino Alvarado quien se había postulado a la presidencia. No conozco al menos otro que calce 42 y ande por todos lados con su indumentaria bochófila.
Escuchemos parte de su discurso, precisamente las únicas partes que resultaron inteligibles y no se perdieron entre el crunchicrunch de la masticación de papitas, palitos y manices.

"... porque hoy es un día histórico, amigos. Hoy es el día en que vamos a cambiar el curso de las cosas en el club. Recuerden lo que prometió la actual comisión directiva antes de asumir: que iba a cuidar del club como si fuera propio.
"¿Y dónde está el mérito, hermanos?, ¿cual es la gracia de cuidar lo propio, dónde está el esfuerzo?. Lo difícil es cuidar lo que no es propio. Por eso, me comprometo, no sólo a sentir aprecio por lo propio, sino, con mi mayor empeño, a hacerme amigo de lo ajeno...
"... el club nos necesita. Ahora más que nunca. Dice el refrán: para saber amar primero hay que amarse a uno mismo. Es lo que yo les garantizo. Porque no puede uno puede trabajar para beneficiar al club si primero no se trabaja en beneficio propio.
"¿Cómo nos pagó la comisión directiva actual? Fomentando la vergüenza deportiva del club.
Gracias a sus supuestos esfuerzos por mejorar el deporte, dicen que lograron hacer subir al equipo de basquet dos categorías.
"¿Y para qué? Para que pierdan casi todos los partidos... ¿ustedes querían jugar con equipos buenos? No señor, ustedes querían GANAR. Yo les prometo que los haré descender tres o cuatro categorías durante mi mandato y así, podrán volver felices a sus casas después de cada partido, con el triunfo en la mano. Al igual que ustedes, prefiero festejar frente al peor que volver con la cabeza gacha porque el mejor me arruinó la noche.
"Ya saben, muchachos, por quién tiene que votar hoy. No se dejen arrastrar por las mentiras del oficialismo. No dejen que triunfe el exitismo barato. No dejen que mancillen el nombre de nuestro sagrado club.
"Porque si no me votan, dejen después que los agarre y van a ver lo que es bueno."

¡Ah!, ¡qué lindos nuestros caudillos barriales!

jueves, 25 de octubre de 2007

Yo sé que debería recurrir a la modestia, pero... ¡chiva, chiva!, ¡me hicieron un reportaje y me trataron de capo!

¡Jajajaja, mirá como me río!
¡Chivo, oooosa! jajaja, ¡me sigo riendo!
Hoy tuve unas pocas horitas de fama gracias al genial Podetti, que publicó un reportaje que le hizo a quien viste y calza.
Si quieren leer la nota entera, pueden hacerlo clickeando acá. Si todavía no la habían leido permítanme decirles que están muy errados: ¿cómo pueden estar leyendo ésto sin haber leido el blog de Podetti? A ver si se dejan de perder el tiempo y acomodan sus prioridades.
Sepan, porque tienen que saberlo, que mi humilde persona ha sido calificada como "uno de los tres o cuatro más talentosos" blogueros argentinos. ¡Ja! Y ojito que esto lo dijo el único aspirante latino al premio "Blog Salchicha" (qué está ganando por afano, además).
Pero eso no es nada, miren algunos de los comentarios que han dejado en el blog de P.:

.....

En fin, ¿quieren que les diga una cosa?, de a ratos me reconforta y de a ratos me digo ¿y?
¡Qué suerte que ahora estoy en mi rato de "reconforta"!

En una de esas, con tantas alegrías y emociones, me bajo del techo, le pongo el pecho a la situación y que don Leónidas Zacarías se arregle como pueda.

Actualización: al final saqué los comentarios porque me ponen colorado. Si quieren leerlos vayan a lo de P.
El lector Andrés Alberto en su primer comentario me acomodó los pies sobre la tierra mediante un castañazo moral. Gracias por hacerme volver a la realidad.
Gracias además por hacerme pasar de mi momento "reconforta", rápidamente al "¿y?" y luego al "snif-snif".

miércoles, 24 de octubre de 2007

Hallazgo en las alturas

Todavía no me hallaron.
Ayer Joselo entró intempestivamente al cuartito de limpieza y pensé que mi fuga estaba arruinada. Pasan meses sin que nadie entre y justo ahora a alguien se le ocurre asomar la cabeza.
Por suerte sólo echó mano al lampazo porque al parecer entre las tiras de fieltro esconde una botella de anís turco.
Sin embargo, el incidente me demostró que el lugar es inseguro.
Así que repté pegado al zócalo hacia una escalera que sube hacia una trampilla que comunica con el hueco que queda entre el cielo raso suspendido y el techo.
Con la notebook que robé a mi ex-siquiatra a cuestas, pensé en conectarme a internet para actualizar el blog (el maldito y desquiciante blog) aprovechando el servicio wi-fi del bar.
Grande fue mi sorpresa al encontrar en el techo y haciéndo gestos suplicándome silencio al gran Leónidas Zacarías, el mago que años atrás supo traer el dueño del restaurante para amenizar las sobremesas de las cenas de los viernes y sábados.
El aspecto de este hombre distaba mucho de lo que uno suele catalogar como humano.
Las decenas de meses viviendo en ese hueco de amplia superficie pero de poca altura -no más de setenta centímetros de alto- lo habían transformado en una masa de despojos.
Los pelos colgando hasta el suelo (es decir hasta el techo) y la ropa ya inexistente de tanto raspar tanto panza como espalda en las rústicas superficies que lo ensanguchan daban un aspecto mísero a su persona.
Así como escribir mucho con lapicera te provoca callos en el dedo índice, él había desarrollado unas deformaciones en las uñas que le servían para afirmarse clávandolas en el yeso o en el tejido panal de abeja de alambre.
Los ojos se le habían vuelto saltones y aptos para la oscuridad, atentos para descubrir cualquier insecto o animalito que le aportara mayores nutrientes que la mampostería descascarada o la colonia de moho que cultivaba en uno de los rincones.
¡Cuanto dolor se veía en sus ojos!
Recuerdo vívidamente la noche en que hizo un truco de escapismo fantástico que provocó el asombro de los comensales y la caida de los almanaques de la pared a causa de los aplausos.
Nunca más apareció, el show quedó trunco y jamás volvimos -hasta ahora- a tener noticias de él.
¿Qué tenebrosos pensamientos pueden acorralar el alma humana para que un hombre tome la dramática decisión de autoaislarse en forma definitiva?
¡Cuán grande es el desgarro emocional que debió haber sufrido para que esta triste vida, mísera y repugnante vida, sea preferible a convivir con sus semejantes!
¿Qué secretos y torturas oculta alguien que soporta esto?
Dame fuerzas, Señor, para entender los aciagos caminos de la humanidad.
¿Hacia donde vamos, como especie, cuando uno de sus hijos decide suicidarse socialmente como esta pobre criatura y los demás no vemos su desaparición más que como una anécdota?
Con lágrimas en los ojos y temblando de la impotencia que atenazaba mis músculos le dije, le supliqué, le gemí: "¿Qué es lo que te ha pasado, por amor del altísimo?".
Aferrándose a mis brazos, clavándome involuntariamente sus uñas sucias de yeso, acercó su cara a la mía.
Con una gris expresión en los ojos me respondió: "Gracias a Dios que me encontraste, hermano. Por escaparme, me subí al techo y me perdí".

martes, 23 de octubre de 2007

Para no sufrir un desgaste innecesario, este año no voy a anotar en una lista toooooodas las cosas que voy a hacer el que viene, porque todos los años repito y repito y me canso de escribir.
Mejor voy a anotar las pocas cosas que hice en éste, así me aseguro de no repetirlas el que viene y duplicar esfuerzos.
Mientras estuve ausente a esta parte ocurrió algo tremendo: mi hija creció de golpe.
No sé bien a que hora ocurrió, pero está entrando en esa etapa donde a veces te llena de orgullo y a veces querés estrangularla con un spaghetti al dente.

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Me fugué.
No querían darme el alta y me fugué del siquiátrico.
No aguantaba más, sobre todo porque me siento curado, nuevo, renovado, repimporoteado.
Cuando vi ayer mi carpeta médica y el diagnóstico decía "cerebro limado" percibí que no iban a dejarme ir.
Así que por la tarde me subí a un carro de heno que había entrado al hospital, antes que los guardias revisaran la carreta pinchando el heno con las horquillas me pasé a un contenedor de ropa sucia y una vez que llegué hasta la salida de proveedores me trepé a los ductos del aire acondicionado y me descolgué en la recepción, saludé en la garita de admisiones y me fui silbando bajito.
Para cuando se dieron cuenta de la maniobra, ya estaba escondido en el restaurante.
Vinieron a buscarme pero no me hallaron. Me escondí en uno de los lugares menos frecuentados del restaurante: el cuartito de limpieza.
Pasé a la clandestinidad.
No me dejaban volver pero volví. Aún nadie sabe que estoy suelto, ni mis compañeros de trabajo ni ningún otro.
Estando "guardado" descubrí algo terrible: los blogs son la perdición de la humanidad.
He decidido luchar para erradicarlos desde adentro del sistema: desde mi propio blog, para liquidarlos como un alien saliendo de sus tripas.
Mi estilo ha mutado en ecléctico, esclerótico, caótico, catatónico y patapúfico.
Adiós a las ligaduras formales.
Voy a postear lo que quiera, cuando y cuanto quiera y sobre lo que quiera.
Al menos hasta que me descubran e intenter encerrarme de nuevo.
Cuidensén que voy por ustedes.

lunes, 22 de octubre de 2007

¿Soy sólo yo o...

... somos varios los que percibimos que ciertos padres llevan a sus hijos a supermercados, shoppings y demás lugares con suelos amplios, lustrosos y por sobre todo lisos solamente para que los retoños puedan andar a sus anchas deslizándose impunemente en esas estúpidas zapatillas que vienen con rueditas debajo?

jueves, 18 de octubre de 2007

A ver, hagan silencio que el nono les va a contar algo

Sepan que en mis años mozos, fui a una fiesta de carnaval -ahí nomás ya se darán cuenta de que era en blanco y negro la cosa- que organizaba el Club Provincial de Rosario.
Había, además de un par de pistas de baile con disk jockey en estratégicos puntos del predio, algunos escenarios diseminados por ahí donde tocaban distintas bandas.
Digamos que era una proto-rave, pero de noche y del subdesarrollo.
Recuerdo que esa noche tocó primero un grupo de Pablo Granados -cuando no era conocido ni siquiera en la ciudad; el famoso era su padre- que se llamaba FM. Una bosta.
El cierre, estaba a cargo de Carlos Baglietto y Silvina Garré. En ese momento, eran dos de las máximas estrellas del rock nacional.
Entre un show y otro, recuerdo que tocaron unos muchachos que apenas empezaban a asomar en el ambiente.
No éramos más de 70 o 100 personas en torno a ese entarimado precario en donde se ubicaba el grupo.
Recuerdo vívidamente estar primero, sin que te empujen y apretujen, con los codos apoyados en el escenario, sin personal de seguridad mediante, a escasos uno o dos metros de los artistas.
Estaba más cerca y más cómodo que lo que estuve alguna vez de mi hija en alguno de sus actuaciones escolares o de sus participaciones en teatro.
Era como una función privada, como una de esas sesiones unplugged de MTV, un lujo.
Yo los escuchaba y me decía: "qué bien suenan estos vagos, ¿quienes carajo son?".
Estos vagos eran nada más ni nada menos que los Soda Stereo.

Actualización: pensar que en la época a la que refiere este relato todavía era utópico pensar en "una PC en cada casa", internet era algo totalmente ininventado y ni siquiera existían los CD.
En este momento estoy sentado en mi casa mirando -por internet y en vivo- el segundo recital de Soda en River.
Realmente es vertiginoso pensarlo de esta manera.

Es para Greenwich que lo mira por TV

Para darle el gusto a varios comentaristas, he accedido a corregir la configuración del huso horario que gobierna la hora de los blogs que me ocupan.
Me gustaría saber en que mejora eso la escasa calidad de lo que escribo, pero bueno, los gustos hay que dárselos en vida.
Y además yo soy más bueno que el Átomo Desinflamante.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Toco y me voy

Hoy apareció esta publicidad entre las de mi página.


Es lo que siempre digo: las mujeres serias se consiguen en Encuentro.Ofertas-Promocionales

martes, 9 de octubre de 2007

Periodo de impasse (versión unplugged)

Lo que sigue no lo escribo como The Bug, sino como Fernando, qué es más o menos lo mismo pero un poco más serio.
Es muy probable que desaparezca por unos cuantos días, supongo que dos o tres semanas.
Me han surgido demasiados inconvenientes en lo laboral que sumados a otros varios desafíos ineludibles (qué como todos los desafíos tienen su alta cuota de riesgo) hacen que mi tiempo de escribir sea más que escaso.
Por todo esto, el tiempo de dedicación a mis blogs surge de fetas de horario que le restoa mi familia, a mis otras cosas y fundamentalmente al sueño.
Cada cosa que escribo acá lleva su proceso y es raro que esté menos de una hora en publicar cualquier cosa, por más boludez que sea.
Me doy cuenta que son muchas las ideas que por tiempo no puedo plasmar en algo concreto y con tal de llenar este espacio vuelco demasiadas cosas en crudo.
La idea siempre fue que este espacio sea tan sólo una fuente de satisfacción y nunca una necesidad o una carga pesada.
Tener que muñequear entre todos estos factores es bastante agobiante.
El cúmulo de cosas, trabajos y obligaciones que ha dejado de lado para poder seguir escribiendo supera largamente el tiempo del que dispongo para hacerlas, así que ya es hora que me remangue.
Por lo tanto decidí ausentarme un tiempito o publicar algo muy esporádicamente hasta tanto reacomode mis otras cosas y me demuestre a mi mismo que hago esto porque me gusta y no porque lo necesito.
Seguramente seguiré posteando en Qué Estás Buscando porque ahí la cosa no necesita tanto tiempo de elaboración ni un proceso de sentarse a desarrollar un concepto: basta con que se prenda la lamparita en el momento justo y pueda materializar ese chispazo.
Lo que más extrañaré es entrar a leer los blogs que frecuento, pero acumularé material de lectura para cuando tenga tiempo.
Saludos.
Hasta la vuelta.

Periodo de impasse (versión Remix)

Lamentablemente voy a ausentarme un tiempito.
Escribo este post como quien se lastra el domingo un kilo de ravioles con bolognesa, antes de empezar la dieta el lunes.
Mi médico personal, luego de una meticulosa serie de análisis, determinó que soy peligrosamente adicto a los blogs.
Me dijo que así no puedo seguir, que tengo que cortar esta terrible adicción porque vaya uno a saber cuanto puede aguantar el cuerpo.
Si les cuento todo esto es porque sé que muchos de ustedes se verán reflejados.
¡Créanme, postear es un viaje de ida!
Primero uno empieza curioseando entre los blogs de amigos y conocidos. Casi sin darse cuenta ya uno se transforma en un adicto pasivo.
Después de varias idas y venidas indecisas, como de adolescente pasando mil veces frente a la puerta de la farmacia antes de decidirse a entrar a comprar profilácticos, uno toma coraje y ¡zas! escribe el primer comentario en un blog.
Luego viene el "qué bueno sería si yo también pudiera".
Ahí es cuando no tenés marcha atrás.
Abrís un blog, empezás a escribir, estás pendiente de si la gente entra o no entra, seguís visitando blogs, comentás, te preocupás porque nadie te deja comentarios, empezás a buscar si alguien deja un comentario en otro blogs sobre tus comentarios en otros blogs, te alegrás cuando alguien comenta, te pasás horas leyendo más blogs, iniciás el círculo vicioso de comentar los comentarios que alguien puso sobre tus comentarios, y así, dale que te dale, enterrándote hasta el cuello en la parafernalia de que cada vez hay más blogs yl el día te rinde cada vez menos.
Es triste la vida de un blogadicto, sépanlo.
Ya tuve mi primer período de abstinencia, durante las vacaciones, y sentía que me ahogaba.
Vendí los muebles, el auto, alquilé el perro, hipotequé la tortuga con tal de que no me corten la luz y el teléfono, para no perder internet.
Y así estamos.
No quiero un día encontrarme robando a una anciana de pelo cano y monedero flaco o haciendo malabarismos en las esquinas por "una moneda pa'l ciber, loco".
Ya ven, estoy empezando a acelerar mi escritura y tirar dedazos al teclado sin pensar.
Es que esto me da vueltas, loco.
No me saquen la internet no me saquen.
Yo voy a ser más bueno, pero no quiero que me internen en un ligar orcuro, sin guayfay, sin un enter papretar, eh.
Yo voy a cambiar, voy a ser mas bueno y me voy a dejar de esta fea adixion que es internte y los blogs.
aaaaah, los blogs....





(ffffffffffffff)
Bueno, ya está. Ya pasó.
Me tengo que internar por un tiempo.
Al menos hasta que pueda dominarme un poco más.
No vemos pronto, tal vez en una quincena.
Sé que lo voy a lograr.
Te lo juro por internet.

viernes, 5 de octubre de 2007

Mis razones

Me preguntaron varias personas por las razones por las que estuve ausente del restaurante buena parte de esta semana. Al menos mi jefe y mi esposa cuentan como "varias personas".
Estuve haciendo un curso en Buenos Aires.
Porque quería estudiar algo en serio, no como los estudios que tenía hasta ahora.
"Chef" no cuenta para mí como un título válido. Cuatro letras -y para colmo una es muda- no pueden ser una profesión decente.
"Doctor" tampoco me lo parece, ya que con solamente cinco letras no se puede aspirar a mucho. Ya lo demuestra en hecho que cuando uno dice que es doctor tiene que aclarar en qué: leyes, medicina, prepación física de planteles de fútbol, universidad de la calle, etc., etc., etc.
Por eso busqué y busqué hasta que encontré lo que anhelaba mi espíritu inconforme: una carrera con todas las letras.
Me inscribí en unas jornadas de actualización en psiconeuroinmunoendocrinología
Tomá pa'vó.
Tuve que decir que era doctor para poder anotarme. Mentí un poquito, pero tampoco les dije que era neurocirujano o traumatólogo, que son títulos que dan algo de handicap. Al fin y al cabo, como dije antes, doctor es cualquiera.
Así que una vez que terminen las jornadas les voy a pasar el trapo a los otorrinolaringólogos. ¡Les voy a sacar 10 letras de ventaja, jaja! Esta bien que ellos tienen una cierta chapa ganada de profesión más larga entre las largas, pero los que andamos en la psiconeuroinmunoendocrinología vamos a recuperar territorio enseguida (por si no lo notaron, mi nueva profesión tiene más cantidad de letras que las que tiene el abecedario completo)
La única contra es que la placa de bronce para poner bajo el timbre de mi casa me va a salir un fangote de guita.
Por ahora estoy tomando los cursillos.
Es que los tipos se las saben todas, por algo son psiconeuroinmunoendocrinólogos.
Armaron un cursillo de tres meses para que los que participen en las jornadas sepan pronunciar bien el nombre de la carrera sin trabarse y sin hablar despacito.
No obstante, para alcanzar esta meta tuvieron que mezclar cuatro disciplinas con el único objetivo de tener la más larga (al final todo en la vida se reduce al sexo).
Sabemos que hay otros grupos médicos que están dispuestos a dar pelea y están creando nuevas carreras para competir contra nosotros.
Algunas de ellas están empezando a asomar al público, así que probablemente conozcan varias de las que voy a citar acá.

Pediatrineurologerontología: la disciplina abarcará los estudios de los problemas neurológicos que hacen que un viejo siga -a pesar del ridículo- haciéndose el pendejo.

Traumatoginecoproctoandrología: comprenderá el tratamiento de las confusas y sorprendentes consecuencias que afectan a una pareja de individuos adultos que intentan seguir al pie de la letra las instrucciones del Kama Sutra.

Sicoproctoandrotorrinolaringología: en el caso de los varones, esta rama de la medicina buscará solucionar el grave trastorno sicológico que produce a un padre ver por primera vez a su hija vestida como para matar y de la mano de su primer novio. En otras palabras: el clásico "se me frunce el culo y se me fueron los huevos a la garganta".

Sé que hay más disciplinas para difundir, pero no es cuestión de andar avivando giles.

martes, 2 de octubre de 2007

Conversaciones de ¿chicos?

Hoy llevaba a mi hija a la escuela -esta en quinto grado, una tierna criatura- e iba charlando con uno de sus compañeros que viene con nosotros en el auto. Como dato necesario para el correcto entendimiento de lo que sigue, debo aclarar que el chico es unos cuantos centímetros más bajo que mi hija.
Luego de escuchar un razonamiento algo fascista de su amigo, mi hija lo reprochó:

- Al final sos jodido, como todo enano. - le espetó fastidiada.
- Sí, pero con orgullo - respondió el aludido.

No recuerdo haber tenido de niño alguna conversación de este corte con alguno de mis congéneres.
Podríamos hacer varias lecturas de esto, pero mejor dejémoslo ahí.

lunes, 1 de octubre de 2007

Háganme caso una vez, aunque sea una vez. Vayan, lean, después vuelvan y den inicio a la procesión.

Antes que nada tengo que agradecer muy especialmente a Baronsosa, quien además de atento lector es muy amable y sacó a la luz una verdad a esta altura insoslayable: soy un capo.

Sé que solamente algunos pocos (elegidos) van a seguir mi recomendación, pero qué puedo decirles: los demás se lo pierden.
Los que lo hagan, sólo los que lo hagan, comprenderán cabalmente a qué me refiero cuando digo que tras cada boludez que digo se esconde una verdad insoslayable, para el que quiera encontrarla y para quien sepa leerla. Bueno, en realidad no dije nunca esto, pero estoy pensando seriamente empezar a hacerlo.

Bien, ahí va:

Primero, lean atentamente la nota que linkeo a continuación (si no van a hacerlo, directamente salgan del blog, no distraigan a los demás), que fue el artículo que Baronsosa me alcanzó (es cortito): Los hombres que tienen la voz grave tienen más hijos.

Bueno, ¿lo leyeron?

Ahora, lean esto otro (también es cortito): ¡Hallazgo científico: se derrumba la teoría de causa-efecto!

Por último, saquen sus propias conclusiones.
¡A papá mono con bananas verdes!